Verdadero regalo para el oído y la vista es la producción local de la mejor comedia dapontiana de Mozart, Così fan tutte, cuarta de esta temporada, que Amigos Canarios de la Opera dedican a la Universidad de Las Palmas en su 30º aniversario. Justo homenaje, agradecido por el rector Rafael Robaina en el programa de mano.
Escenario único, con mínimas variantes pero perfectamente iluminado en intensidades, cromática y matices. El regista Giulio Ciabatti dirige una acción indesmayable, que absorbe en parte las maneras de la eterna comedia italiana pero desborda humor, suaves o exageradas caricaturas, dinamismo y el ardor “giocoso” aún vigentes hoy para hacer ópera del XVIII. Aprovecha y “coreografía” para ello el brillante histrionismo de un elenco de grandes cantantes-actores, que añaden a la belleza vocal y la bien lograda complementariedad del carácter y los timbres, la respuesta exacta a los tempi del maestro Giuseppe Sabbatini, la homogeneidad de un fraseo de gran estilo y la juventud con que afrontan la agotadora continuidad del canto y la acción.
La soprano Claudia Pavone, nueva en la plaza y en el rol de Fiordiligi, da magnifica imagen física y vocal a su exigente personaje, muy matizado y con alardes de virtuosismo como los del desafiante Come scoglio y sus peligrosos saltos interválicos. La mezzo Annalisa Stroppa ajusta su voz extensa y potente al canon de Dorabella, con encanto en el constante duo de las hermanas, un legato desahogado y maestría consumada en el aria E amore un ladroncello. La soprano ligera Marina Monzó debuta una composición impecable en lo vocal y escénico de la bribona Despina.
Las voces masculinas no les van a la zaga. El tenor lírico-ligero Paolo Fanale despliega con su bella y bien timbrada voz un Ferrando espectacular. Impecable y sin un roce en su rol extenuante, recuerda poderoaamente a Alfredo Kraus en el aria Un aura amorosa y hace un vibrante Tradito, schernito que completa su vena expresiva. El barítono catalán Carles Pachón, demuestra largamente con Guglielmo, por bella voz y perfecta línea, que el primer premio del Concuso Alfredo Kaus de 2018 le fue otorgado con plena justicia. Y el barítono-bajo Riccado Fassi debuta con un Don Alfonso de antología.
Excelente prestación del maestro Sabbatini a los ritmos de la obra, nunca pesantes, y, sobre todo, inmejorable servicio a las voces. Tenía en el foso una sección reducida de la Orquesta Filarmònica de Gran Canaria que dio con justeza la sonoridad mozartiana. Y una novedad muy curiosa: en lugar del cémbalo habitual, acompañó los recitativos un precioso “hammerklavier” de mesa, parecido en sonido al fortepiano que Mozart llego a conocer y usar. Estupenda Olga Navalainen al teclado.
Éxito pleno: escenas premiadas con aplausos y ovación final braveada.
G. García-Alcalde