La presentación en Valencia de Guillermo García Calvo, dirigiendo a la orquesta del Palau de les Arts, ha dejado una notable impresión de limpieza
La presentación en Valencia de Guillermo García Calvo, dirigiendo a la orquesta del Palau de les Arts, ha dejado una notable impresión de limpieza, precisión con la batuta y claridad de conceptos. Contaba, ciertamente, con esa joyita que es la Orquesta de la Comunidad. Pero el programa no era fácil: la Leonora III (Beethoven) y el Concierto para flauta, arpa y orquesta (Mozart), son obras muy conocidas que no permiten errores ni dudas. A la Segunda Sinfonía de Schumann le sucede, justamente, todo lo contrario: a pesar de su interés, no es partitura que sea de comprensión fácil ni que entusiasme a cualquier público.