Igor Peral debutará la próxima semana en el Teatro Real con la ópera Orphée de Philip Glass. El foco sobre IGOR PERAL
Este tenor navarro inició sus estudios musicales en Estella, su ciudad natal, continuándolos en San Sebastián, Burdeos y en la Escuela Superior de Canto de Madrid. Ha recibido consejos de reconocidos maestros y cantantes como Ileana Cotrubas, Jaime Aragall, Carlos Chausson, Juan Lomba y Ana Luisa Chova, entre otros.
Ha cantado los papeles principales de su cuerda en numerosas producciones de zarzuelas (El caserío, La tabernera del puerto, Los gavilanes, Casado y soltero, Luisa Fernanda, La Generala, La del manojo de rosas y Katiuska, entre otras. En el campo de la ópera ha participado en producciones de la ABAO / Ópera de Bilbao (Salome, 2018), Quincena Musical Donostiarra (Un ballo in maschera), AGAO de Pamplona (Rigoletto), Teatro Calderón de Valladolid (La bohème) y ha protagonizado los estrenos absolutos de las óperas A bordo de aquel barco de Javier Jacinto y Alí Babá y los cuarenta ladrones de Íñigo Casalí.
Peral es habitual intérprete de oratorio y música sifónico-vocal, se ha presentado en prestigiosas salas de concierto, como el Concertgebouw de Amsterdarm, el Grand Auditorium Philharmonie de Luxemburgo y el Centro de las Artes de Seúl.
Debutó en el Teatro de la Zarzuela en 2021, con El Rey que rabió, producción que este año también le hizo presentarse en el Teatro Campoamor de Oviedo.
¿Principal rasgo de tu carácter? Soy impetuoso, creativo y apasionado. Supongo que es parte de la receta común de muchos de los que vivimos de las artes.
¿A qué dedicas tu tiempo libre? A la jardinería, pasar el tiempo con la familia y saciar la curiosidad de aprender acerca de aquello que me seduce. El foco sobre IGOR PERAL
¿Cómo te llevas con las redes sociales? He tenido etapas más y menos activas en las redes, aunque parece innegable que en una profesión como la nuestra las RRSS quizá nos ayuden a tener una mayor visibilidad.
Siempre intento no perder de vista que las redes sociales nos acercan a las personas que tenemos lejos, pero que en cierta manera también pueden llegar a “alejarnos” de aquellas personas a las que tenemos cerca, si no hacemos un uso racional de ellas.
¿Una ciudad para perderte? Soy más partidario de perderme en un pueblo pequeño, una playa poco concurrida por el norte o en plena naturaleza.
¿Un antídoto para los malos tiempos? Parar y reconocerse: superar el miedo y trabajar activamente para construirnos un futuro más amable. Y algo nada fácil: aprender a superar tus propios límites, porque resistir es vencer.
¿Tienes mascotas? Tengo una perrita Golden Retriever que va camino de cumplir 14 años y que nos recuerda cada día que hay que disfrutar el momento como si fuera el último y mostrar tu afecto a los tuyos.
¿Qué no puede faltar en tu maleta? Hoy por hoy diría que el IPad y unos auriculares, porque ahí llevo la música en la que estoy trabajando, aquello que estoy leyendo, lo que no debo perder de vista etc. Pero lo imprescindible para esa maleta siempre serán las ganas de aprender y de disfrutar.
¿Qué le debe aportar la ópera a la sociedad actual? Más allá del consumo cultural que los ciudadanos hagamos con vocación ociosa e indiscutiblemente necesaria, creo que debemos ver a la ópera, a las artes y a la Cultura en general como creadoras de identidad, como catalizadoras del desarrollo local y social.
Cuando animo a alguien a que pierda el miedo para acercarse a la ópera por primera vez, me gusta creer que más que un modelo de negocio alternativo o un espectáculo efímero, ese nuevo espectador pueda ver que lo que ocurre dentro de los teatros no deja de ser un agente del cambio social.
¿Qué es lo más difícil, para ti, en la carrera de artista lírico? A menudo reflexionamos los cantantes acerca de lo difícil que es llegar hasta aquí y mantenerse con vigencia en el mercado. Después de haber pasado una pandemia que paralizó completamente toda nuestra actividad y que hizo a muchos compañeros perder todos sus ingresos previstos durante casi un año, quizá diría que lo más difícil es gestionar esa incertidumbre a la que nos somete esta profesión en ocasiones.
¿Qué personaje que hayas interpretado te ha marcado más y por qué? Es difícil escoger uno porque intento que cada producción deje una huella, pero mi primer rol principal y quizá el que más veces he interpretado a lo largo de estos años sea el de José Miguel de El Caserío de Guridi. Sin duda me ayudó a recorrer mucho camino, supuso un primer reto vocal y con él fui aprendiendo a pisar las tablas.
¿Cómo te ves en diez años? Pues espero que disfrutando del camino, cumpliendo etapas y con la inquietud de seguir creciendo y aprendiendo: “Lento es la manera más rápida de llegar a donde quieres estar”.
¿Una anécdota divertida durante un ensayo o una función? Precisamente de una producción de El Caserío, en Navarra, recuerdo un momento muy divertido porque en escena simulábamos un partido de pelota a mano (pelota vasca). Yo acababa de sufrir una lumbo-ciática que me tuvo convaleciente hasta poco antes del estreno y recuerdo el entusiasmo de aquel partido de pelota como si hubiera recuperado una libertad perdida.
¿Con qué director/a de escena te gustaría trabajar? Me encanta trabajar en producciones dirigidas por artistas que siendo respetuosos con las obras originales asumen el compromiso de acercarlas a los ojos y las sensibilidades del público de hoy día. La ópera no debemos entenderla solo como un arte de otro siglo, una pieza de museo que debemos mantener inalterable y creo que es parte de la necesidad por la que pasamos si queremos atraer al público de hoy. En este sentido ha sido estupendo ver el trabajo de Rafael R. Villalobos en este Orphée de Philip Glass que estamos a punto de estrenar. Me gustaría ver su forma de acercarse a títulos clásicos del repertorio siendo parte de ese proceso.
¿Tienes un lema vital? . Disfruta el momento (carpe diem). «Vive y deja vivir». El foco sobre IGOR PERAL
¿Dónde estás y con quién en el momento de contestar a estas preguntas? En mi casa de Madrid, con parte de la familia que ha venido a ver el concierto que esta tarde tenemos en el Auditorio Nacional con la Novena Sinfonía de Beethoven (Concierto por el 125 Aniversario del Orfeón Donostiarra).
