
El Misteri d’Elx (Misterio de Elche) es un drama sacro-lírico en dos jornadas, completamente cantado, que recrea la muerte, la subida en cuerpo y alma a los cielos y la coronación de la Virgen María. La Festa, como también se conoce esta obra de origen medieval, se representa todos los años en la Basílica de Santa María de Elche en el mes de agosto, para celebrar la festividad de la Virgen de la Asunción. El día 14 se pone en escena la primera parte, denominada ‘la Vespra’ y la segunda parte, ‘la Festa’, el día 15. Además, los días 11,12 y 13 de agosto se realizan los ensayos generales, en los que se escenifican ambos actos seguidos.
El Misteri lleva representándose desde, al menos, mediados del siglo XV, y a lo largo de su historia ha tenido que hacer frente a numerosas vicisitudes de carácter económico, político y religioso. El Concilio de Trento (1545 -1563), con el que la Iglesia de Roma respondía a la Reforma protestante y fijaba el dogma católico tras la degradación y crisis a los que había llegado, prohibió en una de sus conclusiones la representación de obras teatrales en el interior de las iglesia, argumento alegado por el obispo de Orihuela para decretar la prohibición del Misteri. Tuvo así que intervenir la Real Audiencia de Valencia para que el papa Urbano VIII, en 1632, otorgase una bula especial a la Basílica de Santa María de Elche, gracias a la cual se aseguraba la continuidad de la tradición. De hecho, el Misteri d’Elx es la única obra en su género que ha sido representada sin interrupción hasta la actualidad.
La festividad ha recibido numerosas condecoraciones y reconocimientos, entre los que destaca la declaración el 18 de mayo de 2001 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco. Con anterioridad a este importante acontecimiento, concretamente en 1997, se creó el Museo Municipal de la Festa con el objetivo de atrapar parte de la esencia que envuelve este drama religioso y musical. Situado en la antigua ermita de Sant Sebastià (S. XV), lugar del que los actores que participan en la representación parten hacia la basílica de Santa María, y en la Casa de la Festa, el museo reúne fotografías, maquetas, vestuario y proyecciones audiovisuales que recrean el Misteri.
El texto
La copia más antigua del libreto que se conserva data de 1709, aunque hay constancia de copias anteriores. En 1706, el archivo del Consejo ilicitano fue saqueado por las tropas borbónicas, en plena guerra de Sucesión. En tal incidente sufrió graves desperfectos el consueta original que había en ese momento, el cual fue copiado tres años más tarde por Joseph Lozano y Roiz para que pudiera ser usado por los Maestros de Capilla o directores musicales del Misterio. El documento se titula Consueta o Director per a la gran funció de la vespra y dia de la Mare de Déu de la Asumpçió, Patrona de Ells, per als mestres de capella (…) escrita por el beneficiado Joseph Lozano y Roiz, presbítero. Del mismo se han realizado dos ediciones facsímiles: una en 1941, sufragada por el Instituto de España, con un prólogo de Eugenio d’Ors y otra en 1986, confeccionada por la Generalitat Valenciana, con estudios preliminares de Francesc Massip y M. Carmen Gómez Muntané.
El texto literario del Misteri d’Elx, escrito en valenciano -con un salmo y algunos versos latinos- es relativamente breve si se compara con otras representaciones de similares características de las que se han conservado sus libretos, como pueden ser el misterio asuncionista de Tarragona (siglo XIV) o el que se escenificaba en la catedral de Valencia (siglo XV). La obra ilicitana consta de un total de doscientos cincuenta y nueve versos que aparecen distribuidos en estrofas de diversos tipos. Las más numerosas son las cuartetas de versos octosílabos rimados en la secuencia ‘aabb’, es decir, del modelo conocido como noves rimades. También figuran, aunque en menor número, versos decasílabos, distribuidos en cuartetas con rima ‘abab’, así como heptasílabos rimados en ‘aabb’ y ‘abab’.
La música
La faceta artística más notable del Misteri d’Elx es la musical. El drama ilicitano es totalmente cantado y contiene pasajes procedentes de diversas épocas: hay claras influencias del gregoriano medieval, puntos de concordancia con villancicos y otras canciones recopiladas en el Cancionero de Palacio (Renacimiento) e incluso se detectan adornos y añadidos de la época barroca y aun posteriores. Sin embargo, su unidad musical es extraordinaria como se ha puesto de manifiesto en los diferentes estudios e investigaciones realizadas al respecto. Investigaciones que desde los primeros años del siglo XX hasta nuestros días han sido desarrolladas por destacados musicólogos y estudiosos, como Felipe Pedrell, Oscar Esplá, Samuel Rubio, Ismael Fernández de la Cuesta, José M. Vives o M. Carmen Gómez Muntané.
Los cantos del Misterio pueden clasificarse, grosso modo, en monódicos y polifónicos. Concretamente, de las veintiséis piezas musicales que recogen los consuetas históricos de 1709 y 1722 –sin contar el salmo ‘In exitu Israel d’Egipto’, que se repite en tres ocasiones durante el segundo acto–, diez son monódicas y dieciséis polifónicas, aunque en ambos casos existen repeticiones de melodías con diferentes textos literarios.
Gracias a unas anotaciones existentes en el consueta de 1639, conocemos el nombre de tres de sus compositores. Se trata de un tal Ribera que, con ciertas prevenciones, se ha identificado con Antonio de Ribera, cantor de la capilla pontificia de Roma entre 1513 y 1523. Otros estudiosos, sin embargo, se inclinan a favor de un Ribera, que fue tenor de la capilla imperial de Maximiliano II de Austria entre 1566 y 1567. Otro de los autores conocidos de la polifonía de la Festa es el canónigo Pérez, identificado por los expertos como Ginés Pérez (1548-1600), maestro de capilla de la catedral de Valencia, canónigo de la de Orihuela. Por último, se menciona a Lluís Vich, organista de la iglesia de Santa María de Elche y primer maestro conocido de su capilla musical (entre 1562 y 1594). Y también tuvo relación con la música de la Festa el maestro de la capilla real de Madrid, Juan Bautista Comes (1582?-1643) quien, según el consueta de 1625, compuso una pieza para sustituir la que cantaba la Santísima Trinidad. Esta pieza no llegó a incorporarse a la representación y aunque el mencionado libreto reproduce los versos del canto, no se conserva su partitura.
El argumento
Primera jornada: La vespra
En la primera jornada del Misterio, la Vespra, la Virgen María y su cortejo, formado por María Salomé y María Iacobe y algunos ángeles (personajes representados por niños ya que el origen litúrgico de la obra impide la participación femenina) entra por la entrada principal de la basílica y asciende por el andador (rampa que se inicia en la puerta mayor del templo y comunica con el escenario o cadafal levantado en el crucero).
Desde la cúpula de la iglesia, que para las representaciones del Misterio se cubre con una lona pintada que simula el cielo, desciende un ángel en el interior de un aparato denominado Mangrana. Este ángel (también un niño) anuncia a María su cercana muerte y le entrega una palma dorada para que sea portada en su sepelio.
Siguiendo los deseos de la Virgen entran en el templo los apóstoles (salvo Santo Tomás) dispuestos a asistirla en sus últimos instantes. Tras la muerte de María, el niño que la representa será sustituido por la imagen de la Virgen de la Asunción, patrona de Elche. Y un nuevo aparato aéreo, ocupado por tres adultos y dos niños figurando ángeles, desciende lentamente para recoger el alma de la Virgen, que está representada por una pequeña imagen. Con la subida al cielo de este coro llamado Araceli concluye el primer acto de la representación.
Segunda jornada: la Festa
La segunda jornada de la obra, la Festa, se inicia con los momentos previos al sepelio de María. Los preparativos son interrumpidos por un grupo de judíos que quiere impedir el entierro. Tras una pequeña lucha con los apóstoles, uno de los hebreos intenta tocar el cuerpo de la Virgen y queda paralizado. Ante el prodigio, los judíos se convierten y manifiestan su fe en la maternidad divina de María. Bautizados por San Pedro con la palma dorada bajada del cielo, recuperan milagrosamente la movilidad. Los judíos se unen a los apóstoles en el entierro de la Madre de Dios, que se convierte en una solemne procesión sobre el escenario. Finalmente la imagen de la Virgen será depositada en un foso existente en el centro del cadalso que representa su sepultura.
En ese momento el Araceli desciende de nuevo para unir el alma de María a su cuerpo y llevarla a los cielos resucitada. La asunción de la Virgen es interrumpida por el apóstol Santo Tomás, que le pide disculpas por su tardanza puesto que estaba predicando en la India lejana. Abierto de nuevo el cielo, hace su aparición otro aparato aéreo ocupado por la Santísima Trinidad. Entonces el Padre Eterno deposita sobre las sienes de la Virgen una corona imperial. María ha sido coronada como Reina de la creación. Y el canto emocionante del ‘Gloria Patri’, junto con los aplausos de los numerosos espectadores, pone final al Misterio de Elche.
Texto elaborado a partir de la información recogida en la web oficial de ‘El Misteri d’Elx’: https://www.misteridelx.com/
Redacción OW