El showman Roth-Costanzo hace vibrar al Real en la entrega de sus premios 2023

                                                         Roth-Costanzo premios Real Por Majo Pérez

En la lluviosa noche del lunes 29 de mayo, el Teatro Real de Madrid volvió a vestirse de gala para escenificar la entrega de los premios que llevan su nombre, los cuales van ya por la segunda edición. La maestra de ceremonias fue la presentadora de la casa, Anne Igartiburu, quien inauguró el acto recordando a la ilustre mezzosoprano y expatrona de honor del Teatro Real Teresa Berganza, fallecida hace poco más de un año. A ella también estuvo dedicada la pasada edición de los premios y será nuevamente homenajeada mañana 31 de mayo en el estreno de Il turco en Italia –cabe recordar que la madrileña sigue siendo una de las mejores intérpretes rossinianas de la historia–.

Galardonados en la segunda edición de los Premios del Teatro Real. (De izq. a der.) Andrés Máspero, Calixto Bieito, Deborah Warner, Ivor Bolton, Fernando Palacios y Anthony Roth-Costanzo © Javier del Real | Teatro Real

En total se entregaron seis premios, agrupados en dos categorías. En la categoría de premios institucionales, se reconoció la trayectoria de tres trabajadores de la casa, empezando por su director musical Ivor Bolton, quien lleva al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real desde 2015. En su discurso de agradecimiento, pronunciado en español, el británico dedicó el galardón a los músicos que dirige, poniendo de relieve que en los últimos años esta formación se ha posicionado entre las mejores de Europa, gracias entre otras virtudes a su flexibilidad y amplio repertorio. Roth-Costanzo premios Real

A continuación fue distinguido Andrés Máspero, director del Coro Titular del Teatro Real, quien a su vez dedicó el premio a los 51 cantantes titulares del mismo. Además tuvo unas palabras de gratitud y recuerdo hacia las figuras de Gerard Mortier, antiguo director artístico de la casa, fallecido en 2014, y a Miguel Muñiz, antiguo director general, que falta desde 2012.

El último de los premios institucionales de la noche fue para Fernando Palacios, asesor del Real Junior desde su creación, donde también ha colaborado como director, guionista e intérprete. Palacios se mostró muy agradecido por este “autopremio” que reconoce su labor y la de todo el departamento educativo del Teatro Real, el cual ha hecho posible un total de 93 espectáculos musicales para toda la familia, subrayando la importancia de divulgar el repertorio entre todos los públicos para garantizar el relevo generacional. Asimismo, dedicó esta distinción a la catedrática Elisa Roche, quien fuera su profesora de Pedagogía musical en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.

Por otro lado, los Premios del Teatro Real en su vertiente artística aplaudieron la labor de dos grandes directores de escena. En primer lugar se distinguió el sentido humanista y crítico de las creaciones de la británica Deborah Warner, vinculada al Real con la premiada producción Billy Budd y la conmovedora Peter Grimes. Tras lamentar no poder pronunciar su discurso de agradecimiento en español, la directora dirigió sus palabras a todo el equipo del Teatro Real por “hacer de este espacio el mejor lugar para trabajar, por el enorme cuidado hacia los artistas y el proceso creativo, por poner todos los medios a tu alcance y, a la vez,  hacerte sentir en familia”. “He sido extremadamente feliz trabajando aquí”, remarcó.

El otro director de escena premiado fue Calixto Bieito, quien ha presentado en este escenario producciones de Wozzeck, Die Soldaten, Carmen y, la pasada temporada, de El ángel de fuego, con gran éxito de crítica. En su discurso, Bieito habló con emoción de los más de 30 años de colaboraciones con Joan Matabosch y de la entrega que demuestra en cada producción todo el equipo del Teatro Real: “Nadie es capaz de hacer nada solo y aquí habéis creado un espacio de arte”. Además tuvo unas palabras para reivindicar la vigencia de la ópera: “es el arte del futuro”. Roth-Costanzo premios Real

El contratenor Anthony Roth-Costanzo durante su actuación en los II Premios del Teatro Real

El último premiado fue además quien le puso espíritu a la noche, convirtiendo esta gala en un recuerdo inolvidable para los asistentes. Se trata del contratenor estadounidense Anthony Roth Costanzo, ganador también –como él mismo recordó– del concurso Operalia en 2012, y conocido en la capital española por sus interpretaciones de Apolo, en Muerte en Venecia, o  Armindo,  en Partenope-,  quien manifestó: “el Teatro Real me encanta, no sólo por la calidad de su música, del teatro y del arte, que hacen al nivel más alto, sino por las personas que están y son como una familia y te hacen sentir parte de ella”.

Tras sus palabras, pronunciadas en un español fluido y salpicadas de enorme simpatía, y acompañado al piano por el maestro Bryan Wagorn, Roth-Costanzo ofreció un recital cuyo programa proponía un viaje por épocas y estilos tan diferentes e inusuales en el repertorio de un contratenor como los de Georg Friedrich Händel, Franz Liszt, Fernando Obradors, George Gershwin y Philip Glass. Roth-Costanzo premios Real

El recital arrancó con arias del compositor cumbre del barroco operístico (“Stille amare” de Tolomeo, re d’Egitto y “Rompo i lacci”  de Flavio, re de’ Longobardi), donde el cantante mostró su facilidad en las agilidades y buen gusto en el ornamento, arias que, como sucede en su disco ARC, se alternaron con arreglos de canciones de Philipp Glass (la deliciosa “Liquid Days” parte 1, de Songs from Liquid Days y “1000 Airplanes on the Roof” de The Encounter), en las que nos hizo vibrar contagiándonos su chispeante y jovial personalidad.

Cada pieza estuvo aderezada con anécdotas personales –por ejemplo, Roth-Costanzo descubrió el tema “Liquid Days” mientras montaba en bici por Londres– y con pinceladas didácticas que contextualizaban lo que el público iba a escuchar. Con su característica gracia nos confesó su desolación por el hecho de que no se hubiera compuesto música para contratenor durante el Romanticismo, algo ante lo que una persona de su pasta no podía quedarse de brazos cruzados. Así pues, en el bloque siguiente interpretó en el más puro espíritu romántico cuatro lieder de Franz Liszt (Im Rhein, im schönen Storme S. 272, Über allen Gipfeln ist Ruh S. 306, Hohe Liebe S. 307 e Ihr Glocken von Marling S. 328) y una selección de las Canciones clásicas españolas vol. 1 de Fernando Obradors (II. “Al amor”, III. “Corazón, ¿por qué pasáis”, V. “Con amores, la mi madre”, en la que Anne Igartiburu volvió a aparecer en escena profiriendo la frase que la ha hecho popular y que el norteamericano había utilizado previamente para saludar, VI. “Del cabello más sutil”, y VII. “Chiquitita la novia”), donde echó todo el salero.

El recital hizo las delicias del público de principio a fin, aunque personalmente me encantaron las piezas con las que puso el broche final a la velada. Fueron tres números a modo de declaración de principios en los que no faltó la dosis de humor y espectáculo que caracterizan a este showman todoterreno, números extraídos de sendos musicales de George Gershwin: Girl crazy, del que interpretó “Sam and Dalilah” y “I Got Rhythm” y Strike up the Band, del que cantó “The Man I Love”, no sin antes compartir con los asistentes la osada ocurrencia que tuvo de ofrecer esta última como propina cuando actuaba en directo en la televisión pública de Hungría: “Afortunadamente del teatro me fui directo al aeropuerto para tomar el avión”.

La propina que nos reservaba anoche fue otra grata sorpresa: con ayuda de un abanico nos ofreció el dúo de Susana y el Conde del acto III de Le nozze di Figaro, interpretando a la vez a ella con su voz “natural” de contratenor y a él con su no voz de barítono. Anthony-Roth Costanzo, genio y figura.