Föttinger Don Giovanni Gärtnerplatz Por Luc Roger
El Don Giovanni de Mozart se repone en la Gärtnerplatz en la hermosa producción que Herbert Föttinger puso en escena en 2017 y que ha sido un gran éxito desde su estreno. Los decorados de Walter Vogelweider sitúan la acción en una atmósfera sepulcral: el escenario giratorio acoge tres mausoleos triangulares dotados de puertas con bajorrelieves, uno de los cuales representa una siniestra imagen de cuerpos apilados. El tiempo se ha evaporado, como indican los relojes sin agujas. Entre dos mausoleos hay un gran crucifijo. Fue en el interior de uno de ellos donde el padre de Doña Ana fue asesinado. Flores, velas y estatuas sagradas honrarán la memoria del difunto, pero a Don Giovanni nada de esto le importa: mientras yace entre los objetos votivos, piensa que pronto acabará con esta vida de la que hace tiempo se ha cansado. Föttinger Don Giovanni Gärtnerplatz
El barítono austriaco Mathias Hausmann convenció en el papel titular en 2017 y hoy ofrece una interpretación aún más refinada y madura, la de un personaje desilusionado que ha probado todos los placeres y sigue en su búsqueda sin creer en ellos. No quedan ya seducciones ni perversiones que no haya experimentado, lo que explica esa especie de indiferencia y frialdad casual cuando acaba de asesinar al padre de una de sus conquistas. Al final de la ópera, Herbert Föttinger no lo enfrenta a la estatua del Comendador que cobra vida para incitarle al arrepentimiento sino a la del gran crucifijo: en una inventiva escena, Don Giovanni pone a Cristo, una vez desprendido de la cruz, sobre sus rodillas –una pietà invertida – y llegará a proponerle un brindis entregándole un vaso de vino tinto. Una voz en off, la de Sava Vemić, que asume el papel este año, amonesta sin mucho efecto al seductor impenitente, que acabará suicidándose con un revólver.
Pero Mozart no escribió la tragedia del aburrimiento, aunque este sea el que llena la vida del rol titular. Se trata de un dramma giocoso, un drama alegre con una música viva y emocionante, y el contundente libreto de Lorenzo da Ponte conduce la acción a un ritmo vertiginoso. Hay que señalar la espléndida actuación de otros dos miembros del reparto. El primero y más importante fue el Leporello de Timos Sirlantzis, un bajo-barítono griego que acaba de ser nombrado una de las 20 principales estrellas emergentes del mundo por la revista británica Opera Now, y cuya presencia escénica causó impresión en su debut en Múnich. Un Leporello cuyo atuendo y gestos interpelaban a los numerosos jóvenes del público: túnica con capucha, zapatillas deportivas, ordenador y teléfono móvil. El famoso catálogo está digitalizado y Leporello invita a Doña Elvira a descubrirlo en la pantalla de su ordenador. Doña Elvira, otra revelación de la noche. Mária Celeng nos regaló una brillante interpretación de este personaje, compitiendo con la gloriosa soprano Jennifer O’Loughlin como Doña Anna en voz y en ardor. Föttinger Don Giovanni Gärtnerplatz
Y junto a estos cuatro poderosos artistas, destaca asimismo con gran finura la Zerlina de Sophie Mitterhuber, con su encantadora voz de soprano ligera, mientras que el Masetto de Alexander Grassauer se muestra más comedido, a pesar del subidón que le proporciona su despedida de soltero, en la que le regalan una stripper en topless. Mucho pecho al descubierto también en la progresiva transformación de los invitados a la boda, a los que Don Giovanni consigue llevar a su terreno. Desde luego, el excelente diseñador de vestuario del Theater-am-Gärtnerplatz, Alfred Mayerhofer, se luce trasvistiendo a los hombres que asisten a la boda, quienes llevan las mismas faldas de colores, tacones altos y máscaras de lentejuelas doradas que las mujeres. La dirección de Anthony Bramall, el juego y el compromiso del coro, la complicidad de todo el elenco, se combinan para hacer una ofrecer al público una noche excepcional en este teatro de dinamismo legendario.
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Theater-am-Gärtnerplatz de Múnich, a 2 de junio. Don Giovanni, música de W. A. Mozart y libreto de L. Da Ponte. Director de orquesta, Anthony Bramall; director, Herbert Föttinger; escenografía, Walter Vogelweider; vestuario, Alfred Mayerhofer; iluminación, Michael Heidinger; dramaturgia, David Treffinger; Don Giovanni, Mathias Hausmann; Donna Anna, Jennifer O’Loughlin ; Don Ottavio, Gyula Rab; Comendador, Sava Vemić; Donna Elvira, Mária Celeng; Leporello, Timos Sirlantzis; Masetto, Alexandre Grassauer; Zerlina, Sophie Mitterhuber; Coro y figurantes del Staatstheater am Gärtnerplatz; Orquesta del Staatstheater am Gärtnerplatz. Opera World