El viaje musical del caminante Andreas Schöll

El viaje musical del caminante Andreas Schöll
Andreas Schöll; foto Antoni Bofill

Entre los recitales de la temporada del Liceu 2014-15 destacaba este recital del contratenor alemán Andreas Schöll que regresaba al coliseo de las Ramblas acompañado de su pareja en la vida real, la pianista israelí Tamar Halperín.

Es curioso cómo un teatro que no programa apenas óperas barrocas, por ejemplo esta temporada ninguna sin ir más lejos (si exceptuamos los extractos que Jordi Savall ofreció del Farnace vivaldiano), en cambio ofrezcan conciertos de dos de los contratenores más afamados del momento y un recital Haendel por la soprano Desay.

El Liceu no es un espacio ni por acústica, ni mucho menos por su público para este tipo de recitales en formato de solista con piano. Prueba evidente que el recital tardó en arrancar tanto por la frialdad de los intérpretes como por las inclemencias acústicas del público (toses, wpp, golpes de puertas, ….)

La propuesta a priori era interesante como estaba publicitada: « la intención de evocar en el Liceu la atmósfera de las íntimas veladas musicales de los salones del siglo XIX» Pero el problema es que en estas veladas y para este repertorio la voz de contratenor es lo menos historicista que se pueda programar.

Salvando todo esto la velada fue in crecendo dentro de una temática de una gran soledad anímica y una tristeza centroeuropea romántica.

Las partituras del clasicismo que sirvieron como de pequeñas ventanas de optimismo no sirvieron para conseguir levantar el ánimo mediterráneo de los oyentes.

En cambio las partituras de Schubert y Brahms fueron verdaderos momentos de belleza romántica y si hemos de señalar dos momentos especialmente en que la voz de Scholl marcó un subrayado sería el Ave María Op.52 de Schubert en el que su pureza de timbre, su increíble línea de canto y su cuidada dicción expresiva en esta versión original en alemán cambió la predisposición del público para reanudar el recital tras una primera parte más fría.

El otro momento schubertiano digno de mención fue el lied «Der Tod und das Mädchen» lied que fue interpretado por Andreas Schöll utilizando su voz de contratenor en la parte de la doncella y su voz natural de barítono para interpretar la Muerte. Una idea fantástica y que tan sólo en esta vocalidad de contratenor es posible.

Igualmente los lieder de Brahms fueron interpretados con la musicalidad que caracteriza a un buen intérprete aunque alejado de este repertorio en cuanto a tímbrica.

Ya en su anterior visita en 2011 en este mismo escenario nos dimos cuenta de que los años de gloria de Andreas Schöll ya pasaron por eso no nos explicamos cómo habiendo otros contratenores que están en plena carrera ascendente no se prioriza a estas nuevas voces con unos recitales más acordes a su repertorio y vocalidad que estos híbridos estilísticos que no complacen al público abonado al que se le imponen y que fueron abandonando la platea antes de comenzar la segunda parte.

Igualmente parte de las piezas de este concierto, algunos de los lieder de Haydn ya se los oímos en su debut…lo cual demuestra una falta de atención por parte de quien lo programa o de quien lo ofrece al repetir repertorio en un teatro que sólo ha visitado dos veces

Pero por si esto no fuera suficientemente grave… ¿Cómo es posible que en un recital de voz y piano, en el que es tan importante el discurso vocal como el instrumental, no haya ni una mínima referencia de la biografía de la pianista Tamar Halperin en el programa de mano? Es ya no imperdonable, sino ofensivo para la intérprete y deja bastante en entredicho a quien realiza dichos programas de mano….cómo escribir algunos títulos en el alemán original y en cambio el lied «La Muerte y la doncella» aparecer en su traducción inglesa en vez del original alemán….un poco de revisión no estaría mal en el nuevo equipo de edición del Liceu.

El recital acabó con dos bises contemporáneos de compositores israelitas que despidieron al público que llegó al final de la velada con un buen sabor de boca.

La siguiente cita será con otro contratenor en pleno éxito el francés P.Jaurossky que igualmente ofrecerá un recital de” melodies” francesas de su última grabación…esperemos que con mejor fortuna que el recital aquí reseñado.

Robert Benito