Becqueriana Escuela canto Madrid Por Majo Pérez
Quinta función (contando los dos ensayos abiertos al público) en el teatro del palacio Bauer, pero la misma expectación que el primer día. La Escuela Superior de Canto de Madrid (ESCM) vuelve a marcar un hito en el panorama lírico de la capital con la recuperación escénica de la primera ópera compuesta y estrenada por una mujer en España. Se trata de Becqueriana, con música de María Rodrigo (Madrid, 1888 – San Juan de Puerto Rico, 1967), quien, gracias a la intercesión de sus libretistas, los influyentes hermanos Quintero, pudo ver su obra en el escenario del Teatro de la Zarzuela el 9 de abril de 1915, conquistando gran éxito entre el público y la crítica de la época. La musicóloga Noelia Lorenta, en su interesante artículo “María Rodrigo ante los espejos de la crítica madrileña (1915-1917)”, recoge las opiniones vertidas sobre la compositora y Becqueriana, su primer título de teatro musical, que la consagró como compositora.
“Por la energía de la instrumentación, la originalidad de su estructura, que ofrece un modo de hacer propio, personal, […] no parece la partitura de Becqueriana obra de una mujer” o “la música es apasionada y tierna… la instrumentación, perfecta; la técnica de un maestro” son algunos de los comentarios que en los días siguientes al estreno de la obra se pudieron leer sobre María Rodrigo, que llegó a ser catedrática de Conjunto Vocal e Instrumental en el Conservatorio de Madrid. Sin embargo este éxito no fue suficiente para evitar que la guerra y el exilio (primero a Suiza, luego a Colombia y finalmente a Puerto Rico, donde murió), sumados a una sociedad en la que las mujeres no tenían la misma valía que los hombres, borraran su nombre de la historia de la música española del siglo XX. Al menos hasta que el director de orquesta José Luis Temes empezara a recuperar su música; Becqueriana fue presentada en versión de semiconcierto en 2016 en el Auditorio Nacional de Música, y editada y grabada al año siguiente con motivo del cincuenta centenario de la muerte de la compositora. En aquella ocasión, la soprano Ruth Iniesta y el tenor Alejandro del Cerro defendieron los papeles protagonistas.
Becqueriana relata una historia de naturaleza onírica inspirada por la rima XI del sevillano que le da nombre: un poeta entabla un diálogo imaginario con tres mujeres. La primera, morena, le ofrece un amor pasional. La segunda, rubia, le intenta conquistar desde la ternura. En cambio es la tercera, una mujer distante e intangible que no le ama, a quien el poeta idealiza y persigue. Si bien toda la ópera, al igual que la rima de Bécquer, ensalza la supremacía de la poesía sobre el amor carnal, del arte sobre la vida, será la hipnótica música continua la que terminará imponiéndose al texto en esta defensa del “vivir no es necesario; navegar, sí”. La exuberante orquestación y la depurada técnica, que miran a Alemania sin perder su acento español –no en balde María Rodrigo pudo completar sus estudios en Alemania, Francia y Bélgica–, y la sugerente belleza de la melodía cautivan al espectador desde los primeros acordes, llegando a su paroxismo durante el bailable. Becqueriana Escuela canto Madrid
Los aciertos de esta producción no terminan aquí. Al interés de la obra de María Rodrigo hay que añadir el buen criterio de emparejarla en este programa doble con la “ópera chica” Adiós a la Bohemia (música de Pablo Sorozábal y libreto de Pío Baroja, estrenada en el Teatro Calderón de Madrid en noviembre de 1933), de algún modo otra rareza en el panorama musical español del primer tercio del siglo XX, tanto por su música, que enriquece su entramado armónico y busca nuevas texturas, como por su texto, de una crudeza que sobrecoge, mucho más naturalista que la ópera del verismo italiano. Su ‘coro de prostitutas’ me emocionó. El director de escena del proyecto, Raúl Arbeloa, explicaba al principio de la función el diálogo que mantienen ambos títulos, entre los que un fracasado poeta sirve de hilo conductor. Becqueriana Escuela canto Madrid
Adiós a la Bohemia y Becqueriana estuvieron defendidos por alumnos de la ESCM, encabezados por Marta Barbé (Trini), John Heath (Ramón), Esteban Serrano (vagabundo), Miguel Casanova (señor que lee) y Sergio Andrés (chulo) en el primer título, y por José Antonio Tejero (poeta), Belén Herrero (Pasión), Sona Gogyan (Ternura) y Candela Pumares (Ilusión), en el segundo. Les arropó desde el foso una orquesta bien concertada por el director musical, Mariano Rivas, la cual sacó un sonido bien empastado y de hermosa factura. A modo de obertura, se interpretó un fragmento del Capriccio Sinfonico de G. Puccini. Y además se contó con la participación de un ballet conformado por alumnos del Conservatorio Superior de Danza María de Ávila.
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Teatro de la Escuela Superior de Canto de Madrid, función del 22 de febrero de 2023.
Adiós a la Bohemia, música de Pablo Sorozábal y libreto de Pío Baroja. Solistas: Marta Barbé (Trini), John Heath (Ramón), Esteban Serrano (vagabundo), Miguel Casanova (señor que lee) y Sergio Andrés (chulo).
Becqueriana, música de María Rodrigo y libreto de los hermanos Quintero. Solistas: José Antonio Tejero (poeta), Belén Herrero (Pasión), Sona Gogyan (Ternura) y Candela Pumares (Ilusión), Beatriz Cuéllar (ninfa).
Solistas y Coro de la Escuela Superior de Canto de Madrid.
Ballet del Conservatorio Superior de Danza María de Ávila: Álvaro Cano, Blanca de Cossío, María Ares, Carolina Alacreu, Celia Su, Susana Algora, Arianna Soto y Antón López.
Dirección escénica: Raúl Arbeloa. Dirección musical: Mariano Rivas. Pianistas: Leonor Salinero y Atenea Miralles.