Entre Sevilla y Triana zarzuela feminista Por Rosario de la Guía
Tras la cancelación de la primera función a causa de la huelga de trabajadores del INAEM, asistimos al estreno de Entre Sevilla y Triana por parte del segundo reparto, enmarcado en una ocasión especial, ya que el mayor mérito de la noche corresponde sin duda a la llegada, por fin, al Teatro de la Zarzuela de esta obra lírica o «sainete grande» de Pablo Sorozábal, con todo lo que ello significa. Con la puesta sobre las tablas de Entre Sevilla y Triana se salda una deuda más de las que España tiene pendientes en relación a la recuperación de nuestro inmenso patrimonio lírico. Gracias a la investigación de Curro Carreres y Manuel Coves, anoche pudimos disfrutar de una título que esperemos quede por muchos años en las programaciones de nuestros teatros líricos.
Sorprende la valentía del libreto que, aunque ha sufrido ciertas modificaciones por parte del sr. Carreres, nos ayuda a centrar el tema en el carácter de los personajes, en especial de la protagonista Reyes, quien se presenta como una mujer empoderada que busca la igualdad y lucha por su amor, desde la reafirmación del querer y no del deber… Podría haber terminado siendo una especie de «Madama Butterfly» a la española, pero lejos de ello, Reyes se reivindica en sus intervenciones con una valentía que sorprende para los años 50, en frases como: «todavía no ha nacío el hombre que a mí me mande», o «yo no admito limosnas en el querer», o bien en la que abre y cierra su presentación dentro de la zarzuela: «y a quien quiera desviarme, le digo que pierde el tiempo, que soy como la Giralda, firme como mis cimientos…». Entre Sevilla y Triana zarzuela feminista
Por lo demás, el planteamiento de los personajes de la obra se alinea con las convenciones de la época: trío amoroso, pareja cómica y secundarios, en este caso vecinos y marineros. Entre estos últimos debemos mencionar a Ángel Ruiz en el papel de Angelillo, quien mostró no sólo una flexibilidad vocal en la interpretación de diferentes estilos musicales, sino una soltura dentro del personaje que le hicieron destacar en la noche. El público reaccionó ante la guasa del libreto y la chispa y fluidez, muy bien trabajada en los diálogos desde la dirección escénica de Curro Carreres.
La partitura, siendo del maestro Sorozábal, mantuvo la excelencia a la que nos tiene acostumbrados en otros títulos célebres, con la particularidad de que en esta despliega con profusión recursos «al estilo andalú», melodías que se dejan impregnar de la herencia árabe. Además, esta propuesta de Carrreres cuenta con algún número añadido de flamenco, que aportó mucho color a la obra gracias a la excelente interpretación del cantaor Jesús Méndez y del guitarrista Abraham Lojo. A ello contribuyó también el número musical bailado «a deux» por dos excelentes bailarinas, momento alegórico que bien podría interpretarse como el duelo entre ambas mujeres que tienen un mismo querer, o bien como la lucha que la propia Reyes mantiene consigo misma, mostrada en la coreografía «en espejo». Entre Sevilla y Triana zarzuela feminista
También el zorongo y las seguidillas estuvieron presentes en la obra y deleitaron al público asistente, así como la olvidada Feria de las Cruces sevillana, que sí ha perdurado en los patios de Córdoba. Costumbrismo sin complejos, reflejo de nuestra cultura más popular. El lirismo musical lo encontramos en varios números, especialmente en el dúo de los personajes principales de Reyes y Fernando (nº 9, 2º acto), en la 2º romanza de Fernando (nº 11, 2º acto), y en la romanza de tenor del 2º acto. Berna Perles mostró un timbre lírico de tintes dramáticos, que casaba con su personaje, el cual da la cara como representante del amor pasional, madre por encima de todo y de todos, incluso de las dificultades que sufrían la mujeres en su situación en esa época. Javier Franco nos mostró su mayor expresividad en la romanza del 2º acto ‘Una más’, donde confiesa que ella siempre ocupó un lugar destacado en su corazón de marinero, y Alejandro del Cerro cantó con timbre franco y homogéneo en su romanza (nº 13, 2º acto) que muestra lo incondicional de su amor por Reyes.
La Orquesta de la Comunidad de Madrid, dirigida por el maestro García Calvo, se mostró desequilibrada en los graves, apenas presentes, y sus vientos-madera podrían haberse lucido más: desaprovecharon bellas líneas melódicas, interpretadas en la misma dinámica. Faltó, en general, refinamiento en la expresión, algo común en la interpretación de nuestro género lírico. Se echa de menos el «puntillismo» con el que se trabaja el repertorio sinfónico, donde las frases se desarrollan; una misma frase no se interpreta dos veces de igual manera, se profundiza más en el fraseo… Por su parte, el Coro titular del Teatro de la Zarzuela, en su intervención destacada del número de la Habanera (nº 4 – 1º Acto), nos regaló una sección masculina muy bien empastada y ajustada con la orquesta, a pesar de la opacidad que se deriva del uso de las mascarillas.
Todo esto fue disfrutado dentro de una escenografía inteligente que con apenas unos movimientos estructurales nos mostró hasta 5 versiones del escenario, mayormente engalanado de flores y azulejos –algo decadente, quizás haciendo cierta referencia al «olvido en que había caído esta obra»–, pero al que sacan brillo y contextualizan tanto la iluminación de David Hortelano, como el vestuario de Jesús Ruíz, sin olvidar, las magistrales coreografías de Antonio Perea. Entre Sevilla y Triana zarzuela feminista
Deuda saldada, gracias Curro Carreres y Manuel Coves.
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Teatro de la Zarzuela, 27 de enero de 2022: Entre Sevilla y Triana, música de Pablo Sorozábal y libreto de Luis Fernández Sevilla y Luis Tejedor Pérez.Reyes: Berna Perles, Fernando: Javier Franco, José María: Alejandro del Cerro, Angelillo: Ángel Ruiz, Micaela: Anna Gomà, Cantaor: Jesús Méndez, Guitarrista: Abraham Lojo, Señá Parro: Gurutze Beitia, Glosopeda: Manuel de Andrés, Señor Mariano: Antonio MM, Isidora: Rocío Galán, Escardillo: David Sigüenza, Esperanza: Lara Chaves, Joseba Pinela: Mister Olden, Alfarero: Alberto Caballero, Doña Benita: Resu Morales, Florista: Carmen Paula. Dirección musical: Guillermo García Calvo. Dirección escena: Curro Carreres. Escenografía: Ricardo Sánchez. Vestuario: Jesús Ruiz. Iluminación: Eduardo Bravo. Coreografía: Antonio Perea. Producción del Teatro Arriaga, Teatro de la Maestranza,Teatros del Canal y Teatro Campoamor (2012). Entre Sevilla y Triana zarzuela feminista Opera World