Cosme Marina, director artístico de la Fundación Musical Ciudad de Oviedo, institución desde la que ejerce la dirección del Festival de Teatro Lírico Español, de la Jornadas de Piano Luis G. Iberni, el ciclo de Grandes Conciertos del Auditorio Príncipe Felipe, el Festival de Danza del Teatro Campoamor y el Festival Primavera Barroca, lo cual le convierte en el alma mater de lo que algunos llaman la Viena española. Además, ejerce desde hace treinta años como periodista especializado y crítico musical en diversos medios de comunicación. Federico Figueroa le entrevistó en Madrid, en la Jornadas de Zarzuela 2022 organizadas por la Fundación Guerrero en el Museo Cerralbo. Entrevista Cosme Marina
Desde tu posición como programador del Festival del Teatro Lírico Español, ¿cuáles son en tu opinión los retos a los que se enfrenta la zarzuela?
Yo creo que hay abiertos varios frentes. Para empezar, uno que afecta a todas las artes escénicas, los “efectos pandémicos”, que aún no podemos decir que estén superados, ni siquiera suficientemente medidos, nos falta aún perfectiva. Por ejemplo, una parte del público todavía no se atreve a volver a las salas. Y luego la lírica española sigue teniendo problemas “endémicos”. Para empezar, una falta de compromiso con el patrimonio musical español, que se manifiesta en muchos sectores, desde el propio Ministerio de Cultura, cuya labor en este sentido es perfectamente mejorable, más allá del trabajo importantísimo que se realiza en el Teatro de la Zarzuela, que es esencial, pero que a fin de cuentas está muy centrado en una única ciudad. Se mueve alguna que otra producción, nosotros desde el Festival podemos dar cuenta de ello, pero fuera de ahí poco más hay. Aparte de esto, si seguimos bajando de nivel administrativo, lo mismo sucede en comunidades autónomas y ayuntamientos. Es muy difícil encontrar un ayuntamiento como el de Oviedo, que apoye la lírica española con una temporada estable –en este caso desde hace ya casi treinta años, los cumplimos el año que viene–. Y si uno mira a los teatros públicos, que en España son todos o casi todos –quitando algunos en Madrid, Barcelona y quizá Valencia–, la presencia de la zarzuela es episódica en casi todos ellos.
¿Qué líneas programáticas caracterizan tu gestión?
Nosotros intentamos, por una parte, trabajar el repertorio más conocido dándole otra visión –ahí entra la colaboración, por ejemplo, con Madrid o, tiempo atrás, con el Teatro Arriaga de Bilbao cuando Emilio Sagi estaba allí, y también colaboramos en su momento con los Teatros del Canal–, es decir, por un lado, trabajamos el repertorio tradicional y más demandado por todos con otra mirada, y con una apuesta por la calidad en las puestas en escena, las voces, las batutas, etc. y, por otro lado, tenemos un compromiso con la creación contemporánea y con la ópera española. Porque el Festival de Oviedo es un Festival de Teatro Lírico Español, no solo de zarzuela. La zarzuela es el género mayoritario en la programación, pero siempre procuramos que haya por lo menos un título de ópera española dentro del festival.
Por ejemplo, este año veremos María Moliner, y otros años hemos tenido o bien ópera del XIX o de comienzos del XX y algún que otro estreno. Estas serían las líneas maestras de la programación “grande”, la más estable. Para mí la clave principal es que todo lo que se haga tenga calidad, la máxima que se pueda dentro del ajustado presupuesto con el que contamos. Y este mismo año hemos abierto un formato nuevo, ‘Off Zarzuela’. Lo hemos inaugurado con la recuperación de la revista The Land of Joy, de Quinito Valverde, la cual se estrenó en Nueva York en 1917 y en España no se había puesto nunca. Así que en colaboración con la Universidad de Oviedo y, gracias a la profesora Miriam Perandones, hemos hecho esto posible su recuperación ciento y muchos años después. También hemos trabajado en una pequeña producción con Rodrigo Cuevas, este artista asturiano, muy joven y muy transgresor, que se autodefine como “agitador folclórico” y que está muy interesado en la zarzuela. De hecho, esta producción de Barbián ya se vio en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Y la idea es seguir, a través de este ‘Off Zarzuela’ en años sucesivos, recuperando otros títulos –títulos barrocos, por ejemplo– e implicar a músicos de fuera en esto de la zarzuela, para que la zarzuela no sea solo una “cosa nuestra”.
Yo sé que tú eres un hombre contemporáneo, avant-garde podríamos decir, teniendo en cuenta todo lo que has hecho, pero ¿cómo intentas por un lado seducir a nuevos públicos y por otro tener contento a este público más tradicionalista que se resiste un poco a los cambios?
Es un equilibrio difícil siempre. El público más tradicional, sobre todo con los títulos que más conoce, quiere que se les presenten escénicamente de una manera muy determinada. Pero está pasando una cosa muy curiosa: todos los títulos de repertorio que hemos hecho con un enfoque diferente, con cambios temporales, modificaciones incluso en los libretos, etc., son las producciones que han tenido mejor acogida de público, Y por otro lado, desde que empezamos a hacer esto hace seis o siete años, hemos notado que, sin haber perdido el público de más edad, que es incondicional del género, a la vez hemos ganado otros espectadores más jóvenes que antes no se interesaban por la zarzuela –haciendo por su puesto el paréntesis que nos impuso la pandemia–. Y ahora les interesa porque artistas que consideran más próximos a ellos también se están acercando a la zarzuela y porque ciertos aspectos de esta manera de hacer les resultan más relevantes. Les interpelan de forma directa.
Entonces, ¿también van a apostar por la zarzuela del siglo XVIII que, desgraciadamente, la tenemos un poco olvidada?
Sí, por supuesto. De ese periodo dieciochesco que está tan cerrado aún queremos hacer en próximos años títulos como Coronis, por darte un ejemplo. Todo lo que es esa primera zarzuela barroca de finales del XVII y comienzos del XVIII es algo que apenas vemos en nuestros escenarios. Se hace algo en versión de concierto, pero en otros ciclos, no dentro de la programación de las temporadas líricas. Yo creo que ahí tenemos una veta por descubrir, no solo por la riqueza de las músicas, sino también por la calidad literaria de los libros. Al que no conoce este repertorio, lo primero que le llama la atención cuando se acerca a él es precisamente la modernidad de los mismos, en cuanto a su concepto, dramaturgia… En ellos no tenemos para nada el problema que se da a veces en la zarzuela del XIX de tramas que están tan ancladas en el contexto histórico en el que se concibieron que cuesta, a veces, desarrollaras y que el espectador medio conozca algunos personajes que allí se citan. El interés por la zarzuela barroca sin duda tiene que crecer en los próximos años, al menos en los teatros públicos. No podemos dejar olvidado este recurso patrimonial en una estantería por más tiempo.
El Teatro de la Zarzuela está acercándose a nuevos públicos y captando el interés de los artistas más jóvenes a través del ya consolidado “Proyecto Zarza”. Pero aún nos falta, en mi opinión, una gran ‘Escuela de Zarzuela’. ¿Qué piensas al respecto?
Es una de mis obsesiones. Porque se está perdiendo no solo la forma o la tradición de cantar la zarzuela, sino que hay otro problema que tiene que ver con la naturaleza híbrida de este género, que requiere cantantes y también actores. Y la pérdida se está notando sobre todo entre el colectivo actoral, pues algunos intérpretes históricos ya están al final de su carrera a punto de jubilarse. La sensación que a mí me da es que se puede perder esa línea de transmisión de saberes teatrales, de cómo afrontar la zarzuela, de experiencia… Todo una pena. La zarzuela no es un espectáculo estandarizado, requiere de unos conocimientos particulares. Nosotros trabajamos todos los años haciendo castings de actores para todos los títulos en colaboración con los directores de escena, sobre todo entre actores asturianos. Y la gran dificultad siempre es que llegan actores muy buenos a participar en los castings pero muy pocos vienen ya con papeles de zarzuela estudiados y no saben afrontar un rol de zarzuela con las necesidades específicas, sobre todo en las partes cantadas. Oviedo es un sitio pequeño con un presupuesto muy ajustado, lo que planteas no me parece muy viable aquí, pero sin duda es uno de los retos más importantes para el género de la zarzuela en los próximos años. Y como decía, esa Escuela Nacional de Zarzuela debería garantizar la transmisión de saberes entre actores, repertoristas, directores musicales y escénicos, entre profesionales experimentados y las nuevas generaciones de artistas. Para la continuidad del género me parece algo imprescindible. Entrevista Cosme Marina
Dentro de unos minutos vas a participar en un debate sobre “la reinvención de la zarzuela” con Daniel Bianco y Jorge Culla en el marco de las Jornadas de Zarzuela que organiza la Fundación Guerrero. ¿Esta continuidad a la que acabas de aludir pasa por la creación de nuevas zarzuelas?
Por supuesto. Si un género escénico se musealiza, está muerto. Nosotros estrenamos una zarzuela hace cuatro años. Fue un estreno absoluto de un compositor y un libretista asturianos –Guillermo Martínez y Maxi Rodríguez–, Maharajá, una zarzuela que con ese título aparentemente extraño estaba explicando la realidad de la decadencia industrial de Asturias con todas las consecuencias económicas y demográficas que conlleva, tratado con humor y sensibilidad social. Esa mirada contemporánea sobre un asunto que llegaba tan de cerca al público resultó ser una auténtica bomba. Dimos tres funciones a teatro lleno y si hubiéramos podido hacer otras tres, estoy seguro de que también se habrían llenado. La demanda fue increíble. Por lo cual, eso me puso en la pista de que efectivamente la zarzuela lo que necesita es implicar a creadores. Hay una corriente que dice que no, que la zarzuela se debe mantener como lo que fue y ha de estar al margen de la creación contemporánea, pero yo estoy totalmente en contra. La zarzuela tiene que seguir aportando a nuestra sociedad desde la creación al igual que lo está haciendo la ópera, y además con un vigor tal que ¡quién lo iba a pensar hace 40 años!
Ahora me gustaría hacerte una pregunta un poco más personal. ¿Cómo nació tu afición por la zarzuela y qué títulos están entre tus preferidos?
Esta afición nace en mi familia, de la mano de mis padres Y de mis abuelos, que eran muy aficionados y escuchaban mucha zarzuela en casa. Y más allá de este ámbito doméstico, mi verdadero interés por el género, ya de manera más sistemática, nace en la Universidad de Oviedo, sobre todo con el profesor Luis G. Iberni, ya fallecido, uno de mis profesores más queridos y que era un auténtico entusiasta y defensor de la zarzuela. Fue él quien hizo una estupenda tesis sobre Ruperto Chapí, que luego se publicó, y verdaderamente él fue una persona muy avanzada. Cuando casi nadie tenía nada claro el futuro del género, él estaba convencido de que todo esto iría para adelante si se apostaba por la innovación, la creación, formatos nuevos, etc. Decía: “no puedes llegar a un teatro y ver que la gran mayoría del público tiene más de 70 años. Hay que atraer a los jóvenes sin perder a los que siempre han estado ahí”. Él veía la revitalización que se estaba produciendo en el mundo de la ópera, a veces gracias a un trabajo que en su momento no estuvo exento de polémica, y al igual que las salas de ópera se estaban inundando con espectadores nuevos, Iberni quería lo mismo para la zarzuela. Gracias a él me empecé a interesar por la zarzuela y a conocer en mayor profundidad el repertorio, los entresijos del género, autores… El repertorio de zarzuela que manejamos ahora es muy pequeño, pero en su día fue inmenso. Como pasa con toda la música comercial, se escribe mucho y luego hay que ir viendo qué va quedando. Cada día descubro cosas nuevas del género chico, de zarzuela grande, de revista, de opereta. Es realmente sorprendente la riqueza de la lírica española. Entrevista Cosme Marina
Pero no me has dicho ni un título que te guste…
Hablando de títulos conocidos, yo soy un enamorado, por ejemplo, de La Gran Vía. Me parece una genialidad. Una obra tan especial y tan rica en matices que se puede reinventar cada vez que se pone encima de un escenario. Además, hay que ver las condiciones en las que se escribió, porque no siempre que la vemos representada se hace tal y como fue pensada por Chueca y Valverde; hay muchos números que se quitaron, otros que se añadieron… Tiene verdaderamente una historia compleja. Y luego hay también muchos títulos de zarzuela grande que es fácil que me gusten a mí porque le gustan a todo el mundo, Luisa Fernanda, Doña Francisquita… Muchos títulos de finales del siglo XIX y del esplendor que se vivió durante la Segunda República. Y también te puedo hablar de óperas españolas que me gustan y que por desgracia no son muy frecuentadas en nuestros teatros. Por poner un ejemplo pienso en La Dolores, pero hay muchas más joyas. Son como cadáveres que los exhuman, los exponen y después ¡hala!, a dormir otros diez o doce años el sueño de los justos. Entrevista Cosme Marina
Respecto a cuestiones presupuestarias y según tu experiencia en gestión, me gustaría preguntarte qué porcentaje crees tú que debería destinarse a lo administrativo y cuánto a la creación de producciones.
Nosotros somos muy peculiares. En Oviedo los gastos administrativos son mínimos, pues nuestra parte administrativa es minúscula. Estamos integrados en la estructura del ayuntamiento y realmente hacemos todo el festival con un equipo muy pequeño. En cambio, sé que otros teatros tienen unas plantillas administrativas enormes, que se comen buena parte del presupuesto, incluso más de la mitad. Desde luego, yo miro algunas plantillas y me parecen, cuando poco, demasiado opulentas, máxime en los tiempos que corren. En cualquier temporada, la parte importante debe ser para lo artístico. Si puede ser el 90%, pues mejor eso que el 80%, todo lo que se pueda. Lo otro es auxiliar. Estamos al servicio del espectáculo, que es lo relevante. Obviamente se deben hacer una serie de tramitaciones que requieren de una plantilla administrativa solvente, pero optimizando siempre la parte artística. De todos modos, esto por desgracia no es un problema que ocurra tanto en el ámbito de la zarzuela. ¿Cuántas temporadas de zarzuela hay…? Estaba analizando más bien las temporadas de ópera, la relación que hay entre el número de empleados que mantienen algunos teatros y la actividad que se hace en ellos. La proporción está muy descompensada y siempre se descompensa en perjuicio de los artistas –compositores, cantantes, actores, músicos y los equipos de técnicos, que son el alma de un teatro–. Entrevista Cosme Marina
La Ópera de Oviedo acaba de recibir una subvención extra de parte del ayuntamiento de Oviedo que asciende a 300.000 euros, si no me equivoco. ¿Van a reclamar ustedes un aumento presupuestario a fin de recuperar las tres funciones por título y celebrar el próximo año su 30 aniversario?
Es una noticia extraordinaria. La Ópera de Oviedo merece el máximo apoyo institucional y el Ayuntamiento se está volcando en apoyar una temporada que es clave para la ciudad y que es uno de los grandes ciclos líricos históricos de nuestro país. Ojalá las administraciones regional y nacional tuviesen el mismo empeño en apoyar a la Fundación Ópera de Oviedo que, además, realizó un esfuerzo extraordinario durante la pandemia con el fin de mantener vivo su servicio cultural a la ciudadanía, cosechando muchas afinidades, por ejemplo, las de la orquesta Oviedo Filarmonía que modificó, sobre la marcha, todo su calendario de trabajo para lograr que no se cancelase ni una función. El Festival de Teatro Lírico Español está financiado íntegramente por el ayuntamiento de la Ciudad a través de la Fundación Municipal de Cultura y quiero resaltar el apoyo incuestionable que el consistorio ha tenido y tiene con la zarzuela. Estoy seguro de que, en próximos años, dada la gran aceptación popular que el género sigue mostrando, se podrá valorar el recuperar la tercera función que se perdió hace unos años en un contexto, también entonces, de crisis económica.
Yo creo que en la actualidad se está dando un revival de la zarzuela. ¿Coincide esta percepción mía con la tuya? Entrevista Cosme Marina
Hay un revival “focalizado” de la zarzuela, es decir, en determinadas ciudades. Pero curiosamente, en el conjunto de España no hay un revival hoy en día. Por ejemplo, en una ciudad tan importante como Bilbao, la zarzuela ha desaparecido desde que Emilio Sagi se fue del Teatro Arriaga. Es como si la zarzuela dependiera exclusivamente de que una persona esté interesada en apostar por ella. Lo que falta es la continuidad. Si se analiza toda la cornisa cantábrica, solo se hace zarzuela con regularidad y de una manera estable en Oviedo. Bajas hacia el sur y en Valladolid tienes un título al año –hasta llegar a Madrid que es donde hay más; es el gran foco zarzuelístico nacional e internacional. En Valencia, un título, igual que en Sevilla. En Cataluña prácticamente no existe y poco más. Desde la gestión más privada, se hacen algunas temporadas muy meritorias en otras ciudades con muy poco apoyo público. Y luego quedan muy pocas compañías privadas, y las que hay están en peligro de extinción y hacen producciones con una calidad muy irregular, por no decir otra cosa. Entrevista Cosme Marina
Pero en cualquier caso lo que está claro es que si se programa zarzuela, funciona, y si la e hace bien, todavía funciona mejor. De eso no hay duda. Y ni siquiera hablo únicamente de ciudades españolas. En Iberoamérica e incluso en Europa pasa lo mismo. De hecho, donde yo observo desde aquí que está habiendo un movimiento muy rico ahora, con propuestas muy interesantes, es precisamente en Iberoamérica, en países como Colombia, Argentina, México, Perú, Uruguay… Por ejemplo, Bárbara Lluch ha estado trabajando con Mario Gas el pasado febrero en Oviedo con Los Gavilanes, y regresaba de Uruguay, donde había hecho La del Manojo de Rosas en el Teatro Solís de Montevideo. Plácido Domingo, desde México, está implicado en un proyecto que está concitando adhesiones… Y se están exportando producciones nuestras hasta allí. Quizá la salvación de la zarzuela llegue de Iberoamérica, ya que España en estos momentos no está defendiendo con fuerza este patrimonio.
Muchas gracias, Cosme, por atender a Opera World y por estas interesantes reflexiones que has compartido con nosotros.
Gracias a ti y hasta pronto. Entrevista Cosme Marina