Entrevista Gustavo Sánchez “Camerata Brunetti Por Marisa de Prada y Ana Nasarre
Gustavo Sánchez nos habla del proyecto Ocurrens Sonus, que presentan el 25 de febrero en el Auditorio Nacional de Música de Madrid y adelanta que el II Festival Brunetti presentará la recuperación escénica de la zarzuela heroica Jasón o La conquista del Vellocino, estrenada en Madrid en 1768.
Gustavo Sánchez cursó estudios de flauta travesera en el Conservatorio Superior de Murcia, tras los cuales estudió dirección de Orquesta en el Conservatorio de Viena. Desde 1995 ha dirigido diversas orquestas, de las que destacan la Orquesta Sinfónica de Murcia, Wiener Akademische Philharmonie y Moscow Symphony Orchestra.
Fue director del Orfeón Crevillentino y estuvo al frente de la Escolanía del Monasterio del Escorial, con la que llevó a cabo gran cantidad de actuaciones dentro y fuera de España (Alemania, Italia, Panamá, etc.) Es director y fundador de la Camerata Antonio Soler, orquesta residente del Curso Internacional de Dirección de Orquesta de El Escorial, que organiza junto al eminente profesor Atso Almila. Con esta agrupación ha actuado en diversas ocasiones en el Auditorio Nacional de Madrid, en el Teatro Auditorio de El Escorial, el Real Coliseo Carlos III, así como escenarios de Portugal y Estados Unidos. Asimismo, cabe destacar su ingente labor de recuperación del patrimonio musical histórico, con la grabación de ocho discos con sinfonías, arias y villancicos de Brunetti, Boccherini y Antonio Soler. En la actualidad, Gustavo Sánchez es el director del Festival Brunetti, que celebrará su segunda edición el próximo mes de abril en Colmenar de Oreja, Madrid.
¿Qué le llevó a crear la Camerata Antonio Soler? ¿Puede explicar porque escogió ese nombre? Entrevista Gustavo Sánchez “Camerata Brunetti
La creación de la Camerata Antonio Soler partió de la necesidad de una orquesta residente para el Curso Internacional de Directores de Orquesta que fue organizado por primera vez en el verano de 2012 en San Lorenzo de El Escorial con el reconocido profesor finlandés Jorma Panula. El nombre procede del músico más destacado relacionado con San Lorenzo de El Escorial, fray Antonio Soler, monje jerónimo, no sólo excelente organista y compositor, sino además escritor erudito y un personaje ilustrado y polifacético muy bien relacionado con la aristocracia y la corte de Carlos III.
¿Cuáles son algunos de los desafíos a los que se enfrenta un investigador, como es usted, al estudiar la música española del siglo XVIII?
El desafío más común en esta música —algo que sucede también con otras posteriores, pero quizás en menor medida— tiene que ver con la interpretación de la partitura. Cuando se interpreta esta música en concierto o grabación, hay detalles que no está escritos o no del todo claros en la partitura e incluso existe un cierto margen para la improvisación, sobre todo cuanto más atrás nos vamos en el siglo XVIII. A partir, sobre todo, del tercer tercio de siglo se aprecia un cambio de estilo, ya no es prácticamente música barroca pero todavía quedan ciertos resquicios, tradiciones, hábitos de ornamentación e incluso cadencias o fermatas en un contexto de música solista instrumental o vocal. A esto se podría añadir el aspecto de las dinámicas: son parcas a comienzos del siglo y mucho más ricas y abundantes a finales, lo que significa una necesaria intervención activa de los intérpretes cuanto más temprana es la música; todo ello, por supuesto, ligado al fraseo musical, que también determina las dinámicas en cierto modo.
¿Cómo se transmitían y conservaban las obras musicales en España durante el siglo XVIII? ¿Qué tipo de fuentes y materiales utiliza un investigador para estudiar la música de esta época?
Las fuentes o archivos más abundantes son de tipo eclesiástico, es decir, iglesias, catedrales y monasterios. En menor medida, también casas de la nobleza o la misma corte de Madrid. Por último, existe un buen legado de teatro musical en ciertos archivos repartidos por la Península, como por ejemplo la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid. Hoy en día la imagen digital está muy difundida e incluso la ofrecen en abierto y de forma gratuita las propias instituciones, pero todavía quedan lugares de difícil acceso, sobre todo si son privados. Dependiendo del archivo en cuestión o del tipo de música, la fuente puede ser más sencilla de interpretar o transcribir. Muy a menudo, el material de iglesias y catedrales ha sufrido el paso de muchas manos, siendo ya en su inicio copiado por amanuenses no profesionales (a veces niños y jóvenes) con multitud de erratas, borrones, etc. Algo similar sucede en el teatro musical, por estar muy sujeto a cambios, pérdidas, sustituciones… en definitiva, adaptaciones para la función de turno. Por el contrario y por poner un ejemplo, el material de copistas profesionales como los de la Real Capilla de Madrid suele estar impecable y casi listo para tocar.
La Camerata Antonio Soler lleva adelante un ambicioso proyecto para dar a conocer el legado musical de ese gran compositor que fue Cayetano Brunetti, ¿en qué consiste exactamente su propuesta?
Desde que en 2013 conocí a través de Germán Labrador el catálogo y la música de Brunetti, de inmediato me interesé por las sinfonías. Son un total de 41, de las que hasta hace un par de años sólo se tenían localizadas 39, y de una calidad extraordinaria, según mi opinión y la de otros muchos expertos. Cuando me di cuenta de que de todas esas sinfonías se habían grabado —y vuelto a grabar— tan sólo seis hasta esa fecha (2013), vi clarísimo que merecía la pena ponerse manos a la obra en la grabación de todas ellas.
Algunos fragmentos de las sinfonías de Brunetti nos recuerdan a la Sinfonía de Los adioses de Haydn, otros a la obertura de una ópera de Mozart, ¿cree usted que esos músicos coetáneos llegaron a conocerse?
Físicamente no, pero no cabe la menor duda de que Brunetti, desde su cargo como músico del rey, recibía, tocaba y estudiaba las partituras de Haydn y otros autores coetáneos casi de manera inmediata a su composición o publicación, a los pocos meses. De este modo, Brunetti tuvo a estos grandes modelos para su estudio —ya que al parecer fue autodidacta en su formación como compositor— y los emulaba de algún modo, aunque siempre con su toque personal, ya que no copia nunca de otros, es totalmente original.
¿Qué conexiones tenía la música española del siglo XVIII con las tendencias musicales europeas de la época?
En España, y basándome en la respuesta anterior, en la época de Brunetti se escuchaba principalmente música centroeuropea (Alemania, Austria…) y en menor medida francesa e italiana, si bien es cierto que prácticamente durante la primera mitad del siglo fue mucho mayor la influencia italiana. Entrevista Gustavo Sánchez “Camerata Brunetti
¿Es importante el uso de instrumentos originales en según qué obras? ¿Por qué?
Es importante, aunque no es imprescindible. La buena música se puede hacer de diferentes maneras. Pero resulta totalmente demostrable que para unas obras como las de Brunetti, y a pesar de llamarse sinfonías, bastan unos 14-15 músicos, pues el equilibrio sonoro se logra a la perfección: no falta ni sobra nada. También se puede hacer con una orquesta de 30-40, pero no es necesario y en mi opinión cambia mucho el resultado. A mí me gusta particularmente la historia y me atrae tratar de acercarme a lo que pudo ser el sonido original históricamente hablando. El fraseo, la dinámica… todo ello depende en gran medida del instrumento o el arco utilizado. De ahí que nuestra apuesta musical se realice con instrumentos de época y en un número acorde con la documentación conservada, en la que se habla, por ejemplo, de 12-16 músicos para este repertorio concreto de Brunetti.
¿Cómo se relacionaban músicos del siglo XVIII en España con la corte y la sociedad de la época? ¿Cuáles eran las principales instituciones y mecenas que apoyaban a los compositores?
Los músicos del siglo XVIII español solían estar al servicio de una institución, bien fuese la iglesia, la corte, el teatro o una casa aristocrática. Todavía no había surgido el músico independiente o “freelance”, como se dice ahora. Si los había, eran realmente músicos callejeros que vivían en la pobreza. Por lo tanto, el músico de esa época era considerado habitualmente como un criado —a veces un criado muy bien pagado— y tan sólo tenía cierta libertad para ir a otras casas o instituciones puntualmente para un trabajo complementario. El concepto de mecenas al estilo romántico (Beethoven, etc.) comienza tímidamente a aparecer a finales del siglo, pero es más bien un fenómeno del siglo XIX.
Occurrens Sonus es uno de sus proyectos más importantes y singulares, cuyo tercer concierto dirigirá el próximo 25 de febrero en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional. ¿Qué tipo de música y qué instrumentos van a sonar? Y también creo que acoge una interesante sorpresa.
En Ocurrens Sonus cambiamos la recuperación de la música antigua por la recuperación de los sonidos de la Antigüedad a través de dos instrumentos de hace más de 2.000 años: el cornu romano y el cárnyx celta. Los expertos y virtuosos británicos Letty Stott y John Kenny se encargarán de tocar esos instrumentos respectivamente, los cuales son una copia absolutamente fidedigna de los actualmente conservados en diferentes museos. A estos instrumentos les acompañará una orquesta de cuerda con arpa y percusión y la música ha sido creada por compositores vivos de diferentes partes del mundo, todos ellos de excelente trayectoria y reputación artística, aunque cada uno en su estilo propio, ya que se ha respetado totalmente este aspecto desde el comienzo del proyecto. La sorpresa final en el concierto del día 25 de febrero, en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, será un estreno absoluto de un doble concierto para cornu y cárnyx creado expresamente para la ocasión por el aclamado compositor estadounidense Lior Rosner, muy conocido por sus títulos de bandas sonoras como “X-Men” o “Juego de Tronos”, entre otros muchos.
En 2022 se inauguró el Festival Brunetti en Colmenar de Oreja, y tuvo un arranque formidable para ser la primera edición. ¿A qué cree que se debió esa magnífica acogida? Entrevista Gustavo Sánchez “Camerata Brunetti
Sin duda, a la excelente acogida de los ciudadanos y autoridades de Colmenar de Oreja, además, obviamente, de ofrecer tres conciertos de gran calidad artística.
A la organización de la segunda edición del Festival Brunetti, que se celebrará del 15 al 30 de abril, se ha incorporado Federico Figueroa como asesor artístico. ¿Puede comentarnos cómo surgió esa colaboración y en qué consiste?
Desde el primer momento, hemos tenido una excelente relación con Federico Figueroa, tanto a nivel humano, como organizativo y artístico, por lo que ha sido muy natural su incorporación al equipo del Festival y confiamos que este equipo se consolide y haga crecer el Festival, sobre todo en calidad y excelencia artística. Además, en esta segunda edición Federico realiza una aportación muy importante al Festival.
Por último, ¿puede avanzarnos en primicia para Opera World algo del programa del Festival Brunetti de 2023?
La primicia, de la que ya anticipaba algo antes, es la recuperación y puesta en escena de la zarzuela Jasón o La conquista del vellocino, con música de Cayetano Brunetti, de la cual Federico Figueroa será director de escena y un servidor director musical. Además contaremos con la presencia de destacadas artistas como Aurora Peña, Laura Orueta, Manon Chauvin y Anna Tonna, entre otras. Un total de siete cantantes-actrices que representan papeles tanto masculinos como femeninos, además de diversos voluntarios del municipio colmenarete que participarán en distintas labores, tanto dentro como fuera del escenario. Y sin olvidar al excelente escenógrafo Antonio Bartolo y al compositor Mateo Soto, que se ha encargado de la reconstrucción de la partitura, a la que faltaban partes vocales. Todo un reto y un espectáculo inolvidable para el público asistente.
En nombre de Opera World le damos las gracias por permitirnos hacerle estas preguntas.
Gracias a ustedes por interesarse en mi trabajo como director de orquesta y director artístico de la Camerata Antonio Soler y del Festival Brunetti, en donde esperamos verlas.