Entrevista a Javier Camarena: «No quiero morirme arriba de un escenario»

Javier Camarena (Xalapa, 1976) ha mantenido una conversación por videoconferencia con Federico Figueroa. Entrevista a Javier Camarena

Javier Camarena    Foto: © Darío Acosta
Javier Camarena Foto: © Darío Acosta  Entrevista a Javier Camarena

¿Qué ha representado el reconocimiento, hace poco más de un mes, como mejor cantante masculino en los International Opera Awards 2019?

Una gran satisfacción, fue un año de mucho trabajo desde enero de 2019 a febrero de 2020. Un no parar, con funciones inolvidables para mí, como La fille du régiment en el Met de Nueva York o mi debut como Gualtiero (Il Pirata). Realmente un año lleno de muchas alegrías y este premio renueva mi compromiso de continuar haciendo mi trabajo de la mejor manera posible y compartiéndolo con el público.

¿Qué supuso para ti el parón de la pandemia?

En este contexto tan terrible, que significó para muchos la pérdida de seres queridos y muchos otros problemas, para mí fue de algún modo positivo porque supuso un alto en mi carrera. Estaba muy cansado anímicamente, había atravesado un período de presión excesiva en el trabajo. Hacer este alto me permitió volver a conectar conmigo mismo, con mi familia, mi casa, mis mascotas. Fue cargarme otra vez de energía, de ganas de continuar trabajando. Ahora estoy muy motivado. Sin embargo, a finales del año pasado tuve una pequeña lesión en las cuerdas vocales. La lesión ocurrió por la inactividad durante el confinamiento. Me tomé ese tiempo, esos primeros meses terriblemente tristes, para disminuir mi trabajo diario de canto y cuando volví a arrancar no estaba en las condiciones físicas, de resistencia y de flexibilidad vocal. Cantar es como otras disciplinas que requieren un alto rendimiento físico. Un cantante necesita hacer entrenamiento continuo para estar en las condiciones óptimas. Así que cuando volví a la actividad, con La fille du régiment en Viena, a la par que estaba poniendo en voz la ópera Marino Faliero que debía estrenar en el Festival Donizetti (Bérgamo) y entre medias la grabación de Il Pirata, todo eso fue demasiado. No estaba en las condiciones de enfrentarme a tanto y terminé con una inflamación de un capilar en una de las cuerdas vocales. Es algo del grosor de un hilo pero las cuerdas no estaban haciendo su trabajo normal y no podía cantar con la calidad que me exijo a mí mismo. Entonces vino otro parón obligatorio para dejar reposar la voz. Y regreso a la comparación con los deportistas de élite, por ejemplo un tenista. Si ese deportista se lesiona la muñeca, tiene que hacer reposo y después rehabilitación y volver al entrenamiento con cuidado. Mi lesión fue a inicios del mes de octubre. En diciembre ya volví a cantar ante público en una gala y en enero hice la gira en España y continué con Rigoletto (Il Duca) en Florencia, estuve en el Teatro Bolshoi de Moscú en marzo y hace poco he finalizado una serie de conciertos en España.

Javier Camarena como Arturo Talbot (I Puritani) en el Teatro Real       Foto: © Javier del Real

En noviembre de 2020, cuando compartiste en tus redes sociales la noticia de un problema en tus cuerdas vocales, muchos nos asustamos.

Yo compartí esta experiencia pensando sobre todo en los jóvenes cantantes, para que no caigan en el mismo error que yo: creer que somos imbatibles.

Hace algunos años, yo tomaba un mes de vacaciones y durante ese tiempo no cantaba. Tras eso, volvía a la actividad y sí, era un poco difícil el primer contacto con el canto, pero enseguida se ponía todo en su sitio. Era otra edad, otro ritmo de trabajo y otro nivel de exigencia conmigo mismo. El parón de la pandemia fue más largo; no canté durante casi ocho meses. Volví a la actividad con poco “entrenamiento” y con muchos proyectos a la vez. Y lo que quisiera es que los jóvenes no tengan miedo a estos inconvenientes, que sepan que este tipo de problemas tienen solución. Y si les sucede algo así, que se sacudan el estigma de “mal cantante”, que no acepten que nadie les diga que eso les pasa por haber forzado su voz en exceso. Estos juicios (y prejuicios), la mayoría hechos por personas que no saben cómo funciona el trabajo del cantante operístico, pueden hacer más daño que la falta de entrenamiento. Un cantante, como ser humano que es, tiene días plenos y otros con problemas varios, pero en cualquier caso, su única preocupación debería ser hacerlo lo mejor que pueda.

¿Qué rumbo tomará tu repertorio en el futuro?

Continuaré cantando durante algunos años personajes como el Príncipe Ramiro de La Cenerentola, Nemorino (L’elisir d’amore) y otros similares. Paulatinamente voy hacia el repertorio francés. Ya viene Roméo et Juliette, Manon (Massenet) y volveré con mucho placer a Mozart. En el Liceu cantaré Tamino (Die Zauberflöte) en 2022. Voy incursionando en repertorio nuevo sin descuidar la parte del bel canto, que me fascina. Tengo contratos para Il Pirata, I Puritani y Lucia di Lammermoor. Este repertorio un tanto más lírico me interesa cada día más, mientras que el bufo poco a poco irá disminuyendo. Por ejemplo, el Almaviva (Il barbiere di Siviglia) me gustaba mucho, pero lo canté tanto que llegué a aburrirme (y podría seguir cantándolo pues hay teatros que me lo piden). Yo creo que lo que se siente se proyecta y no es bonito que el público perciba que yo no estoy entusiasmado.

Además, del repertorio francés, también iré añadiendo personajes del repertorio italiano. Debuté El Duque de Mantua (Rigoletto) en 2017 y aparecerá en mi calendario con más frecuencia. Y ya se me antoja acercarme a Alfredo (La traviata).

¿Cómo es tu relación con España y con la zarzuela?

Yo adoro España, en donde encuentro un público muy cálido. La zarzuela me encanta, mi romanza favorita es “Flor roja” de Los gavilanes y “No puede ser”, uno de los números que no faltan en mis conciertos. El género como tal me atrae y me gustaría explorarlo algún día. Por el momento la agenda operística me absorbe pero no descarto hacer algún título de zarzuela en el futuro. Lo equiparo con Die Zauberflöte, que es un singspiel, y tiene escenas habladas/. Obviamente, en la zarzuela estas partes habladas/actuadas son más largas. Estuve viendo El Rey que rabió y me pareció muy divertida, con muy buena música y con una producción bella. Algunas escenas me parecieron un poco largas pero en general, como espectáculo lírico, funciona. Si algún día me atrevo a hacer una zarzuela completa creo que haría Los gavilanes, porque como ya te dije, me encanta “Flor roja”, aunque no estoy familiarizado con el género y tendría que ver si mi voz funciona para la obra completa. Por el momento me quedo con las romanzas, que son bellísimas

¿Algunas de las producciones en las que debías participar el año pasado fueron canceladas o modificadas por la pandemia?

Sí, claro, espectáculos en los que iba a participar en 2020 y fueron cancelados eran Don Pasquale en Salzburgo, La Cenerentola en Nueva York y La sonnambula en Berlín. Este año han sido Il Pirata en Nueva York y Lakmé en Berlín. He incorporado el aria de Gérald en mis conciertos porque me gusta mucho. El Rigoletto de hace cuatro meses en Florencia se transformó en una función sin público en la sala, pero transmitido en streaming al mundo.

¿Cómo serán remunerados los artistas en esta vertiente “streaming” que la pandemia ha impulsado?

El Met neoyorquino ya incluía en los contratos cláusulas específicas sobre los derechos de imagen y los porcentajes de retribución a los artistas y demás trabajadores implicados en la producción. Allí se graban la mayoría de las funciones y algunas son emitidas en directo al mundo entero con audiencias de decenas de miles de personas. Digamos que en esto el Met ya iba por delante, pero con esta situación casi todos los demás teatros tendrán que replantearse cómo remunerar el trabajo de todos, que genera o generará beneficios. Y es una cuestión que debería ser beneficiosa para todos, los artistas y las compañías.

¿Cómo está tu relación artística con México?

Vamos muy bien. Estamos tratando de hacer un hueco en mi agenda para una visita artística a mi país lo más pronto posible. Hay muchos factores a tener en cuenta. La evolución de la pandemia es uno de los más determinantes.

¿Y con España?

En 2022 haré, por tercer año consecutivo, una gira pequeña. Unas cuatro ciudades en enero o febrero. Estamos en negociaciones y a mí me hace muy feliz volver a España.

Te vi en el Teatro de la Zarzuela hace unas semanas y muy pocas personas te reconocieron ¿Te gustaría ser un cantante lírico mediático?

¡No! (risas ruidosas) ¡no! Soy muy feliz en este sentido. La atención me abruma. Es cierto que soy activo en las redes sociales, pero creo que me muestro como soy. No soy un “personaje”. Si hay algo que quiero comunicar lo hago, como lo hacen muchas personas de mi generación. Lo de hacerme notar, solo en el escenario. ¡Ahí es donde me importa brillar, marcar la diferencia! Me encanta llevar una vida en la que voy a comerme un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor de Madrid, caminar hasta el teatro y hacer lo mejor posible mi trabajo, con el que disfruto mucho.

¿Y cómo es la vida privada de Camarena?

Vivo en Zúrich con mi familia: mi esposa y mis hijos. Mi hija de 17 años y mi hijo de 10 años. Marisol, mi esposa, es guanajuatense y estamos juntos desde el 2001, ¡hace ya 20 años! Nos conocimos cuando me instalé en Guanajuato para a estudiar y fuimos novios tres años. Cuando estoy en casa, nuestro día a día es como el de la mayoría de las familias.

¿Cómo ve Camarena a Javier dentro de unos 20 años?

Yo me veo, en 20 años, retirado de los escenarios. La pandemia, el parón laboral y todo lo demás me ha hecho reflexionar y replantearme muchas cosas. Amo mi carrera, pero amo más a mi familia y pretendo en los próximos años compaginar mejor mi vida profesional con mi vida personal, dándole más tiempo a esto último. Me hace bien, beneficia a mi canto. No quiero morirme arriba de un escenario.

¿Podría llamarte “antidivo”?

No sé (risas), yo creo que soy divo sobre el escenario, donde me gusta dar todo y más. Amo la ópera, mi carrera, el canto, pero hay muchas otras cosas por las cuales amar la vida y disfrutarla.

Javier Camarena    Foto: © Darío Acosta
Javier Camarena Foto: © Darío Acosta  Entrevista a Javier Camarena

Muchas gracias, Javier, por dar tu tiempo a los lectores de OW. Ha sido un placer charlar contigo.