Entrevista al tenor Juan de Dios Mateos

Juan De Dios Mateos: «A los personajes hay que interpretarlos, ir más allá de solo cantarlos»             Entrevista Juan de Dios Mateos

Federico Figueroa entrevistó, el 31 de enero de 2023 y por videoconferencia, a Juan De Dios Mateos (Almería, 1989), tenor que está desarrollando una brillante carrera internacional que le ha llevado a cantar desde su natal Almería hasta Melbourne, pasando por Catania, Londres, Bucarest y Santiago de Chile. Ha participado en las temporadas de ópera de prestigiosos escenarios como la Opéra National de París, la Deutsche Oper de Berlín, el Gran Teatre del Liceu o la Ópera de Sydney, en donde estos días se encuentra interpretando Don Ottavio de Don Giovanni. En abril recalará en Oviedo para participar en la ópera La Dolores. Entrevista Juan de Dios Mateos

El tenor Juan de Dios Mateos / Foto: © Jesús Gomba
El tenor Juan de Dios Mateos / Foto: © Jesús Gomba

Ahora estás inmerso en las 12 funciones de Don Giovanni, interpretando a Don Ottavio en la Ópera de Sydney. ¿En cuántas producciones has cantado este personaje? Entrevista Juan de Dios Mateos

Bueno lo he cantado, hasta ahora, en 3 producciones diferentes. Fue mi primer personaje serio. La primera vez que lo interpreté fue en Almería (2013); la segunda aquí en Sydney (enero de 2020), y la tercera en la Ópera de Oviedo (noviembre de 2022). Ahora estamos haciendo la reposición de la puesta en escena de hace tres años, que es de David McVicar. 

Te formaste como cantante en España y después en el extranjero. ¿Qué le aportaron tus estudios y qué diferencias encontraste?

La principal diferencia, para mi, fue el nivel de exigencia en todo y especialmente en idiomas. Para mi, que hablo varios idiomas, daba por hecho que mi nivel era alto cantando y hablando. Pero al estar fuera me di cuenta que no era así y tuve que apretarme los machos para ponerme al nivel de mis compañeros. Entrevista Juan de Dios Mateos 

Juan De Dios Mateos (Belfiore) y Ruth Iniesta (Corinna) en "Il viaggio a Reims" en la Ópera de Melbourne / Foto: © Jeff Busby - Opera Australia
Juan De Dios Mateos (Belfiore) y Ruth Iniesta (Corinna) en «Il viaggio a Reims» en la Ópera de Melbourne / Foto: © Jeff Busby – Opera Australia

Has cantado en varios teatros importantes del mundo lírico. ¿Hay alguno del que tengas un especial recuerdo?

¡Sí, claro! Uno es la Ópera Garnier, que es uno de los escenarios de la Opéra National de París: la primera vez que entré al edificio fue algo mágico, como si pudiera respirar toda la historia que hay en sus paredes. Me pasó algo muy parecido en el Liceu de Barcelona y cuando vine la primera vez a Sydney al estar acercándome al edificio, tan icónico, y sabiendo que iba a cantar ahí me causó una sensación de gran emoción.

La temporada pasada hiciste varias sustituciones “de última hora”, ¿cómo afrontas estas situaciones?

Siempre viene, con la propuesta, un sobresalto. Pero por otro lado es una situación en la que suelo sentirme cómodo porque tengo, por suerte, bastante buena memoria por lo que el refrescar un personaje me parece fácil y también tengo facilidad para aprenderme rápidamente las puestas en escena. Y como mi madre dice “entre la noche y el día no hay pared”, y si hay que echar toda la noche estudiando, se echa.

¿Haber sido flautista crees que influye en la rapidez para aprender todas esas notas y en la manera de cantar?

Sí, principalmente porque a nivel fiato me ha entrenado para disponer de un aliento largo, por ejemplo con Don Ottavio requiere de esta habilidad. Por otro lado, y precisamente en estas sustituciones de última hora surgen cuestiones como el tener que aprender un parte que no se cantaba en la producción donde había hecho antes ese personaje. En dos ocasiones he tenido que aprender rápidamente arias alternativas. Una vez fue “Cessa di più resistere” de Il barbiere di Siviglia y otra vez la cavatina “Un vago sembiante” de Il turco in Italia. Entrevista Juan de Dios Mateos

David Parkin (Commedatore), Sophie Salvesani (Donna Anna) y Juan de Dios Mateos (Don Ottavio) en una escena de «Don Giovanni» en la Ópera de Sydney / Foto: © Keith Saunders – Opera Australia

Cuando preparas un personaje, además de aprenderte las notas y las indicaciones del director de escena, ¿qué otras vías utilizas para acercarte más a ese personaje?

Lo primero que está claro es que cuanto más tiempo se tiene para preparar al personaje, es posible lograr una mayor profundización. Lo que yo hago es buscar los rasgos del personaje que son semejantes a los de mi personalidad.

El año 2022 fue fructífero para ti. Has cantado Lindoro ( L’italiana in Algeri) en Innsbruck, Libenskof (Il viaggio a Reims) en la Deutsche Oper de Berlín, Almaviva (Il barbiere di Siviglia) también en Berlín y en la Ópera de Oslo, Ramiro (La Cenerentola) en Bari; y en España te vimos en el Festival Little Opera de Zamora, en La Araucana, y como Don Ottavio (Don Giovanni) en la Ópera de Oviedo. De estos personajes ¿qué rasgos encontraste que sean más o menos semejantes a algunos rasgos de Juan de Dios Mateos?

Mi rol predilecto es el Conde Almaviva de Il barbiere di Siviglia, porque es avispado y capaz de improvisar. Además de hacer “locuras” por conseguir un amor (risas) y si no me crees pregúntaselo a mi novia. Del príncipe Ramiro por ejemplo, me gusta el sentido de justicia, cuando él se entera del maltrato hacia Cenerentola, ese afán de querer hacer las cosas correctamente es el rasgo que más me gusta y comparto con el príncipe.

¿Y con el personaje de Don Ottavio? Es un personaje, desde mi punto de vista, bastante extraño.

Sí, es el rol en el que más me cuesta encontrarme a mí mismo. Tengo que buscar mucho para empatizar con él y darle un sentido para mí,  y así estar a gusto con el rol.

¿Qué personajes te gustaría interpretar en un mediano plazo?

¡Hay tantos! Me gustaría volver a hacer el Nemorino (L’elisir d’amore) porque es un rol con el que me sentí muy cómodo cuando lo debuté, es muy divertido y muy bonito de cantar. Me encantaría hacer el Tonio (La fille du régiment) por ejemplo, el Fenton (Falstaff), uf!! esta lista podría ser muy larga (risas).

Por tu juventud estás en ese momento en que debutas casi todos los personajes y ya has cantado en teatros de Francia, Alemania, Italia y hasta Chile. ¿Qué has cantado en España? 

En Almería, mi tierra, es donde más he cantado. Mi primer compromiso fue un doblete: Basilio y Curzio (ambos de Le nozze di Figaro) que son roles que ya no hago. En Almería hice mi primera incursión en la zarzuela, como Javier de Luisa Fernanda, y me sentí sorprendéntemente cómodo. También en Almería hice el Don Ottavio (Don Giovanni) pero mi debut ya en grandes teatros fue en el Liceu de Barcelona, en septiembre de 2017, como Belfiore de Il viaggio a Reims con la dirección de escena de Emilio Sagi. Fue una pasada porque estaba trabajando con cantantes a los que yo escuchaba en internet, como Lawrence Brownlee y Pietro Spagnoli. Más adelante, en octubre de 2018, canté Il turco in Italia en Oviedo, a donde volví en 2022 con el Don Ottavio. Tenía programado en Málaga Il barbiere di Siviglia pero por problemas de aforo, por la pandemia, no se llevó a cabo. 

Sergio Gallardo, Ricardo Seguel y Juan De Dios Mateos en «L’italiana in Algeri» en Santiago de Chile / Foto: © Marcela González Guillén

¿Qué repertorio estás abordando? ¿Y hacia dónde vas vocalmente?

Inequívocamente me siento más cómodo en el belcanto agudo. Lo que más estoy haciendo es Rossini. También en el repertorio mozartiano me siento muy bien y por el tema de coloratura me siento bien con el repertorio barroco. Este es mi repertorio por el momento. He hecho también algunas cosas de música contemporánea, que no es lo que más me gusta pero lo puedo defender bien.

¿Has declinado la invitación a cantar algún personaje?

Cuando yo estaba empezando mi carrera me dijeron que Alfredo Kraus había dicho en una ocasión que esta carrera se hace diciendo que no. Es algo que siempre he tenido presente a la hora de aceptar o rechazar roles, ya sea porque considero que es demasiado pronto para hacerlo o ya sea no me interesa que me vean en este tipo de repertorio. La primera vez que rechacé un rol fue en Francia porque me ofrecían el Curzio y yo ya no cantaba esos personajes de carácter. Estaba enfocado en otro tipo de roles. Después me ofrecieron interpretar al Duque de Mantua (Rigoletto) pero para mi es demasiado pronto. 

Ya que has mencionado a Alfredo Kraus, me has recordado la frase que también dijo alguna vez y que reza “para cantar incluso hay que tener un poco de voz” ¿Qué otras habilidades debe tener un cantante para tener una carrera internacional como la que tú estás desarrollando?

Yo siempre digo que cuando alguien dice “qué don tan grande tienes con esa voz”, sonrío y agradezco. Pero vamos a ver: yo nací con una voz relativamente buena, no lo niego, pero el porcentaje de trabajo que le he puesto día a día es tan grande que quizá tiene más peso esta parte. Por supuesto hay que tener un poco de voz pero hay que ser muy constante en el trabajo para mejorarla y hay que hacer muchos sacrificios en todos los sentidos. Hay aspectos que considero fundamentales, para mí, y son los idiomas. Porque entender cada una de las palabras que se están cantando dará un sentido al canto. Y por otro lado facilita la comunicación personal con cualquier otro trabajador del teatro al que vas y estos incluye a los directores artísticos. A los personajes hay que interpretarlos, hay que dar el 200% para llegar más allá del mero hecho de cantar. 

Juan de Dios Mateos y Aigul Akhmetshina en una función de «Il Barbiere di Siviglia» en la Deutsche Oper Berlin / Foto: © Bettina Stöss

¿Cuando empezaste tu carrera qué  modelos tenías para seguir? 

Ya lo hemos mencionado dos veces y no quiero ser reiterativo, pero es que esa figura, para mí, es Alfredo Kraus. Te puede gustar más o menos su color de voz o su emisión, pero su técnica, tan saludable, es un aspecto que he valorado mucho desde que empecé. Y por otro lado el hecho de que él supo elegir muy bien su repertorio durante cada período de su carrera. Para mí él es un referente. Y bueno, también hay otros que admiro, como Rockwell Blake. Me parece una “bestia” cantando, muy generoso con su canto, lo daba todo. Es algo que me gusta hacer, darlo todo.

Estás colaborando con artistas de gran prestigio ¿Qué directores musicales o de escena con los que hayas trabajado puedes mencionar como un importante punto de referencia para mejorar en tu carrera.

Echando la vista atrás, ha habido mucha gente de la que he aprendido. Partiendo de mis dos principales profesores, Coral Morales en Granada y Carlos Aransay que actualmente está en México, he aprendido mucho de Ottavio Dantone y Jetske Mijnssen para poder darle otro enfoque al personaje del Conde Almaviva. A nivel de interpretación de Rossini, el que más me ha aportado sin duda es José Miguel Pérez Sierra. Para mí es una referencia en todos los sentidos. En este repertorio, el rossiniano, también ha sido una buena influencia el director de orquesta Iván López Reynoso. Para el rol de Don Ottavio debo mencionar al director musical Guillaume Tourniaire, que me ha abierto los ojos a muchos detalles musicales del personaje que influyen escénicamente. Con cada producción se da un salto hacia adelante. En la lista de directores de escena con los que haya aprendido y disfrutado en el proceso de construir al personaje debo mencionar a Curro Carreres y a Emilio Sagi, con quien trabajé en el Liceu.      

Has hablado de algo que a mi me apasiona: la zarzuela. Cuéntame de tus lazos con el repertorio de nuestro género lírico.

Es un repertorio que, por desgracia, no hago frecuentemente. No he tenido la suerte. Me gusta y por supuesto que cuando me ofrecieron el personaje de Celemín de La Dolores, para el Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo 2023, lo acepté inmediatamente. Tengo muchas ganas de entrar en ese mundo, interpretarlo más y conocer sus entresijos. Hasta ahora solo hice el rol de Javier de Luisa Fernanda, cuando estaba empezando, y ahora llega este de La Dolores. Espero que lleguen muchos más. En recitales y conciertos sí he interpretado algunas de las romanzas más conocidas para mi cuerda del repertorio de zarzuela. 

Juan de Dios Mateos con Shiva, su mascota / Foto personal del artista
Juan de Dios Mateos con Shiva, su mascota / Foto personal del artista

Ya que has “abierto el melón”, cuéntanos qué proyectos futuros tienes en España, que somos muchos los que estamos deseando poder escucharte.

El que tiene más ganas de estar cantando más frecuentemente en España, te aseguro, soy yo. Ahora mismo puedo contarte que nada más volver voy a Oviedo para lo que he mencionado antes, el rol de Celemín en La Dolores. En noviembre volveré al Teatro Municipal de Santiago de Chile para participar en Il viaggio a Reims, y en diciembre regresaré a la Deutsche Oper de Berlín para Il barbiere di Siviglia. Antes de estas dos producciones tengo algunos compromisos que no puedo mencionar porque debemos esperar a que los teatros lo hagan público.

En nombre de Opera World, te agradezco que hayas accedido a esta entrevista por videoconferencia, que a pesar la diferencia horaria (10 horas) entre Madrid y Sydney hemos conciliado con facilidad.

Yo agradezco a Opera World el interés en mi carrera.