Entrevista a Juan Pons con motivo del I Concurso Internacional de Canto que lleva su nombre

Entrevista a Juan Pons Concurso de Canto Por Federico Figueroa

Es bien conocida la enorme carrera que tiene a sus espaldas y me parece un hecho de justicia que se haya creado este concurso internacional de canto que lleva su nombre. Lo que sorprende es quizá el fuerte apoyo institucional que respalda esta iniciativa. ¿Cómo surgió la idea de crear el Concurso Internacional de Canto Juan Pons?

Pues mire, cuando el director de la Orquestra Simfònica Illes Balears, Pablo Mielgo, y su gerente, Pere Malondra, se desplazaron hasta Menorca, pues yo soy nativo de esta isla, para presentar el concurso ante la prensa, yo me presenté ante ellos para darles las gracias. No puedo decir que me hacía mucha ilusión porque nunca había pensado en un concurso de canto. La idea no fue mía, sino de la orquesta, encabezada por las personas que ya he dicho, que han contado con el apoyo del Govern balear. Por eso digo que no se trata de una ilusión cumplida; es un regalo que me han hecho y por el cual estoy muy agradecido. Es un gran honor que hayan pensado en mí después de tantos años en la reserva, pues hace ya tiempo que no canto. Vaya mi agradecimiento por delante.

Detalle del cartel del I Concurso

Supongo que usted cree en los concursos como una ventana o escaparate para todos los jóvenes cantantes que intentan abrirse camino profesionalmente. ¿Es así, los concursos son una ayuda para ellos?

Yo creo que sí. Por fortuna, yo en el año 1976 me presenté a un concurso en Parma y luego he sido jurado de otros varios, tanto en España como en el extranjero, y creo que el premio en metálico que dan es lo de menos. El verdadero premio es que te escuche un jurado profesional, y más aún el que ha reunido el concurso que lleva mi nombre, que está formado por los directores artísticos de los más grandes teatros del mundo, por directores de casting, un agente de cantantes… Darse a conocer como artista es fundamental y para eso sirven los concursos. Por otro lado, aunque creo que no aparece en las bases, lo más seguro es que se involucrarán algunos teatros importantes de aquí de España para que, como premio, también existan oportunidades para los ganadores de dar un concierto o de participar en uno de los títulos de ópera que tengan programados. Yo siempre he dicho que el cantante no se hace en el conservatorio sino encima del escenario. Del conservatorio pueden salir un violinista o un pianista fantásticos, pero el cantante tiene que demostrar lo que es en el escenario, porque luego pasa lo que pasa, la voz no sale por los nervios o por lo que sea… Entrevista a Juan Pons Concurso de Canto

Bueno, en todas las profesiones pasa lo mismo; terminas los estudios, te sientes ingeniero pero luego tienes que lidiar con la vida cotidiana: las relaciones personales, los imprevistos, los problemas… y te das cuenta de que te faltan habilidades que no te enseñó la universidad… Pero vamos a hablar un poquito de zarzuela. A mí me interesa muchísimo y sé que usted grabó títulos como Marina, Luisa Fernanda, La tabernera del Pueto,

El gato montés

Y ¿también interpretó zarzuela en directo?

Lo hice como amateur, de hecho aquí en Ciutadella, mi ciudad natal, allá por el año 1967, si no me falla la memoria, y cantando Marina. Fue lo primero que hice en escena, cantando de bajo, interpreté a Pascual. Y después, con amigos de aquí, montamos también La tabernera del Puerto. Tanto es así que cuando fui a Barcelona en el 70 para dar un concierto con la coral de la catedral de Ciutadella yo no había escuchado ópera en mi vida. Pero al escucharme cantar como bajo solista, me pidieron participar en una audición y tuve que cantar el ‘Despierta, negro’ de La tabernera del Puerto, lo que acababa de hacer. Es lo único que conocía. Y bueno, la experiencia previa me ayudó.

Un ejemplo de lo que decía antes sobre la importancia de “tener tablas”…

Así es. Cuando decía esto de que es muy necesario hacer tablas, estaba pensando en un tenor fantástico que teníamos en esa época  ̶ todo el mundo hablaba de él más que de mí ̶ . Sin embargo, cuando nos pusimos delante del público por primera vez, él se bloqueó; no le salía la voz. En cambio, yo, a pesar de que también tenía nervios  ̶ ¡hasta me temblaba la pierna! ̶ , pude seguir adelante con mi parte. Aun así, cuando puse la mano delante señalando la luna me dije: ¿¡que está haciendo esta mano!?…. Y me puse las dos manos atrás. Por eso hay que coger rodaje. Yo empecé con el coro del Liceu y lo volvería a hacer, o sea, iba dando pasos pequeños pero bien afianzados.

En contraste con lo que acaba de decir, constato que las carreras profesionales de los artistas de hoy que llegan a ser internacionales, como lo fue usted, son muy diferentes de las de su época. Ser invitado por una casa discográfica para grabar un disco era algo extraordinario. Decían: “¡va a grabar la Caballé Aida!”, por ejemplo, y era todo un acontecimiento. Todos esperábamos ese disco con impaciencia. Sin embargo, a finales de los 90 y principios de los 2000, el panorama cambió mucho. Ahora es muy fácil hacer una grabación, y eso es algo positivo, pero al mismo tiempo las carreras ahora van demasiado rápido. ¿Es esta su percepción?

Estoy completamente de acuerdo. Hoy en día se hacen más rápido y terminan más rápido. Las dos cosas. Lo he constatado de cerca en cantantes que han malogrado sus carreras, gente muy buena, con una voz extraordinaria, pero que corrieron demasiado. Y también ahora hay cantantes muy buenos que suben rápido pero a los que les falta algo; son estupendos, tienen buena voz, pero es como si en esa carrera a contrarreloj no les diera tiempo a resolver algunas cuestiones técnicas, no tuvieran tiempo de buscar. No tienen tiempo de madurar, de ir paso a paso. Entrevista a Juan Pons Concurso de Canto

Usted que ha dado clases magistrales por todo el mundo y ha disfrutado de una carrera larguísima, ¿qué consejos les daría a estos jóvenes cantantes con mucha prisa para hacer su carrera y que terminan sometiéndose a una industria que les exige abordar ciertos personajes antes de tiempo?

Es difícil dar consejos hoy en día. Y además cada vez los aceptan menos (risas). Yo siempre prefería que el maestro me señalara cien cosas antes que diez, porque si tengo la capacidad de asimilar el 10% de lo que me explican, de 100 consejos me puedo quedar con 10. Si me dan diez, solo me quedo con uno. Pero bueno, yo les animaría a ser humildes, a escuchar mucho, a los grandes, y voy a dar un consejo que me dieron a mí: siempre que se crucen con un cantante que les guste, que aprovechen para preguntarle las dudas que tengan. Yo así lo hice con preguntas a Brouson, a Cappuccilli, a Matteo Manuguerra… Recuerdo que con este último hice un Rigoletto, yo hacía de Monterone, y él amablemente me hacía pasar a su camerino y me explicaba cosas para cuando tuviera que hacer yo de Rigoletto; cuidado aquí, cuidado allá… consejos que siempre vienen bien. Por lo tanto, les diría que sean humildes y no críticos, sino muy críticos consigo mismos, y que estén abiertos a las sugerencias de los que saben más. Y no vale eso de que el maestro te diga algo y “es que esta ópera yo ya la he hecho 300 veces”. Siempre hay que estar abierto a una experiencia más. Después, cuando esa experiencia termine, siempre se puede decir “pues como lo hacía antes me gustaba más”, pero si el maestro sugiere cómo decir una frase o qué intención darle, hay que escucharle y agradecerle el consejo. Mis partituras están llenas de anotaciones de lo que me decía el maestro Santi, o el maestro Patanè, Mutti, Levine… Siempre que he ido a una ópera para empezar los ensayos musicales, he estado abierto a sugerencias, a que me expliquen el porqué de las cosas.

El barítono Juan Pons, uno de los pocos cantantes que han cantando 25 temporadas seguidas en el Metropolitan Opera House de Nueva York

Volviendo al concurso. He visto que hay cinco premios con una cuantía bastante jugosa: 15.000 euros para el primer premio, 10.000 para el segundo,  7.500 para el tercero,  5.000 para el premio del público y otros 5.000 para el premio especial Juan Pons al mejor barítono. En otros concursos hay un primer premio para mujeres y otro primer premio para hombres. ¿Ustedes preferían no diferenciar por sexo o voces?

Bueno, no todos diferencian. Los hay que dan un primero, un segundo y un tercero indistintamente. Luego puede haber premios especiales como sucede en el de Plácido, en el que hay un premio al mejor intérprete de zarzuela, por ejemplo.

Aunque concretamente, en Operalia, sí que hay distinción entre Female voice y Male voice, por eso preguntaba. En cualquier caso, a mí me parece que hay voces mejores, o que nos parecen mejores que otras, independientemente de si está cantando un barítono o una soprano…

Lo raro en cualquier caso es que gane una contralto o un bajo. Siempre ganan los mismos, sopranos y tenores (risas). Entrevista a Juan Pons Concurso de Canto

¿Cómo se desarrollará el concurso? ¿Hay eliminatorias presenciales?

Por el problema del covid, las primeras audiciones se harán por vídeo, vídeos de alta resolución y grabados en directo, no en estudio, ya sea con acompañamiento de piano u orquesta. Una vez recibido el material, haremos una reunión para realizar la primera selección y a continuación tendrán lugar las eliminatorias en vivo. Los que pasen a esta fase presencial serán de 30 a 40 candidatos, que se irán descartando en varias fases hasta que queden diez o doce para la gala final con orquesta en Palma de Mallorca.

¿Podría contarnos alguna anécdota de su larga vida en activo por los grandes teatros del mundo?

Me ocurrió una cosa muy surrealista en una Tosca que estaba cantando en el Metropolitan. Una soprano que seguramente no tenía su mejor día se inventó que en el momento en que me estaba matando, en el segundo acto, yo le di un codazo y le disloqué la mandíbula. Su marido, que era médico, se la volvió a colocar en el camerino, -un poco exagerado me parece-, pero todo eso hizo que se retrasara el tercer acto. A raíz de esto, hubo un desencuentro entre nosotros, aunque en fin, luego pasaron los años y volvimos a conectar bien. Pero ese día no lo olvido… Entrevista a Juan Pons Concurso de Canto

Y mire, como sé que usted es mexicano, me acuerdo de una anécdota en México. Hace poco mi hijo colgó en mi página oficial de Youtube un vídeo de un Andrea Chénier que hice en Bellas Artes con Rosario Andrade. Y me dice: “¡uy, menuda ovación! (era el aria ‘Nemico de la patria’) ¿tú la has escuchado?”.  Y yo en ese momento no supe decirle, pero luego recordé que sí, que fue una ovación tremenda. Estaba el señor Rómulo Ramírez, que era el director artístico, entre bastidores y me repetía con señas que aguantara, que no me moviera. Yo no comprendía bien pero me acordaba de la Caballé, de cuando la aplaudían después de un aria y ella agachaba la cabeza y cuando los aplausos terminaban la levantaba y empezaban a aplaudir otra vez, y hasta le pedían el bis. El caso es que yo aguanté como pude y lo que pasaba es que, nada más terminar la última nota del aria, el director musical había tenido que irse pitando al baño porque tenía descomposición de tripa. Incluso, al ver que no llegaba, el concertino se levantó y empezó a dirigir con el arco del violín hasta que volvió el director y ya pudo sentarse otra vez en su sitio. Fue divertido (risas).

En México ya se sabe que los cantantes tienen que tener cuidado con lo que comen.

Se habría comido unos jalapeños extrapicantes (risas).

El jurado del I Concurso Internacional de Canto Juan Pons, como ya ha apuntado usted antes, tiene un altísimo nivel. Forman parte de él los directores artísticos del Teatro Colón,  de la ABAO Bilbao Opera, del San Carlo de Nápoles, del Maestranza de Sevilla, los directores de programación de la Ópera de Los Ángeles y de la de Washington, los directores de casting de Moscú, Stuttgart, de la Staatsoper de Viena, y Gianluca Macheda, el director de GM artists… Otros concursos internacionales también cuentan con grandes profesionales en el jurado que le otorgan el primer lugar a un cantante aunque luego el que termina triunfando y haciendo carrera es el que ha quedado segundo, tercero o que ni siquiera se ha llevado un premio. ¿Concuerda esto con su experiencia? Si es así, ¿a qué se puede deber?

Pues mire, esto me permitirá contarle otra anécdota. Como he dicho antes, solo me presenté a un concurso, concretamente en Parma. El primero fue un cubano-americano, un tal Suárez (no recuerdo su nombre), el segundo fue un mexicano, Jordi Ramiro, que vivía en Italia, y yo quedé tercero. El primero pronto desapareció y el segundo desarrolló una discreta carrera internacional…

Luego me quise presentar a otro concurso y mi agente me dijo: “preséntate, porque se presentó una soprano muy conocida –no diré el nombre– pero es alguien que hizo una gran carrera, y se presentó también su marido, que no hizo una gran carrera, y ganó él pero ella, no”. Y por decir un nombre, en otro certamen Carreras quedó el segundo y el primero no sabemos dónde está. Así que mi agente me dijo: “si te quedas el tercero o el cuarto, harás carrera. Si no, no”, palabras textuales de mi representante de aquella época.

¿Esto nos puede indicar que un cantante lírico no solo es una voz?

No, no. Yo digo que un cantante es como un ciempiés. Tienes que cojear lo mínimo. La perfección no existe pero a un ciempiés con que le falle una pata ya no es es un ciempiés. Son muchas cosas las que debe hacer un cantante de ópera: tiene que cantar, tiene que interpretar, que transmitir, que llegar a la gente, sobre todo. Lo actoral es muy importante. Yo cuando empezaba me decían que era un patán encima del escenario. Lo que pasa es que tuve la suerte de trabajar con grandes directores de escena, Zeffirelli, Strehler, Otto Shenk, en fin…

Sin embargo, percibo que en los conservatorios y en las escuelas de canto, la formación de los cantantes se centra casi exclusivamente en lo vocal. Los recién graduados salen con graves deficiencias en cuanto a la parte escénica… En contraste con esta situación, hoy en día los grandes teatros, para vender una nueva Tosca o un nuevo Elisir d’amore, contratan propuestas escénicas cada vez más arriesgadas y complejas, lo cual pone en serios apuros a muchos jóvenes cantantes vocalmente muy talentosos.

Siempre hay excepciones, y hay que tener en cuenta que la gente hoy en día es más lanzada, más abierta. Cuando empecé mi carrera, tanto yo como la gente de mi edad éramos más tímidos. Hoy con tantos medios que hay, todo el mundo sale por televisión o en Internet hablando y tal con un desparpajo que me da hasta envidia. En cualquier caso, todo el mundo necesita coger rodaje y, como he dicho, escuchar  a los directores musicales y obviamente a los directores de escena. Para mí, trabajar con Strehler en La Scala marcó un antes y un después. Si tienes un buen director que te explica, eso te queda para siempre. No solamente para la ópera que estés haciendo en ese momento, sino que cambia tu manera de ver las cosas de cara al futuro. Esas son clases magistrales.

Otra cuestión es lo que planteas de las propuestas contemporáneas, que depende de los gustos de cada cual. Con algunas propuestas, a veces uno no sabe ya ni qué ópera está cantando. Yo no he sido muy problemático, pero a veces, sí he tenido que decir ciertas cosas al respecto. A mí si me explican las cosas, demostrándomelas y explicándome el porqué, todo me parece muy bien, pero yo me topé una vez con un director que solo tenía un argumento: “esto es así porque yo te lo digo” y eso a mí no me va. Las novedades son bienvenidas, pero los cambios tienen que estar justificados, tienen que enriquecer la versión original. Entrevista a Juan Pons Concurso de Canto

Palacio de Congresos de Palma de Mallorca, donde se celebrará la gala final del I Concurso Internacional de Canto Juan Pons

¿Qué les diría a aquellas personas que ahora mismo están pensando presentarse al concurso o que ya lo han hecho?

Ante todo, a todos los que se inscriban al concurso les daría las gracias y les desearía a todos un gran “in bocca al lupo”. Ojalá que el concurso sea un gran trampolín para sus carreras, ya que lograrán ser escuchados por gente importante de un gran número de teatros, como ya has mencionado. Les deseo lo mejor de corazón. Me encantaría que todo salga bien y que del concurso salgan cantantes francamente buenos.

En cualquier caso, he leído que ustedes pagan la estancia de todos los candidatos que pasen a la fase presencial. Eso ya me parece un dato que hay que tener en cuenta. Se puede hasta decir que todos ellos se volverán a casa con premio…

¡Qué menos! El desplazamiento corre por su cuenta, porque pueden venir de todas las partes del mundo, pero la estancia aquí incluye alojamiento pagado. Y me consta que esto no suele suceder en la mayoría de concursos. La verdad, creo que esta experiencia será interesante para todos, de ella podrán aprender, incluso divertirse. Y para los más afortunados puede suponer un gran espaldarazo a su carrera.

Muchas gracias por esta entrevista, señor Pons, ha sido un placer charlar con usted. Larga vida y éxito al I Concurso internacional de canto Juan Pons.

Gracias a usted. Un saludo para todos los lectores de Opera World. Entrevista a Juan Pons Concurso de Canto