Federico Figueroa entrevistó a Ulises Jaén, director general y artístico de la Ópera de Las Palmas Entrevista Ulises Jaén director Palmas

Ha iniciado la Temporada LVI de Ópera de Las Palmas con el resonante éxito de Fedora, un título escasamente frecuentado en España. ¿Cuál es la línea de la programación de esta temporada 2023 en la que se presentan cinco títulos?
Pues, normalmente la línea de nuestras programaciones se basa en los cantantes que voy reuniendo. Mi primera idea es ver qué cantantes, de aquellos que queremos traer a la temporada, están libres y/o disponibles, cantantes con grandes nombres que creo que interesan al público grancanario. Y de ahí vamos haciendo la programación de los títulos, en colaboración con toda la junta directiva de ACO. Así montamos toda la temporada y es como salen los títulos. Normalmente estoy haciéndolo con un par de años de antelación para poder tener a estos cantantes, como Saioa Hernández y Jonathan Tetelman, la pareja protagonista que acabamos de tener en Fedora. Hace dos años, cuando ya teníamos todos los títulos de esta temporada sobre la mesa, nos dimos cuenta que todos tenían nombre de mujer, excepto uno (Rigoletto), y también que todos esos títulos los había cantado María Callas, además de habernos dejado grabaciones referenciales de todos ellos. Y vimos la coincidencia en que 2023 se cumpliría el centenario de su nacimiento. Así que ella se convirtió en el vínculo de los títulos de esta temporada.
La ópera Fedora es una novedad para Las Palmas y aire fresco en las programaciones de toda España ¿cómo se comporta el público grancanario ante títulos que son de estreno en la temporada?
Es muy curioso porque cuando planteé, la ópera Fedora, un título que conocía muy bien y que me gusta mucho, surgió esta duda. Muy lógica por otra parte porque nosotros necesitamos la taquilla como fuente de financiación, debemos atraer al público necesariamente. Entonces nos planteamos el hecho de que abrir temporada con una ópera como Fedora podía ser un riesgo. Pero apostamos por ella porque sabíamos que Saioa Hernández tenía el mes de febrero libre y a ella le gustaba la idea de debutar el personaje de Fedora con nosotros. Y teníamos el mes, digamos “libre” porque la idea original era hacer Manon con Javier Camarena pero a él le surgió otra propuesta para esas fechas. Como que se fueron uniendo todas las estrellas para que esta Fedora se concretara. Para mí ella es la gran Fedora de nuestro tiempo, no tengo duda. Sin embargo, se planteó otro tema: debía ponerle como compañero a un tenor de su estatura artística. Y en ese momento estábamos en conversaciones con Jonathan Tetelman para otro título y tocamos el tema Fedora. Él tenía ya el rol Loris Ipanov y con eso vi el cielo abierto. Con dos cantantes así la ópera de Giordano es sensacional. Las dudas siguieron pero muy pequeñas y se disiparon al ver que la venta de localidades iba muy bien. Y ya has visto, Federico, cómo ha sido la reacción del público el día del estreno. Un éxito total que se ha repetido en todas las funciones. Vino mucho público extranjero y de la península. Fue digamos que un “riesgo controlado” y el resultado fue muy bueno.

Eres director artístico de la temporada de Ópera de Las Palmas desde 2015, ¿cómo es la “receta” para hacer una temporada en esta ciudad?
Yo diría que una parte de la programación la pensamos para el público, esa es la primera línea. Tenemos cinco títulos por temporada y tres son de esas ópera que gustan a todos en todo momento. Tenemos que vender entradas y satisfacer a nuestro público. Es decir, tres títulos tienen que ser de repertorio, atractivos y que cada cierto tiempo se repiten. Yo considero que esos son los títulos que crean afición. Aquí es muy difícil crear afición con óperas más complejas. En la temporada actual este lugar lo ocupan Aida, Lucia di Lammermoor y Rigoletto. En la programación ponemos un título “intermedio”, con esto quiero decir que sea de repertorio pero que se programe poco. En la temporada actual ese es el caso de La Gioconda. Es una ópera que el aficionado medio conoce, al menos de referencia, y que en Las Palmas hace 40 años que no se pone en escena. Y contamos con un título, al menos es mi idea, que debe ser algo más intenso, no moderno en el sentido de que sea contemporáneo o del siglo XX, sino que rompa con la línea y traiga algo que no se haya estrenado en la isla o que hace tanto tiempo que se hizo que no quedan referencias en el público actual. Ese es el caso, en 2023, de Fedora de Giordano. En los últimos 8 años este lugar lo han ocupado La voix humaine de Poulenc (en 2016) o Trouble in Tahiti de Bernstein (en 2018) que es cronológicamente lo más moderno que hemos hecho en nuestra temporada. Y funcionó muy bien. Entrevista Ulises Jaén director Palmas
La segunda línea es la de buscar el cantante. Para esos tres títulos del gran repertorio vamos a por los cantantes que consideramos los mejores. Evidentemente hay unos cantantes a los que, por cuestiones económicas, no podemos invitar pero hay algunos grandes cantantes que por amistad o relaciones anteriores con ellos, les podemos traer a Las Palmas. Es el caso del tenor Piotr Beczała que el año siguiente lo tendremos con nosotros. Estas situaciones, para nosotros, son una inyección de moral. Yo, como músico, tengo claro que lo primero es la música. Tener a un buen maestro como director de orquesta y los mejores cantantes que podemos conseguir. Y todo lo anterior sin descuidar la puesta en escena, que vamos mejorando en todos los aspectos. En épocas con dificultades económicas las puestas en escena son sencillas, menos vistosas. A medida que nuestro presupuesto se va equilibrando vamos buscando hacer cosas más atractivas pero siempre desde una línea clásica, con respeto a la obra original. No entiendo lo de provocar al público o hacer propuestas que van en contra del público. Ellos son los que pagan y sostienen la temporada. Procuramos que nuestra línea de trabajo en este apartado sea el del respeto a nuestro público.
El público de ópera grancanario ha regresado al teatro ¿vuelven las cifras pre-pandemia en asistencia a las funciones?
Durante lo más duro de la pandemia nosotros no perdimos ni el 10% de nuestros socios. Tuvimos una fidelidad increíble. Cuando lo hablo con colegas de otras temporadas que trabajan de la misma manera que nosotros, les parece asombroso. A nosotros nos llamaban nuestros abonados para decirnos que no iban a asistir por precaución pero que mantenían el abono. Sí se retiró el público pero este año ha vuelto. Hemos vendido más entradas que el año pasado y creemos que el público quiere y va a volver. Yo espero que esto sea un llamado a muchas personas que ahora ven que tener una experiencia vital, asistiendo a un concierto, a una ópera, es una buena idea.

La Asociación de Amigos Canarios de la Ópera (ACO), el motor de la temporada de Ópera de Las Palmas, ¿tiene un plan para captar nuevos públicos o cómo llegar a las nuevas generaciones?
Tenemos una idea, que es traer a público joven para informarles que estamos aquí, de que existe la ópera, de que pueden tener acceso a ella. Estamos implementando el tener público en los ensayos generales de forma gratuita, si son menores de 30 años, en colaboración con la Consejería de Juventud del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y con colegios e institutos. No hay más requisito que el ser menor de 30 años. La experiencia con este tipo de público es estupenda. Es una manera de poder conseguir que venga “público nuevo” pero también quiero decirte que yo pienso que nuestro público mayor también tiene todo el derecho de venir a disfrutar de la ópera. Yo tengo unos padres que tienen 88 años y siguen asistiendo a la ópera porque es una actividad adecuada para ellos. A mí me encantaría que nuestros mayores vean la temporada como una especie de refugio en el que pueden disfrutar de un espectáculo de primerísima calidad. Quiero atraer al joven, enseñarle lo que hacemos y que él decida si quiere ser un aficionado. Y a la vez no quiero excluir o ahuyentar a nuestros mayores, que han sido y son el público fiel que lleva 50 años con nosotros. Espantarlos para traer a jóvenes, ¡no lo veo!

Ya nos has contado de las particularidades para programar títulos en la temporada en Las Palmas ¿ves posible ensanchar “temporalmente” y “espacialmente” la programación? Me refiero a salir del repertorio del siglo XIX y principalmente italiano para abarcar desde el barroco hasta la nueva creación y dar la alternativa a óperas eslavas y americanas.
Indudablemente, y esa es la idea, pero va en función de las circunstancias económicas del momento. En época de crisis, y ya llevamos dos casi encadenadas, hay que ir con pies de plomo. No podemos renunciar al ingreso de taquilla. Para el año que viene tendremos una de las mejores óperas de la segunda mitad del siglo XX. No te puedo decir el nombre porque esta información la daremos a conocer cuando termine nuestra temporada actual. Y en el 2025 y en el 2026 también tendremos óperas que no son del repertorio habitual. Pero estos dos últimos solo sucederán si la economía va bien, de lo contrario regresamos a un título de repertorio porque ellos son como un salvavidas.

En 56 temporadas muy pocas veces se ha contado con una mujer como directora musical. ¿Está contemplado contar con una directora de orquesta en un mediano plazo?
Sí, buscamos que esto ocurra. Yo busqué para uno de los títulos a Speranza Scappucci pero ella estaba ocupada. Solo es una cuestión de que esté dentro de nuestras posibilidades, de nuestra idea de programación y que considere que la invitada esté al nivel de los maestros a los que está acostumbrado nuestro público. En la historia de estas 56 temporadas han dirigido dos mujeres. No es algo que esté descartado. Entrevista Ulises Jaén director Palmas
En nombre de todo el equipo de Opera World te doy las gracias por darnos un poco de tu tiempo para hacer esta entrevista y te expreso el deseo de que la próxima Aida (14, 16 y 18 de marzo) sea también un gran éxito.