Entrevista a Michal Znaniecki: Festival Ópera Tigre

Michal Znaniecki

Entre sus proyectos europeos (la última inauguración de la Temporada del Teatro San Carlo de Nápoles con Il Trovatore y Ópera Nacional de Zagreb con Eugene Onegin) y su futuro en el desierto de Masada durante los próximos tres años con mega producciones como LaTraviata o Carmina Burana , Michal Znaniecki se encuentra en Kaiola Blue: una isla en la primera sección del Delta de Tigre donde prepara para el 28 y 29 de Enero la puesta en escena de The Fairy Queen de Henry Purcell mezclado con el texto de Sueño de una noche de verano. Un elenco internacional (desde Polonia viene Ewa Biegas, ya conocida en el Teatro Colón por su interpretación en Hagith de Szymanowski, con ayuda de Embajada de Polonia; desde Viena llega otra estrella del mundo lírico europeo, el tenor Pablo Cameselle que es además de origen argentino) y cantantes argentinos con la guía musical del vasco Jon Paul Laka. Actores porteños, peruanos, colombianos, mexicanos, catalanes y tigrenses siguen un guión complejo de un espectáculo con diez estaciones trasladándose por toda la isla con acróbatas y bailarines que pueden sorprender al público en cada momento saltando de un árbol o emergiendo del río Paraná.

Desde su hamaca donde repone fuerzas entre ensayos, Michal Znaniecki contesta algunas preguntas de Renzo Longobucco.

Una isla. La selva. Agua y bosque. Qué otra cosa más mágica podría haber soñado Shakespeare para ver la puesta de su «Sueño de una noche de verano»?

El mundo shakespeariano es un mundo evocativo. En el escenario original de The Globe imaginaba espacios, guerras, castillos y bosques tan importantes para la iniciación de personajes. Transformación metafórica de personas, caracteres, géneros… 

También Purcell encuentra momentos más imponentes en su Fairy Queen describiendo el eco o los juegos de las hadas. Su obra comienza con dos cantantes cantando «Leave the town» («Dejad la ciudad») que parece casi un manifesto de nuestra iniciativa.

Organizar un Festival de Ópera en una isla, en el delta del río Paraná, a cuarenta minutos de Buenos Aires. Abandonando escenarios de madera y división entre público y cantantes. Un desafúo? 

En la producción la cosa más importante es no perder nunca esta diferencia. Estamos en la naturaleza, con sus ritmos, ruidos, imprevistos y no quiero fingir un clásico teatro a la italiana de una ciudad. The Globe de Shakespeare también tenía una estructura muy distinta. 

Nuestro público sigue la historia literalmente, caminando, evitando las ráfagas de agua que lanzan las hadas maléficas, entrando en la selva donde solo el fuego nos ilumina el camino. Un viaje que debería transformarnos. No es esta la motivación de hacer teatro? 

Un ritual?

Pero con la música clásica de Purcell y textos cómicos de Shakespeare para llegar a la catarsis.

Llegar a la isla nos aleja del ritmo cotidiano. Nos transforma por un rato. Quiero usar esta fuerza del delta. 

Teseo también llega sobre una balsa y, cantando, pasa por el Arroyo Gélvez. La acción se desplaza luego por diez lugares distintos de la isla. Pasando entre las maravillosas proyecciones de Bogumil Palewicz  e instalaciones del escenógrafo Luigi Scoglio. El público encuentra los bailarines de Diana Theocharidis sobre los árboles o sumergidos en piletas de agua. Se escuchan las voces de los artesanos ensayando la tragedia Píramo y Tisbe entre un bosque de bambú mientras el público acompaña a los jóvenes actores en este viaje de amor perdido y confundido en la selva.

Parece un parque de atracciones! 

Así es. Como en un parque de atracciones, donde el túnel de los horrores o la montaña rusa son una prueba de coraje, de madurez, de capacidades: como en las escenas de La Flauta Mágica de Mozart. Nuestro espectáculo es menos extremo para el público pero puede funcionar a modo de viaje iniciático para el público que no conoce la opera. El barroco está más vivo que nunca y muchos de los grandes teatros no lo hacen a menudo (acústica) pero los éxitos de espectáculos como «Bromas y Lamentos» de Marcelo Lombardero  hecho en un bar de Buenos Aires con música de Monteverdi  o  «Il Flaminio» en una iglesia de Jesi en el Festival Pergolesi Spontini lo confirman. 

El viaje de FOT empieza con el barroco. Qué pasa entonces con los instrumentos antiguos? Con esta humedad? 

La elección, poco ortodoxa, fue hacer una adaptación inédita para acompañar a nuestros cantantes: acordeón, bandoneón a cargo de Pablo Mainetti y guitarra eléctrica. Pueden desplazarse con el público y defender las armonías de Purcell. Con cantantes «especialistas» de este repertorio como Ewa Biegas, Pablo Cameselle y cast argentino con Ana Moraitis, Gustavo Vita o Juan Feico. 

Michal Znaniecki

Cantantes, sí, que se encuentran ante situaciones extremas! 

Artistas que no tienen miedo de experimentar. Cantar en una telaraña gigante como Puck (tenor) o en una piscina llena de agua y bailarinas hadas para Titania (soprano) es una experiencia única para enseñar la profesionalidad y arte que poseen.

Encontrar colores, imágenes, matices que buscaba Purcell en situaciones escénicas que Shakespeare se imaginaba me parece un lujo y un desafío . 

No tiene miedo de perder la calidad musical y teatral en un entorno tan disperso? 

Como he dicho antes: sigo el recorrido de la isla, sus estímulos y sus limitaciones. No quiero forzar nada, no construimos escenarios ni plateas, no tenemos foso de orquesta ni tribunas. Cada escena tiene su estilo teatral y musical tal como querían los autores mezclando lo cómico con lo sentimental y lo trágico con lo satírico. En todo eso nos ayuda la naturaleza creando escenarios naturales y sorprendientes: un muelle, un puente, un humedal … hasta los árboles donde anidan loros isleños (ya acostumbrados a la música). 

Una lectura ecléctica entonces? 

Al poner en escena The Fairy Queen de Purcell hay siempre una cuestión básica: con o sin Shakespeare. 

Una pregunta lícita? 

El libreto de la ópera no está atado casi a la obra de Sueño de una noche de verano. Se usaba como música de escena (danzas, cortes de acción) o como entreactos musicales. Está llena de panfletos sociales y sátira política, escenas líricas habituales con metáforas poéticas y clásicas. Tiene solo dos tres momentos en los que habla de los personajes shakespearianos. 

Pero en el elenco veo personajes como Puck, Oberón, Titania, Artesanos…

Esta es mi tercera producción de The Fary Queen: en las dos primeras producciones colocaba a los personajes de la comedia «en la búsqueda de autor» (en el número musical correspondiente al poeta borracho en el inicio de la obra) y terminaba con la identificación del poeta borracho como el propio Shakespeare. Ahora hemos mezclado el texto con canto construyendo una dramaturgia nueva. Así Oberón y Titania cantan cosas mas líricas y  Puck o las hadas se encargan de los dúos cómicos o canciones populares para acompañar las escenas de los Artesanos . 

La canción «If love’s a sweet passion» se repite tres veces! 

Así es. Puck, Oberón  y las hadas siguen a los enamorados y cantan como leitmotiv esta bella canción de Purcell que ya en partitura tenía distintas versiones en varias tonalidades. 

El público no se sienta nunca? 

Hay que caminar (toda la isla está recorrida por decks elevados sobre el suelo que nos salvan de inundaciones), pero cada escena tiene otro tipo de relación espacial entre el artista y el espectador. 

Hay lugares donde se sientan todos en modo clásico, como anfiteatro, otras veces se quedan de pie o siguen el texto de los actores caminando con ellos. Hay también un momento para beber con los Artesanos o bañarse con las hadas. 

«Fuerza Bruta» como modelo? 

Pero al aire libre y con la propia naturaleza que crea una parte de la maravilla del espectáculo.