Tras un nuevo suceso en el Teatro Argentino de La Plata con el rol de Senta de “El Holandés Errante” de Wagner, nos encontramos con la soprano argentina Mónica Ferracani para conversar sobre la ópera y su carrera…
Operaworld: – Si bien solemos asociarla al repertorio italiano, Senta (de El Holandés Errante de Wagner) se está volviendo uno de las «especialidades» de Mónica Ferracani ¿Verdad? ¿Cómo siente ese rol?
Mónica Ferracani: -Yo no diría “especialidad”. Es el único rol wagneriano que creo que puedo abordar. Ocurre que luego de la primera producción, en las sucesivas uno va encontrando cada vez mayores detalles del conjunto de emociones que vive el personaje, y un mejor modo de plasmarlo. Esto se ve en lo interpretativo, dando un mayor vuelo lírico, mejoramiento de la interpretación vocal con otro fraseo musical, otra actitud física por modificaciones de la gestualidad, etc., que hacen que se vean mejoras con respecto a las anteriores, como fue observado por los críticos, los que habiendo sido anteriormente muy favorables, han encontrado superaciones en ésta última producción. Todo es parte de la madurez que experimentan los personajes en uno. Lo que particularmente me sucede, es que cuando una realiza una obra, y luego pasa el tiempo, esa obra madura sola, y ese plus, ayuda a que la nueva realización se enriquezca y todo se combine para alcanzar una mejor llegada al público
OW: – Gluck será un autor que sumará pronto a su repertorio ¿Qué expectativas tiene frente a esa Ifigenia en Tauride que hará en San Pablo, Brasil?
MF: -Expectativas… todas!. Me despierta mucha ansiedad, ya que debuto rol y en Brasil, país en el que hasta ahora no he cantado. A medida que avanzo en la investigación, su estudio me lleva a reparar, en la ubicación en el tiempo, aspectos mitológicos, y el cambio que representó ésta obra, en donde Gluck logra la culminación de su estilo, lo que llamaron la “reforma” en la ópera, con elementos característicos como la sencilla línea melódica y de gran belleza, la armonía, su instrumentación, y la supresión de elementos innecesarios que distraigan la atención de la trama trágica. Ifphienie es un personaje muy intenso en donde hay que manejar todo un conjunto de emociones constantemente. Todo esto es para mí muy movilizante
OW: – Este año también nos brindará dos viejas conocidas suyas, en este caso de Verdi: Abigaille y Aida ¿Cuáles son los secretos para abordar esos roles? ¿Es cierto que Verdi siempre nos permite descubrir riquezas que no habíamos visto cuando lo cantamos en el pasado?
MF: -No creo que difieran en su preparación con los roles en general, pero si tienen rasgos distintivos en cuanto a la exigencia para abordarlos. Requieren una buena formación técnica y la necesidad de un tipo de voz que se adapte al repertorio verdiano. En lo personal con Verdi siempre tengo una cuota de relax, es un compositor que uno siente que lo lleva de la mano, sabe cómo y cuándo demandar del cantante, su fraseo es muy lógico para llegar a los momentos de exigencia y es muy respetuoso con la naturaleza de la vocalidad. Experimento con él, un placer especial, que va más allá de la tensión que generen interpretar Aída o Abigaille, sobre todo ésta última en el dúo con Nabucco, que es el momento más maravilloso y a su vez electrizante, de gran entrega y placer. Ese, diría yo, más que el secreto es el regalo oculto que nos brinda su estilo: temperamento, pero a la vez no descuida la línea de canto. Por otra parte con las distintas puestas se van encontrando más facetas y se ahonda aún más en el personaje lo que hace a su permanente desarrollo y constante evolución.
OW: – En Santiago de Chile debutará Turandot, un rol maravilloso y terrible a la par… ¿Cómo se siente frente a ese desafío? ¿Cómo imagina La Ferracani a la Principessa di Gelo?
MF: -Representa el máximo desafío en este momento de mi carrera artística. A veces pienso que las cosas suceden cuando deben ser y también cuando uno hace que así sucedan. Tanto Butterfly como Turandot ya me habían sido ofrecidas. A la primera le tuve mucho respeto cuando me convocó para hacerla en el Teatro Colón, el Maestro Veltri, por aquel entonces Director Artístico, y le respondí que no, y aún hoy me alegro de haber tomado esa decisión, porque sabía que no era mi momento vocal, no era conveniente y no hubiera podido disfrutarlo como sí lo hice posteriormente cuando lo abordé. En un tiempo que consideré oportuno, me ofrecieron hacer Turandot, y en estos casos los motivos de su no concreción fueron distintos , ya que tanto en el Teatro Colón y El Círculo de Rosario, por diferentes razones no se llevaron a cabo. Ahora, por lo tanto, siento que llega esta oportunidad en un buen momento de mi carrera, lo que me emociona, me encanta y a la vez me provoca sentimientos encontrados de ansiedad, satisfacción, responsabilidad y una muy profunda alegría en mi corazón, que por fin se dé este tan anhelado debut. A la Princesa la siento majestuosa, solemne, intensa, de aspecto exterior hierático, pero que interiormente es frágil, temerosa ante el amor, si con deseos de vivir y entregarse, pero tan solo ante el verdadero, el gran amor.
OW: – ¿Cuáles son para Mónica Ferracani las cosas que un cantante debe tener siempre presente a la hora de aceptar un rol?
MF: -Estudiar la tesitura, que sea la adecuada respetando el registro, poner especial atención en lo que demanda la obra y analizar si la exigencia está a la altura del nivel técnico que se tenga, porque de no tener esto en consideración se produce un mal trato vocal y esto determina consecuencias de distinta magnitud, que a veces son subsanables y otras no. Tener siempre presente que las obras hay que disfrutarlas y no padecerlas, que se tenga un tiempo prudencial entre un título y otro y así poder entrar y salir cómodamente de los diferentes roles. No exigirse nunca más de lo debido para dar cada uno lo mejor de si.
OW: – ¿Cuáles son las cosas que más disfruta en el escenario? ¿Y las que menos disfruta?
MF: -Disfruto todo!!! El primer encuentro con los que se comparte la producción, donde el director de escena da su concepto de la obra y lo que pretende de ella, el delinear los personajes, el primer ensayo donde el director musical sienta las pautas de la versión que quiere realizar con todos los integrantes. La llegada el escenario donde se termina de ajustar la escena porque antes se trabaja en salas alternativas, el primer encuentro con la orquesta, y finalmente el ensayo general donde se ve lo logrado de la obra. Pero por sobre todo lo dicho, lo que más me llega y siempre me sensibiliza como la primera vez, es la retribución que el público hace con su aplauso, por todo lo que fue recibiendo en el transcurso de la obra hasta llegar a su concreción, en donde con el saludo final premia la labor que uno realizó, este es un momento mágico, incomparable, que por más repetido que sea, uno siempre lo vive con ansiedad, y la incógnita con que se coronará lo actuado. Lo que me desagrada profundamente son los distintos modos con que uno choca con las variadas formas que tiene de presentarse la mediocridad, que constituye el disvalor de lo artístico y lo que más daño le hace, y el peor modo de atentar contra el Arte, sea del área que sea y lo que más afecta el logro. Algunas veces bajo las formas del conformismo, el no deseo de hacer lo mejor que se puedan las cosas, otras formas son los mezquinos sentimientos que pueden sentir algunos seres humanos con celos, envidias. Estos son las peores cosas que me desagradan, porque ensucian lo más bello para lo que fuimos convocados, la realización artística. Mónica Ferracani ha sido ternada por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina en la categoría mejor cantante argentina de la temporada 2013 , para la entrega de sus distinciones anuales, ceremonia que tendrá lugar el próximo 28 de Abril en Buenos Aires.
Prof. Christian Lauria