Dentro de los nombres de las promisorias artistas que surgieron en nuestro medio el de Sabrina Cirera viene consolidándose a fuerza de talento, trabajo y calidad.
Su ductilidad de intérprete tanto en lo vocal como en lo escénico le permitió afrontar un repertorio variado y su éxito en la Medea de Cherubini que se presentó en esta temporada de Buenos Aires resultó el merecido premio a su valor.
A punto de partir para Holanda donde también encarnará a la mítica maga, nos reunimos con ella para conversar sobre música…
Operaworld -Este año estuvo marcado por el gran suceso que obtuviste con MEDEA de Cherubini ¿Cómo resultó esa experiencia?
Sabrina Cirera: – Fue realmente una experiencia increíble y sumamente enriquecedora. Medea fue hasta ahora el mayor desafío que tuve y transitarlo de la mano de Hernán Schvartzmann y María Jaunarena y junto al equipo de artistas de Juventus Lyrica fue impagable. Cuando Hernán me lo propuso debo confesar que no conocía mucho acerca de este rol y al empezar a trabajarlo y conocerlo me fui enamorando, de hecho creo que es el rol que más me gustó de todos los que canté y también el que más me asustó. Fue ir descubriendo ensayo a ensayo más y más cosas, encontrar diferentes visiones, diferentes aristas de un personaje que la mayoría de las veces se presenta de una forma muy unidimensional y que gracias a María pude ver desde muchos lados diferentes y hacerlo más complejo y más humano al mismo tiempo. Además encontrar un público tan entusiasmado, la repercusión jamás la hubiera esperado sobre todo teniendo en cuenta que este rol está totalmente ligado a Callas y a su maravillosa creación y que al público le puede costar aceptar que otra cantante lo interprete, en fin… realmente no puedo estar más agradecida y satisfecha con esta experiencia.
OW: -En ese trabajo conjugaste tu talento musical con tu temperamento dramático ¿Cómo crees que juegan ambas cosas en la ópera?
SC: – Creo que es fundamental que ambas cosas se conjuguen para lograr que, utilizando las sabias palabras de Ana D’Anna, “esté vivo”. La ópera tiene que estar viva sino es simplemente un concierto y no creo que sea eso lo que el público espera ni lo que el autor quisiera, para mi como público es horrible ver en el escenario a un cantante que está más preocupado por el agudo que por brindar un hecho artístico. El temperamento dramático es algo que surge solo cuando uno se conecta con el rol y con el arte entonces es como magia, puede fallar algún que otro sonido pero la esencia y el arte están y eso la gente lo nota y lo valora.
OW: -Hay quienes opinan que el desarrollo de lo actoral en la ópera, más allá de tu caso, surge como compensación por la carencia de grandes voces ¿Qué opinás al respecto?
SC: – No creo para nada que sea asi, creo que el problema es ver a la ópera como un desfile de “grandes voces” por qué? Es arte y necesita de un compromiso actoral, después de todo estamos contando algo, estamos transmitiendo emociones y eso no se logra según el tamaño de la voz, un cantante no es más o menos valioso según el tamaño de su voz sino según el tamaño de su trabajo en general, y para que el trabajo en general sea completo se requiere de un compromiso y un desarrollo actoral. El año pasado la Mtra. Franca Mattiucci dio un masterclass en el Salón Dorado del Teatro Colón y me quedaron grabadas unas palabras que ella dijo: “La mayoría del público no sabe para que voz se compuso cada personaje, si debe ser una voz más grande, más pequeña, más pesada o más liviana, ellos van a buscar la emoción y la entrega y que nosotros les transmitamos lo que ese personaje está sintiendo, si logran eso, el público lo compra independientemente de si tienen una voz más grande o más chica”, y estoy totalmente de acuerdo, obviamente que debe haber idoneidad vocal pero no es lo único que cuenta, yo voy al teatro a ver, a sentir y a emocionarme, si solo quiero escuchar una gran voz mejor me compro un Cd de Ghena Dimitrova y me quedo en mi casa.
OW: -¿Cómo preparás un nuevo rol?
SC: – Cuando me proponen un nuevo rol lo primero que hago es ver una versión completa de esa ópera para tener una idea general, y luego lo empiezo a desmenuzar, primero lo estudio musicalmente con ayuda del maestro preparador o de repertorio, comenzando por las arias y luego sigo por los números de conjunto, trabajo técnicamente nota por nota con Carmen Sensaud que es mi maestra hasta encontrar el lugar indicado para cada sonido y luego comienzo a ejercitar la memoria. Desde el punto de vista dramático me gusta leer la traducción del libreto y la obra en la que el libreto está basado. Obviamente todo este trabajo es previo a comenzar el trabajo con el director musical, cuando se empieza a trabajar el rol con el director es un comenzar otra vez a incorporar a lo que uno estudió la visión y la estética que el director quiera y ahí es cuando el rol termina de tomar forma, ya que al completarlo con el trabajo del director musical todo se redondea y queda listo.
OW: -¿Crees que un cantante debe limitarse a un repertorio preciso o experimentar con nuevos estilos y escuelas? ¿Cuáles son los límites a la hora de aceptar una propuesta?
SC: – Yo creo que siempre hay que experimentar dentro de lo que el instrumento nos permita, uno sabe siempre (casi te diría que intuitivamente) cuando algo es viable, aunque arriesgado, y cuando nos puede dañar. Creo que el límite lo fijan la salud vocal, la madurez y la experiencia que cada uno posea, a veces te dicen “no, vos tal rol no lo debés cantar porque no tenés la voz para hacerlo” (fue el caso de Medea), pero yo creo que si la voz no se daña es por algo, tal vez no sea lo mejor que uno pueda cantar pero si vale la pena intentarlo y aprender cosas nuevas. Muchas veces a uno le proponen roles que no es el momento de abordar no porque la voz tal vez no sea la adecuada, sino porque aún no se está lo suficientemente maduro para afrontarlo, ese creo que es uno de los límites y uno de los aspectos a observar, no es lo mismo cantar una Lady Macbeth luego de 25 años de carrera que cantarlo cuando recién empezás por más que poseas la voz adecuada.
OW: – ¿Qué opinás de las puestas «revolucionarias» que se están viendo? ¿Por dónde pasa tu gusto personal?
SC: – Depende que se entienda por “revolucionario”, cuando por revolucionario se entiende sacar la obra de contexto, ignorar completamente la visión de su creador o caer en la vulgaridad con tal de ser considerado “diferente” o “no convencional” realmente debo decir que no me gusta. No se, personalmente no me interesa pagar una entrada para ver lo que veo todos los días en el noticiero o en la calle, no se qué es lo que puede aportar de positivo, si voy al teatro a ver una ópera es para ver algo que no veo todos los días, para pasar un buen momento y si lo que me presentan es algo de mal gusto, agresivo y que veo todos los días en la calle a las seis de la mañana cuando los jóvenes salen de la disco (por citar un ejemplo) la verdad no me interesa.
OW: -¿Cómo ves el mundo de la lírica para los cantantes jóvenes en la Argentina? ¿Hay oportunidades suficientes? ¿Hay reconocimiento?
SC: – La verdad yo lo veo difícil, hay muchísimos más espacios que hace unos años pero no creo que sean suficientes porque también hay una gran oferta de talentosísimos cantantes, y además lamentablemente vivimos en una sociedad (y el ambiente operístico no está exento) que valora y se asombra más con cualquiera que venga de afuera que con los excelentes profesionales que hay acá, es paradójico que muchos cantantes nuestros sean reconocidos solo después de que cantaron en el exterior, como si cantar en el exterior te hiciera mejor cantante. Ese aspecto hace que la carrera acá sea muy cuesta arriba, si no existieran instituciones como Juventus Lyrica a la que, me animo a decir, el 90% de los cantantes argentinos le debemos la carrera, habría muchísimos artistas que no podrían cantar en ningún lado, ya que muchas veces no se tienen los medios económicos necesarios para irse al exterior a estudiar o prepararse con maestros de renombre mundial y demás. Es triste que se valore más un apellido extranjero o la mención de algún que otro teatro de Europa en un curriculum (los cuales más de una vez son inventados), que el verdadero valor y capacidad del artista y eso lamentablemente influye muchísimo a la hora de conseguir trabajo.
OW: -¿Qué sueños tiene Sabrina Cirera en lo profesional?
SC: – Te mentiría si te dijera que alguna que otra vez no fantaseo con estar en el escenario de la Scala siendo dirigida por Muti, pero soy más realista así que te digo que mi sueño es simplemente cantar, tener la oportunidad de trabajar y vivir de lo que amo tan profundamente como es el canto, yo soy cantante y lo que quiero es cantar, crecer día a día y ser cada vez mejor.
OW: -¿Cuáles son los compromisos profesionales futuros?
SC: – Ahora estoy a punto de viajar a Holanda ya que me contrató la compañía Opera2Day para participar en la producción de “Medea” que están preparando allá y que hará una gira por varios teatros. Además aprovecho esta oportunidad para realizar unas audiciones en Italia, España y Alemania y también una serie de conciertos, así que por lo pronto me quedaré allá hasta fin de año y para el 2015 hay algunas propuestas que todavía se están evaluando.