Entrevista: Sergi Roca Bru, director de orquesta

Sergi Roca Bru ha sido invitado por la Fundació Òpera Catalunya para dirigir Madama Butterfly por diferentes ciudades catalanas con la Orquestra Simfònica del VallésAna Nasarre y Marisa de Prada lo han entrevistado y hoy, 15 de febrero, es la primera función de la gira que finalizará el 19 de marzo. Entrevista: Sergi Roca director orquesta

Sergi Roca, director de orquesta / Foto: © Mona Taube
Sergi Roca, director de orquesta / Foto: © Mona Taube

 

Sergi Roca Bru: » Amics de l’Òpera de Sabadell  junto a la Fundació Òpera Catalunya llevan muchos años haciendo un trabajo excelente ” 

Sergi Roca Bru nació en 1987 en Sabadell (Barcelona). Empezó a tocar el violín y el piano a los cinco años. Estudió dirección de orquesta en la Hochschule für Musik Detmold y finalizó su grado y máster en el prestigioso Intitute for conducting de la Hochschule für Musik Franz Liszt de Weimar. Actualmente es el segundo Kapellmeister de la Ópera de Kiel (Alemania). Con diversas orquestas ha dirigido un amplio repertorio, tanto sinfónico como lírico, incluyendo más de 20 óperas. Recientemente ha ganado la plaza de primer Kapellmeister en el teatro de Flensburg, donde empezará a ejercer a partir de la temporada 2023-24.

¿En qué momento decidió que quería ser director de orquesta?                        

Mi amor por la música sinfónica empezó con un casete de la quinta de Beethoven que escuchaba en bucle a los diez años. Era un mundo desconocido y fascinante. Decidí que yo también quería ser compositor. Finalizados los estudios secundarios estudié composición durante tres años y luego, a los veintiuno, cambié mi camino para centrarme en la dirección de orquesta. Siempre había disfrutado muchísimo en las distintas orquestas juveniles en las que participé como violinista. Aunque la figura del maestro como líder en sí mismo no me había llamado mucho la atención, hasta entonces, me estimulaba el infinito espectro de posibilidades interpretativas que ofrece la orquesta. Quería contar la música sinfónica a mi manera.

Sergi Roca en una función de "Tosca" (2021) / Foto: © Victoria Rovira
Sergi Roca en una función de «Tosca» (2021) / Foto: © Victoria Rovira

Usted actualmente reside y trabaja en Alemania. ¿Puede explicar el porqué de su decisión ?                                         Podría                        ?                                                                                          

Podría responderle que, por un montón de pequeños detalles, pero la verdad es que el hecho de dedicarse profesionalmente a la música es un privilegio maravilloso, pero conlleva también renuncias importantes. Una de ellas es el poder decidir dónde uno vive. La decisión principal fue el querer vivir de la dirección de orquesta. Luego, el lugar de trabajo y residencia vienen determinados por las circunstancias laborales y personales de cada momento. Cuando terminé mis estudios de dirección en Weimar, conseguí una plaza en el teatro de Nordhausen como Kapellmeister y repertorista. Esto me permitía ganar experiencia dirigiendo y asistiendo producciones de ópera, opereta, ballet, musicales y conciertos. En Alemania, existen más de ciento treinta orquestas profesionales financiadas por el estado sumando las puramente sinfónicas y las pertenecientes a los teatros líricos. No es un mundo fácil, ni mucho menos, pero hay oportunidades.

Cuéntenos acerca de las diferencias entre las temporadas de ópera en Alemania y en España.

Como usted sabe, en España, como en la mayoría de países con teatros de ópera, la temporada es estacional: una sucesión encadenada de producciones. Una ópera se ensaya, se estrena, se hacen varias funciones seguidas, se termina, un poco de pausa… y, a por la siguiente. Por el contrario en Austria, Suiza y Alemania impera un sistema de repertorio en la cual las producciones se acumulan a lo largo de la temporada. Una ópera se ensaya, se estrena y se hacen un número x de funciones espaciadas entre varios meses. Después del estreno, o incluso antes, se empieza a ensayar el siguiente título, el cual se estrena mucho antes de terminar la primera producción. Y luego el siguiente. Además, se reincorporan, con pocos ensayos, producciones de temporadas anteriores que están en repertorio.
Ambos sistemas tienen sus virtudes y defectos. La ventaja del sistema germánico es la riqueza de repertorio, la cual permite al público, incluso en teatros pequeños, la elección entre tres espectáculos distintos en un mismo fin de semana. Este sistema precisa sin embargo de una compleja organización, un elenco de cantantes fijos en el teatro y de varios directores, Kapellmeisters y repertoristas. Es habitual en una misma semana tener dos funciones de distintas producciones y que al mismo tiempo se ensaye una tercera.

¿Es importante empezar como director asistente para ir formándose?

Sin duda. No existe una receta única para dirigir una obra ni para ensayar de la mejor forma. Se aprende mucho viendo trabajar con la orquesta a los colegas más experimentados. Hay tantas facetas en nuestro oficio, desde la interpretación de la obra, forma, coordinación de la orquesta, equilibrio acústico, timbre, técnica gestual, modo de ensayo, psicología de la orquesta, acompañamiento y guía de los cantantes. Además, estando sentado es mucho más fácil agudizar el oído que cuando se está dirigiendo, y uno toma consciencia también de los errores propios. En mi plaza actual como segundo Kapellmeister en el teatro de Kiel tengo funciones de director musical en algunas producciones, y de segundo director y asistente en otras. Esto me permite seguir desarrollándome.

Sergi Roca, director de orquesta / Foto: © Mona Taube
Sergi Roca, director de orquesta / Foto: © Mona Taube

Y, hablando de directores, ¿existe alguno al que admire especialmente y le haya impactado en su manera de dirigir?

Es cierto que intento aprender de todos los directores. Cada cual destaca por alguna cualidad: la naturalidad de Abbado, la elegancia de Kleiber, la fantasía de Rattle, la narración de Pappano, la agógica de Prêtre, el ritmo de Dudamel, la intensidad de Karajan, la precisión de Maazel, la pasión de Bernstein, la simplicidad de Gardiner, la fuerza de Chailly, el control de Gatti…
Al fin y al cabo lo que el oyente desea es vivir las emociones sinceramente expresadas y compartidas por el emisor, en este caso el director en comunión con los músicos y los cantantes. Para este fin cada cual busca su camino. Entrevista: Sergi Roca director orquesta

¿Qué prefiere, dirigir una sinfonía o una ópera?    

Depende de qué sinfonía y de qué ópera, con quién y en qué momento. Son mundos muy distintos ambos con sus atractivos. La sinfonía, al estar desprovista de texto, emplea un lenguaje de por sí mucho más abstracto con las inmensas posibilidades que esto abre al ingenio y a la fantasía de cada cual. El director puede definir la interpretación en gran manera y conducir la orquesta hacia su ideal. En la ópera los cantantes son los protagonistas y la orquesta se subordina en gran medida ellos. Es un trabajo en equipo en el que todos tienen que aprender a renunciar y a estar abiertos a las ideas y necesidades de los otros para lograr el mejor resultado. Es una dinámica de ensayo absolutamente distinta que puede ser a su vez muy enriquecedora. Sería más comparable a acompañar un concierto para piano y orquesta, por ejemplo. A mí me encanta trabajar con cantantes. La voz es indudablemente el instrumento más rico por su capacidad para transmitir emociones mediante todo tipo de matices. Es algo que me fascina. Lo mismo pasa con la escena. Las ideas del director de escena, la escenografía, la iluminación o el vestuario, pueden aportar pensamientos nuevos y enfoques personales, y redistribuir el peso dramatúrgico en la narración, enriqueciendo el resultado final y caracterizándolo respeto a producciones anteriores. Eso sí, una puesta en escena desafortunada puede también estropear la mejor interpretación de una ópera. Con las sinfonías no se corre este riesgo. Entrevista: Sergi Roca director orquesta

¿Existe alguna interpretación, a lo largo de su carrera, de la que se sienta especialmente orgulloso?

Guardo muy buenos recuerdos de varias de las obras que he dirigido, pero especialmente de L’ elisir d’amore, una producción que decidí organizar para finalizar mi grado en dirección en Weimar. Fue una tarea titánica ya que partí desde cero. Busqué los solistas entre los estudiantes de canto y convencí a un montón de músicos y estudiantes de varias carreras (musicología, pedagogía musical, colegas directores, compositores…) para montar la orquesta y el coro. Todo de forma voluntaria y en período vacacional entre cuatrimestres. También recluté un equipo de producción (dirección de escena, asistentes, vestuario, organización…). La edad media sería de 22 años y para la mayoría de nosotros era la primera producción de ópera. Hicimos tres funciones en un pequeño teatro, todas con el aforo agotado. Fue una alegría y un éxito espectacular. Nunca olvidaré ese proyecto.

Sergi Roca en un ensayo de "Tosca" (2021) / Foto: © Victoria Rovira
Sergi Roca en un ensayo de «Tosca» (2021) / Foto: © Victoria Rovira

¿Cuándo dirige en su propia ciudad sus emociones son distintas a las que siente en cualquier otro teatro donde haya dirigido?

Me imagino que como a la mayoría de los músicos que actúan en su ciudad natal. La Orquestra Simfònica del Vallès es la primera orquesta que escuché cuando era un niño. Yo iba con mis padres a los conciertos de su temporada sinfónica y fue también en el teatro de mi ciudad, «La Farándula», donde vi mis primeras óperas. Tocar aquí es como cerrar el círculo. En Alemania, normalmente, no tengo conocidos entre el público por lo que es muy bonito hacer música para un público en el que se encuentran familiares y amigos. Tuve una gran experiencia con Tosca y espero repetirla también esta vez. Además, haciendo esta producción me sale cierto orgullo sabadellense. Creo que “Amics de l’Òpera de Sabadell» y Mirna Lacambra, como mascarón de proa, de la “Fundació Òpera Catalunya”, y su presidente Oscar Lanuza llevan muchos años haciendo un trabajo excelente. Hay que aprovechar la singularidad cultural de Sabadell como ciudad de ópera para apuntalarla política y económicamente, con vistas a nuevos horizontes de futuro.

Y hablando de futuro ¿Qué proyectos inmediatos tiene y algunos que pueda mencionar?

Después de esta Madama Butterfly, de regreso a Kiel, me esperan mis debuts de Manon Lescaut y Iolanta esta temporada, también las últimas funciones de Die Zauberflöte y de Sunset Boulevard. Estoy también muy ilusionado con el próximo concierto con la Joven Orquesta del Land de Schleswig-Holstein, en abril. Haremos música de Brahms, Sibelius y Grohndal. La próxima temporada, en Flensburg me esperan títulos muy atractivos que no puedo aún desvelar. Aparte tengo entre manos una gira por Escandinavia en 2024 con Andrea Chénier. Y llevar la música clásica y la ópera a cuantas más personas mejor. ¡Hay mucha gente que no sabe lo que se pierde! Creo en la mejora del ser humano a través de la cultura y en nuestra sociedad queda mucho por hacer.

Gracias, maestro, por concedernos esta entrevista horas antes de la primera función de Madama Butterfly. Esperamos verle con frecuencia en nuestro país.

Gracias a ustedes.

OW