La música airosa, fresca, vibrante y llena de gracia, de sencilla gracia no exenta de picardía; la música que retrata el Madrid más castizo y popular; la música que ideara la maravillosa combinación formada por Federico Chueca y Quinito Valverde, ha vuelto al escenario del Teatro de la Zarzuela, templo de la gran zarzuela y que compartió días de gloria con el mítico Teatro Apolo. La música del Madrid sencillo, castizo, del entrañable Madrid donde nadie es forastero, donde todo el mundo tiene su sitio y acomodo, esa música se ha acabado convirtiendo en un sueño gracias al talento y la habilidad de Miguel del Arco y de José María Moreno que han sabido idear una trama graciosa, plena de sátira; una trama que nos refleja el Madrid eterno, el Madrid popular, inteligente, gracioso y rasgado; el Madrid que supo inspirar sentidas páginas a Chueca y Valverde..
Para ello se han servido de una idea que es bastante original. Paco es un simpático personaje que en este 2026 vive en la Plaza Mayor de la villa y corte. El pobre Paco es un muchacho simpático, que comparte su vida con la esplendorosa y simpática Merche. Pero tiene un problema. La Plaza Mayor de Madrid está todo el día con ruido. Ya es la música de una murga, ya es una banda que toca, ya es un aficionado que canta, ya son los que pregonan sus mercancías; ora son los que se manifiesta defendiendo tal o cual idea, ora son los que chillan y protestan por esto o por aquello. Y el pobre Paco no puede cerrar los ojos. Merche consigue aislarse pero él no… hasta que se queda dormido y su sueño, que bien puede confundirse con la realidad, lo traslada a finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. Va a vivir un montón de peripecias, va a asistir asombrado al nacimiento de la Gran Vía, conversará y discutirá con las calles que se verán afectadas por la aparición de la Gran Vía. Conocerá al fatuo caballero de Gracia, conocerá a los rateros, verá que su Merche se convierte en la Menegilda, con su famosa Pobre chica la que tiene que servir. Recordará el año de lluvias que dio paso a lo que podría ser un año pasado por agua. Conocerá a los miembros de las tertulias literarias: Machado, Bueno, Valle Inclán, Benavente. Y a los políticos y sus mítines. Y vendrá el paralelismo con los de antes y los de ahora. Con juegos de palabras, con diálogos graciosos y con su pizca de malicia. Todo eso y mucho más es y fue Madrid. El de antes y el de ahora. Por eso la obra, graciosa, escrita con primor, con galanura y no poca ironía, se titula Como está Madriz!.
He escrito que la obra es graciosa, original, con muchas, muchísimas alusiones a las situaciones políticas actuales, que no están tan lejos de las de siglos pasados. Eso ha podido levantar alguna roncha pero creo que se ha hecho con gracia y con respeto, con sentido crítico pero sin demasiada acritud. Solamente hay una escena que me pareció de muy mal gusto, innecesaria totalmente y que molesta a las creencias católicas. Pero nada más que eso. Lo demás es gracia chispeante, buen humor, sentido crítico pero dentro del prisma de lo cómico. No pienso que esté justificado todo el revuelo que se ha armado. Pero en fin, cada uno puede pensar y actuar como quiera. Los aplausos en la noche que asistí fueron unánimes. Solamente un caballero cerca de mi localidad gritó fuera, pero la ovación fue prácticamente unánime.
Se utiliza la música de La Gran Vía y la del Año pasado por agua, ambas de Chueca y Valverde, así como un simpático guiño a la figura de Barbieri, con el brillante y castizo inicio de su Barberillo de Lavapiés. La actuación de los coros a lo largo de toda la noche fue espectacular, en afinación, buenas voces y sentido de la musicalidad, como es habitual en esta agrupación coral que con acierto dirige Antonio Fauró y una orquesta afinada y muy convincente bajo la experta dirección del maestro José María Moreno, uno de los grandes responsables del buen resultado de todo el espectáculo. Miguel del Arco es el brillante y afortunado director escénico y corresponsable de la adaptación que desemboca en el excelente espectáculo que pudimos ver.
Y los intérpretes. Paco León estuvo inmenso, formidable. Su gran capacidad cómica, su naturalidad, su buen quehacer constituye la máxima contribución al éxito de la función. De verdad, sencillamente magistral. Junto a él una deliciosa María Rey-Joly ofreció una gran versatilidad, con bonita voz y buenas dotes como actriz. Y algo parecido puede decirse de la larguísima nómina de actuantes con la buena voz de Luis Cansino, la gracia de Amelia Font, la espléndida interpretación del chotis a cargo de Amparo Navarro y en general todos y cada uno supieron brillar a buen nivel. El espectáculo es sencillamente espléndido con ese estelar Paco León, y con ese traernos y llevarnos del antiguo Madrid, al actual. En resumen, una gran función este Cómo está Madriz!– Pues ¿cómo queremos que esté? Como siempre, maravillosa.
José Antonio Lacárcel