Fallece la soprano Virginia Zeani, «l’assoluta»

Fallece Virginia Zeani «la assoluta» Por Federico Figueroa

Ayer, a la edad de 97 años, murió la soprano rumana Virginia Zeani en Florida, en donde vivía desde hacía un par de décadas. Nació en una pequeña localidad de Transilvania llamada Solovăstru en 1925. Después de la Segunda Guerra Mundial, Zeani se afincó en Italia, en donde perfeccionó sus conocimientos de canto con el director Antonio Narducci y el tenor Aureliano Pertile.

Su debut profesional lo fechaba en 1948, en un reemplazo en Bolonia para el personaje protagonista de La traviata, Violeta Valéry, que sería uno de los roles «fetiche» en su larga y exitosa carrera de 35 años (se retiró de los óperas escenificadas en 1983, aunque continuó apareciendo en algunos recitales). En todos esos años su voz evolucionó desde una soprano lírico-ligera, interpretando personajes como Gilda (Rigoletto) y Lucia (Lucia di Lammermoor), hasta la de una lírico-spinto como las protagonistas de Tosca o Adriana Lecouvreur. En 1956 debutó en el Teatro alla Scala, como Cleopatra (Giulio Cesare in Egitto de Händel), en una época (dorada y adorada por muchos de los que amamos la ópera) en la que las «especializaciones» estaban muy lejos de constreñir a los cantantes. En Milán conoció al bajo Nicola Rossi-Lemeni (1920-1991), que sería su esposo y la convertiría, andando el tiempo, en viuda. Fallece Virginia Zeani «la assoluta»

Su repertorio abarcó casi setenta personajes de compositores como Rossini, Offenbach, Donizetti, Mercadante, Verdi, Tchaikovski, Wagner, Puccini y Giordano, entre otros. Protagonizó estrenos mundiales operísticos, como  Dialogues des Carmélites (Blanche de la Force) de Francis Poulenc y Alissa de Raffaello De Banfield. En la década de los sesenta y setenta la cantante se convirtió en una cantante-actriz capaz de afrontar con brillantez personajes en óperas de Idebrando Pizzetti (Assassinio nella cattedrale), Ferruccio Busoni (Turandot), Barbara Giuranna (Mayerling), Renzo Rossellini (L’avventuriero) o The Consul de Gian Carlo Menotti.

Virginia Zeani era una de las últimas representantes vivas de una pléyade de grandes sopranos nacidas en la década de 1920, como Antonieta Stella, Maria Callas, Renata Tebaldi, Victoria de los Ángeles, Joan Sutherland, Leyla Gencer, Beverly Sills, Pilar Lorengar, o Leontyne Price. Con una belleza cinematográfica, entre Gina Llobrigida y Hedy Lamarr, Zeani sumaba puntos con su cálida personalidad, según me han dicho personas que la conocieron como cantante y/o como profesora. Porque las últimas tres décadas se dedicó a la docencia, guiando a estudiantes que han alcanzo gran notoriedad artística, como Vivica Genaux, Sylvia McNair, Elizabeth Futral y Ailyn Pérez.

En 2017 fui invitado a la ciudad de Târgu Mureș (Rumanía), situada a unos 40 kms. del lugar de nacimiento de Zeani, para presenciar la primera edición de un festival lírico que lleva su nombre. Opera World publicó una reseña de los días que ahí estuve. Estaba previsto que ella, «la Assoluta» estuviera en aquella fiesta en su honor pero por su avanzada edad y un inoportuno contratiempo, se le desaconsejó el viaje. En esa ocasión escuché a algunas jóvenes voces que estaban siendo guiadas por ella, como el bajo-barítono James Ioelu (neozelandés) y las sopranos Enivia Muré (mexicana) y Friederike Peters (alemana). Los tres me describieron a Zeani como una mujer optimista, que vivía en el presente y pocas veces en ese pasado glorioso que tuvo la fortuna de poder construirse, con su prodigiosa voz y talento. Para mayor información al Festival Virginia Zeani, pinche AQUÍ.allece Virginia Zeani «la assoluta»

Han quedado numerosos registros de su voz, con los que podemos valorar su talento e inteligencia musical. Y hoy por hoy, con eso tenemos que estar contentos. QEPD Virginia Zeani (1925-2023).