Tras la inauguración de la temporada el pasado miércoles con La Traviata, de Verdi, el Gran Teatro Liceo de Barcelona ofreció ayer por primera vez la ópera Farnace, de Antonio Vivaldi, de cuya dirección musical se hizo cargo el maestro Jordi Savall, al frente de diecisiete músicos de la orquesta de instrumentación histórica Le Concert des Nations. Esta ópera barroca nunca se había representado hasta ahora en el Liceo, pese a la popularidad que siguió a su estreno en el Teatro Sant’Angelo de Venecia en 1727.
Farnace es el nombre de su protagonista, basado en el personaje histórico de la monarquía póntica en tiempo de Pompeyo, el rey Farnaces II, descendiente de Mitrídates, y que ocupa el centro de una trama de conspiraciones y traiciones en el seno de la propia familia.
Las voces visibles en escena serán el barítono Furio Zanasi (Farnace), las contraltos Sara Mingardo (Tamiri) y Marina de Liso (Pompeyo), la soprano Adriana Fernández (Berenice) y la mezzosoprano Marie-Claude Chappuis (Selinda).
