Damiano Michieletto, uno de los jóvenes directores de escena de mayor talento de la actualidad en Italia (que se ha destacado especialmente por sus montajes en el Rossini Opera Festival de Pésaro, entre ellos su “almodovariana” producción de La Scala di Seta), ha situado su Falstaff para el Festival de Salzburgo en la Casa di Riposo que Giuseppe Verdi mandó construir en Milán al arquitecto y escritor Camillo Boito (autor de la novela Senso, en la que se basa el filme homónimo de Luchino Visconti, de tan verdianas resonancias), hermano del compositor Arrigo Boito, libretista de los dos último títulos escénicos del músico de Busseto, así como artífice de la versión revisada de Simon Boccanegra. Verdi consideraba este asilo para cantantes retirados, que habría de sostenerse con los derechos generados por sus obras, como “su ópera más bella”, y en ella quiso que reposaran sus restos, junto a los de su esposa Giuseppina Strepponi.
En este ambiente, entre sueño y realidad (la de los propios artistas imaginándose que están interpretando, y que nos hace pensar inevitablemente en la película del suizo Daniel Schmidt El beso de Tosca, rodada en aquellos mismos salones y protagonizada por divos históricos) transcurre el testamento musical de Verdi, situado en su propia época, es decir, a finales del siglo XIX. El cantante que encarna al orondo personaje shakesperiano se queda dormido en un diván e imagina todo lo que le ocurre. Las comadres son cuatro mujeres que deambulan a su alrededor y participan divertidas en su juego. Es muy gracioso cuando, para la escena de la seducción de Mrs. Ford, se pone las mismas ropas que llevó el barítono francés Victor Maurel en el estreno de la ópera en La Scala de Milán, en 1893. Y resulta entrañable cuando los dos jóvenes enamorados se declaran su pasión en la ópera, al tiempo que una pareja de ancianos (que quizá fueron los creadores de los papeles) se abraza.
Ambrogio Maestri ha logrado tal identificación con el personaje titular que ya puede ser considerado como el legítimo heredero de Tito Gobbi o Giuseppe Taddei en este rol. El enredador cuarteto femenino estuvo impecable, comenzando por una Fiorenza Cedolins de enorme clase y suma inteligencia como Alice. Elisabeth Kulman lució la belleza de sus graves en una Mrs. Quickly más seductora de lo habitual, y Eleonora Buratto exhibió su hermosa línea en el aria de Nannetta, al igual que Javier Camarena como delicado Fenton. Al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena, Zubin Mehta aprovechó todo el poderío de unos rotundos “tutti” pero también extrajo todo el color verdiano de esta partitura tan sabia y otoñal.
Salzburgo, Haus Für Mozart, 6–VIII–2013. Verdi: Falstaff. Ambrogio Maestri (Sir John Falstaff), Fiorenza Cedolins (Mrs. Alice Ford), Massimo Cavalletti (Ford), Elisabeth Kulman (Mrs. Quickly), Eleonora Buratto (Nannetta), Javier Camarena (Fenton), Stephanie Houtzeel (Mrs. Meg Page), Luca Casalin (Dr. Cajus), Gianluca Sorrentino (Bardolfo), Davide Fersini (Pistola). Orquesta Filarmónica de Viena. Philharmonia Chor Wien. Dirección musical: Zubin Mehta. Dirección escénica: Damiano Michieletto. Decorados: Paolo Fanti. Vestuario: Carla Teti. Iluminación: Alessandro Carletti.
Rafael Banús Irusta
Damiano Michieletto, uno de los jóvenes directores de escena de mayor talento de la actualidad en Italia (que se ha destacado especialmente por sus montajes en el Rossini Opera Festival de Pésaro, entre ellos su “almodovariana” producción de La Scala di Seta), ha situado su Falstaff para el Festival de Salzburgo en la Casa di Riposo que Giuseppe Verdi mandó construir en Milán al arquitecto y escritor Camillo Boito (autor de la novela Senso, en la que se basa el filme homónimo de Luchino Visconti, de tan verdianas resonancias), hermano del compositor Arrigo Boito, libretista de los dos último títulos escénicos del músico de Busseto, así como artífice de la versión revisada de Simon Boccanegra. Verdi consideraba este asilo para cantantes retirados, que habría de sostenerse con los derechos generados por sus obras, como “su ópera más bella”, y en ella quiso que reposaran sus restos, junto a los de su esposa Giuseppina Strepponi.
En este ambiente, entre sueño y realidad (la de los propios artistas imaginándose que están interpretando, y que nos hace pensar inevitablemente en la película del suizo Daniel Schmidt El beso de Tosca, rodada en aquellos mismos salones y protagonizada por divos históricos) transcurre el testamento musical de Verdi, situado en su propia época, es decir, a finales del siglo XIX. El cantante que encarna al orondo personaje shakesperiano se queda dormido en un diván e imagina todo lo que le ocurre. Las comadres son cuatro mujeres que deambulan a su alrededor y participan divertidas en su juego. Es muy gracioso cuando, para la escena de la seducción de Mrs. Ford, se pone las mismas ropas que llevó el barítono francés Victor Maurel en el estreno de la ópera en La Scala de Milán, en 1893. Y resulta entrañable cuando los dos jóvenes enamorados se declaran su pasión en la ópera, al tiempo que una pareja de ancianos (que quizá fueron los creadores de los papeles) se abraza.
Ambrogio Maestri ha logrado tal identificación con el personaje titular que ya puede ser considerado como el legítimo heredero de Tito Gobbi o Giuseppe Taddei en este rol. El enredador cuarteto femenino estuvo impecable, comenzando por una Fiorenza Cedolins de enorme clase y suma inteligencia como Alice. Elisabeth Kulman lució la belleza de sus graves en una Mrs. Quickly más seductora de lo habitual, y Eleonora Buratto exhibió su hermosa línea en el aria de Nannetta, al igual que Javier Camarena como delicado Fenton. Al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena, Zubin Mehta aprovechó todo el poderío de unos rotundos “tutti” pero también extrajo todo el color verdiano de esta partitura tan sabia y otoñal.
Salzburgo, Haus Für Mozart, 6–VIII–2013. Verdi: Falstaff. Ambrogio Maestri (Sir John Falstaff), Fiorenza Cedolins (Mrs. Alice Ford), Massimo Cavalletti (Ford), Elisabeth Kulman (Mrs. Quickly), Eleonora Buratto (Nannetta), Javier Camarena (Fenton), Stephanie Houtzeel (Mrs. Meg Page), Luca Casalin (Dr. Cajus), Gianluca Sorrentino (Bardolfo), Davide Fersini (Pistola). Orquesta Filarmónica de Viena. Philharmonia Chor Wien. Dirección musical: Zubin Mehta. Dirección escénica: Damiano Michieletto. Decorados: Paolo Fanti. Vestuario: Carla Teti. Iluminación: Alessandro Carletti.
Rafael Banús Irusta