Deutsche Grammophon nos presenta un heterogéneo álbum en el que el tenor Fritz Wunderlich hace un recorrido por algunas piezas famosísimas que recogen tanto arias operísticas, lieder como canciones populares, abarcando obras de Haëndel o J. S. Bach hasta llegar a piezas mucho más recientes vinculadas con la música popular, pasando por algunos de los grandes clásicos y románticos como Mozart, Beethoven, Verdi, etc.
Este heterogéneo álbum en el que este tenor, de voz poderosa y timbre muy alemán, se abre con un bloque de piezas de W. A. Mozart en las que el cantante demuestra una buena capacidad técnica, abriendo eficazmente la voz, seguro en los crescendos y dándole musicalidad y buen gusto a las piezas. Un conjunto de arias de ópera de Tchaikovsky, Puccini y Verdi pueden ser escuchadas a continuación en este heterogéneo álbum, con la peculiaridad de utilizar el alemán en algunas de ellas, lo cual resulta de entrada algo chocante para este humilde comentarista por la sensación de mayor brusquedad fonética que provoca en algunos casos puntuales. No obstante, Wunderlich utiliza su voz de hermoso timbre con expresividad y musicalidad, siendo muy bueno el resultado obtenido. Wagner, Mahler y R. Strauss dan continuidad a este heterogéneo álbum, en el que, de nuevo, Wunderlich demuestra una muy buena técnica vocal, poniendo al servicio de estas sensacionales piezas su poderosa voz, puramente germana, dándoles la expresividad y musicalidad requeridas con eficacia y buen gusto.
Una serie de piezas para voz y piano son las que culminan el primer C.D. de este heterogéneo álbum; Beethoven es el que, con dos hermosas piezas, inaugura este bloque en el que Schumann y Schubert se reparten la autoría del resto de bellos lieder que lo componen. Wunderlich demuestra en este grupo de obras que es capaz de cantar con musicalidad y muy buen gusto unas piezas que no le exigen lucir su potente voz, sino que piden delicadeza, cantar en un registro medio y con una intensidad que sólo en algunos casos llega al forte. Muy bueno el trabajo realizado por el tenor en este bloque que requiere otras habilidades interpretativas y que constituye un final muy bueno, de mucho nivel, en este primer C.D.
El segundo C.D. de este heterogéneo álbum se abre con un grupo de obras, variadas en sí mismas, que incluye el Clasicismo de Haydn y Gluck, el Barroco de Haendel y J.S. Bach y el Romanticismo de Verdi y Maillart. Bueno el trabajo realizado por Wunderlich en estas primeras piezas, demostrando versatilidad, buena técnica, musicalidad y luciendo una voz poderosa en los momentos de más fuerza y siendo capaz de mostrarse más comedido en los que la música pide mesura y delicadeza.
El último bloque de este heterogéneo álbum está constituído por una serie de piezas muy distintas a las comentadas anteriormente, pues se trata de canciones mucho más cercanas a lo popular; estas piezas, muy agradables sin duda para el oyente, muy melódicas, no dejan de tener, en algunos casos, una considerable dificultad para el solista así como momentos en los que el lucimiento del mismo es evidente. Canciones como O sole mio, Funiculi, Funiculà, Granada, etc. son ejemplos elocuentes de lo que el oyente puede disfrutar en el final de este heterogéneo álbum. Es curioso que de nuevo el solista utilice en algunas de ellas nuevamente el alemán, resultando otra vez algo chocante para el oyente.
Podemos considerar por lo tanto este heterogéneo álbum que tiene como solista a Fritz Wunderlich como un disco en el que hay de todo un poco a nivel de repertorio, contando con un protagonista que tiene sin duda una voz mucho más que interesante, muy poderosa y muy de timbre alemán, que posee una buena técnica vocal y que tiene maneras de tenor de alto nivel y que, en estas grabaciones, ofrece momentos muy agradables a los oyentes.
Emilio Lacárcel Vílchez