Frühbeck de Burgos. Concierto. Madrid

Frubeck

14/2/2014. Teatro Monumental (Madrid). Temporada de la OCRTVE. Orquesta Sinfónica de RTVE, Rafael Frühbeck de Burgos (director), Asier Polo (violonchelo), Christina Biwank (viola). Programa: Don Quijote Op. 35 (R. Strauss), Sinfonía nº 5 (Beethoven).

Palpitante vitalismo

Si hubiera que escoger una sola palabra para definir la visita al Teatro Monumental del octogenario maestro Rafael Frühbeck de Burgos sería sin duda vitalidad, porque ello fue lo que demostró en este concierto al frente de la Orquesta de RTVE, un increíble y sorprendente vitalismo que contagiaba a todos sus profesores, y a lo que se añadía la prodigiosa capacidad para retener en su memoria las dos obras que conformaban el programa, ya que prescindió de partitura.

Abría el concierto una obra tan compleja en el plano armónico y contrapuntístico como es la partitura sinfónica con partes concertantes para chelo, viola y violín de Richard Strauss basada en la novela de caballerías por antonomasia de nuestro escritor Miguel de Cervantes. La sala asistía expectante a las colosales y fantásticas andanzas del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha a través de los diez episodios que a modo de variaciones sobre un tema caballeresco eligió el compositor bávaro, del cual celebramos en el presente año el siglo y medio de su nacimiento. Frühbeck ofreció una brillante y luminosa interpretación de gran halo épico destacando por su amplio catálogo de detalles tímbricos (con un contundente viento metal), claridad expositiva entre los múltiples planos sonoros e impecable control de dinámicas. Para dar voz instrumental al protagonista de la novela, y en completo entendimiento con el maestro Frühbeck, se contó con la participación del experimentado chelista bilbaíno Asier Polo, cuyo principal solo en la variación quinta (“Don Quijote velando las armas”) estuvo revestido de una palpitante emoción. El Quijote hablaba a través de su instrumento, al igual que lo hacía Sancho a través de la viola de la solista Christina Biwank, estableciendo con Polo un sugestivo diálogo entre caballero y escudero (variación tercera), para luego retomar toda la orquesta el protagonismo por medio de ese subyugador tema en la cuerda de un expansivo lirismo tan típico del compositor alemán. La labor conjunta hizo verdadera justicia a esta pintura musical straussiana del Quijote cervantino que llegó a producir sensaciones cuasi cinematográficas en los efectos cinegéticos que destina Strauss para algunas de las variaciones, como ese chirrido disonante ensordecedor del metal en “la batalla de las ovejas” o la máquina generadora de sonido de viento en “la cabalgata por los aires”.

Una lectura de no menor altura musical regaló el maestro burgalés de la Quinta de Beethoven en la segunda parte, demostrando el amplio conocimiento que posee de esta obra de repertorio, no por célebre entre todos los aficionados, más fácil de abordar. Fue la suya una interpretación sin pausas entre los tres primeros movimientos, como si toda la obra fuera sin solución de continuidad, no solamente el crescendo que une el tercero con el cuarto, optando aquí por la única repetición del primer tema en el Allegro final, donde el pujante sentido del ritmo se impuso con especial contundencia. En suma, una versión detallista y sin excesos de patetismo o grandilocuencia que viene a apuntalar la carrera de un reverenciado maestro de la batuta española como es Don Rafael Frühbeck.

Germán García Tomás

@GermanGTomas