Gala de la Academia para la Difusión de la Danza Española, arte en vías de ser Patrimonio Cultural Inmaterial

Soujung Youn y Juan Berlanga bailan “Bolero 1830” en la Gala Danza Española ADE. Foto: David Mudarra
Soujung Youn y Juan Berlanga bailan “Bolero 1830” en la Gala Danza Española ADE. Foto: David Mudarra

Madrid en Danza apuesta por ella en una velada con coreografías de Aída Gómez, Manuel Segovia, Eduardo Guerrero, Marco Flores, Christian Lozano o Mª José Ruiz, seguida de una mañana de mesas redondas tras las que se homenajeó a Rafael de Córdova, con la presencia de José Antonio, Antonio Canales y Mario La Vega, entre otros.

Cristina Marinero

Se trata de recuperar para la cotidianidad de nuestros teatros -como la teníamos- un arte que es único y recordar que existe desde hace más de cuatro siglos.

Entendemos el término Danza Española más allá del gentilicio. Es el apelativo de un arte coreográfico escénico y profesional que se nutre de las diversas formas en que se baila en nuestro país, del academicismo del que ya se distinguía durante el Renacimiento y el Barroco, los bailes boleros que siguieron esa senda durante el XVIII y XIX,  y el expresionista flamenco, que no es un arte separado, sino otra manera de interpretar formas ya existentes, en una etapa social e histórica con unas características muy concretas, como fue la segunda mitad del siglo XIX.

La Gala de Presentación de la Academia para la Difusión de la Danza Española (ADE), celebrada en el último fin de semana del 33º Madrid en Danza, mostró la amplia variedad de estilos, ritmos, técnicas y formas de movimiento en que se manifiesta un arte coreográfico que va camino de ser Patrimonio Cultural Inmaterial de nuestro país.

Porque ya está publicada en el BOE (12 de diciembre de 2018), por el Ministerio de Cultura y Deporte, “la resolución de 13 de noviembre de 2018, de la Dirección General de Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración de la Danza Española como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial”. O lo que es lo mismo, que se han iniciado los trámites para ser declarada como tal.

“El interés en declarar La Danza Española como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial”, dice esta resolución, “viene justificado por formar ésta parte del Patrimonio Cultural español que configura nuestra identidad colectiva como pueblo, por su carga identitaria y capacidad de evocación y emoción”.

Y esto ha sido posible porque, tras recoger el informe realizado por la Academia para la Difusión de la Danza Española, Cultura y Patrimonio de la Comunidad de Madrid llevó a votación a la Cámara regional la elevación de esta propuesta al Gobierno de España y todos los diputados aprobaron por unanimidad que el Gobierno de la Autonomía de Madrid solicitara del Gobierno de la Nación la declaración de Bien de Interés Cultural para la Danza Española, en la categoría de Patrimonio Inmaterial.

Los coreógrafos protagonistas de esta gala -cuyas localidades se agotaron al poco de salir a la venta- son creadores todavía en activo, pero que llevan ya décadas trabajando en este arte y han formado parte de las principales formaciones de danza española, todos ahora trabajando de forma independiente o con sus propias compañías. Junto a piezas de escuela bolera estilizada firmadas por Aída Gómez, directora artística de este evento, como Fandango (Bocherini), Castilla (Albéniz) o Bolero 1830, estas dos últimas bailadas por Soujung Youn y Juan Berlanga, se incluyó también Campos de sol y luna, de Manuel Segovia, presidente de ADE, Córdoba, de Daniel Doña, su intérprete junto a Cristian Martín, quien también bailó Zorongo, de Marco Flores, con Cristina Gómez;  Recuerdo,  solo del magnético Eduardo Guerrero, o Jácaras, de Mª José Ruiz, junto a Cortesanos. Además, se vio Zapateado y Jaleo, de Rubén Olmo, Christian Lozano interpretó su versión de Asturias (Albéniz), y también bailó junto a Guerrero Farruca, firmada por ellos y Gómez, de quien se sumaron la Danza I de La vida breve (Falla) y Goyescas (Granados).

Además de los citados, protagonizaron esta gala única los bailarines Daniel Morillo, José Alarcón, Jaime Puente, Lucía Martinez, Nuria Tena, Mario García, Francisco Linares, María Gurría, Marta Mármol, Cristina Cazorla, Santiago Herranz y Alberto Quejido. Junto a ellos, interpretaron composiciones en directo los músicos Batio, Jerónimo Maya, David Vázquez, Alfredo Valero y Francisco Vinuesa.

A la mañana siguiente, sábado 29 de diciembre, se conversó sobre este arte en la I Jornada de Debate y Reflexión sobre la Danza española, en cuyas mesas redondas se habló de folclore y del mantenimiento del repertorio; también, José Antonio y Aída Gómez subrayaron la importancia de la transmisión de las coreografías por los bailarines que las interpretaron enseñadas o creadas para ellos directamente por su autor y que todavía siguen entre nosotros, más si las repone el Ballet Nacional de España. Como colofón, la jornada concluyó con un breve, pero muy significativo, homenaje al bailarín y coreógrafo Rafael de Córdova, una de nuestras eminentes estrellas en los años 60 y 70, que recibió una placa conmemorativa, y junto a quien estuvieron Antonio Canales y el también bailarín y coreógrafo, Mario La Vega, presentado por el que fuera figura del Ballet Nacional, entre otras compañías, Juan Mata.