“Giselle” en su mejor habitat: el gran escenario del Teatro Real

                                                                  «Giselle» Teatro Real  Por Cristina Marinero

En 2021, Giselle celebró 180 años de su estreno en la Opera París.  El proyecto fue iniciado e impulsado  por el escritor y balletómano Theophile Gautier inspirado por el poema Fantôme, de Víctor Hugo. La protagonista de esos versos es una muchacha española  que se lanza a bailar hasta la muerte, tema que respalda el primer acto del ballet, terrenal, popular y colorido.

Katja Khaniukova (Giselle) y Alessandro Riga (Albrecht)
Katja Khaniukova (Giselle) y Alessandro Riga (Albrecht) «Giselle» Teatro Real 

Su segundo acto, que redundará, tal y como se inició con el Ballet de las monjas (inserto en el tercer acto de la ópera de Meyerbeer, Robert le diable, en 1931) y La sílfide (1932), en el llamado “acto blanco”, se basó en la imagen evocada por el poeta Heinrich Heine de las willis, los espíritus de las jóvenes que han muerto antes de su día de boda y se vengan de los hombres haciéndoles bailar hasta desfallecer.

La producción se puso en marcha y se completó enseguida, con la ayuda del eficaz libretista Jules Henry Vernoy,  el coreógrafo del Ballet de la Ópera de París, Jean Coralli, al frente, y el encargo a Adolphe Adam de la partitura. Gautier fue determinante también para apoyar a la figura de este proyecto que aupaba su ideal de belleza y vida, Carlota Grisi. La joven bailarina de la Scala de Milán incorporó a su pareja artística y sentimental, el bailarín y coreógrafo Jules Perrot, quien creó los solos de su papel protagonista. «Giselle» Teatro Real

Giselle es sin duda el gran ballet del repertorio histórico e internacional que prácticamente no ha dejado de estar nunca en algún escenario del mundo, cuando ya inicia su recta final hacia los dos siglos de vida. «Giselle» Teatro Real

En esta versión de Joaquín de Luz, director de la Compañía Nacional de Danza (CND), estrenada en diciembre de 2020, la acción transcurre veinte años después de la creación del ballet, inspirada por nuestro gran escritor posromántico, Gustavo Adolfo Becker (1836-1870). Sobre todo por sus cartas recogidas en Desde mi celda, cuando se trasladó al convento en las faldas del Moncayo y abundó en los temas que le caracterizan, como son lo oriental y exótico, la muerte y la vida de ultratumba o el embrujamiento y la hechicería.

El ballet ha encontrado su hábitat natural en el magnífico escenario del Teatro Real, que lo ha programado como sustitución del Bolshoi tras el inicio de la invasión rusa a Ucrania. Han sido solo cuatro funciones. Podría volver perfectamente al Real. Qué pena que aquí no se haga lo que es la normalidad en los grandes teatros de ópera: se alternan representaciones de ballet y de ópera, con lo que las producciones se ven durante varias semanas. 

Ana María Calderón y Mario Galindo
Ana María Calderón y Mario Galindo

En el estreno de 2020 de esta versión de Giselle liderada por de Luz pudimos admirar a los invitados internacionales Elisa Badenas y Gonzalo García, en una función histórica, ya que García se ha retirado del escenario. Ahora ha sido otra internacional, Katja Khaniukova, figura del English National Ballet, la invitada especial. No es la única bailarina procedente de Ucrania en esta función de Giselle. Si bien ella lleva años trabajando en Reino Unido, Anastasiia Hurska, sólida en su papel de Myrtha, la reina de las willis, es una de las artistas del Ballet Nacional de Ucrania llegadas hace un mes huyendo del horror de la invasión rusa y la fatal guerra. Las otras cuatro bailarinas son Kateryna Chupina, Yelyzaveta Semenenko, Aleksandra Berozkyna y Marina Lastovyna.

Junto a la precisa y eficaz Khaniukova, el primer bailarín de la CND, Alessandro Riga, se convirtió en Albrecht, el noble que engaña a Giselle haciéndose pasar por campesino. Su mentira provoca la famosa escena de la locura de este ballet (aquí, por los arreglos musicales y, por ello, narrativos, se torna menos impactante) y el posterior segundo acto blanco, con la joven asistiendo a la noche en que las willis quieren hacerle bailar la muerte. Pero su amor, más allá de la traición y la mentira, intercede. Con su intercesión y súplica, Giselle hace que el tiempo pase y el amanecer anunciado por las campanas de la iglesia trae el nuevo día y la salvación del joven.

Riga sigue en su buen momento, brillante en apostura y técnica, como también es siempre un placer ver a la veterana Natalia Muñoz, en el papel de Moina, una de las dos “sicarias” de la reina de las willis, al lado de YaeGee Park, como Zulma.

Nos sorprendió felizmente la interpretación del famoso Pas de Paysans  de Ana María Calderón y Mario Galindo, joven  integrado en la CND en 2021. Joaquín de Luz ha añadido a su cualidad original de dúo de exhibición el matiz histórico de ser bailarines que viajaban por España para actuar allí donde hubiese un núcleo burgués y por ello, el estilo del baile español impregna su versión coreográfica. Calderón es sólida siempre. Galindo es un descubrimiento. Si bien tuvo algún final de saltos/giros un tanto inestable, se ve que su técnica es potente y puede llegar lejos si trabaja de forma concienzuda. En la penúltima función del sábado 21, esta promesa formado en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma, y después en la escuela de San Francisco Ballet, interpretó el papel protagónico. Seguiremos sus pasos porque apuntan lejos.


Teatro Real de Madrid. Viernes 20 de mayo, 2022.

COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA, director JOAQUÍN DE LUZ
ORQUESTA TITULAR DEL TEATRO REAL, director OLIVER DÍAZ

Giselle: Katja Khaniukova; Albrecht: Alessandro Riga; Hilarión: Isaac Montllor; Wilfred: Juan José Carazo; Berthe: Eva Pérez; Bathilde: Elisabet Biosca; Duque de Courland: Ion Agirretxe; Pas de Paysans: Ana María Calderón, Mario Galindo. Myrtha: Anastasiia Hurska; Moina: Natalia Muñoz; Zulma: YaeGee Park; Amigas: Natalia Butragueño, Celia Dávila, Martina Giuffrida, Pauline Perraut. 

Coreografía: Joaquín De Luz (sobre la original de Jules Perrot y Jean Coralli); Música: Adolphe-Charles Adam (versión musical: Joaquín De Luz y Oliver Díaz); Dirección Musical: Oliver Díaz; Libreto: Borja Ortiz de Gondra y Joaquín De Luz (a partir del original de Jules Henry Vernoy y Theóphile Gautier); Dramaturgia: Borja Ortiz de Gondra; Escenografía: Ana Garay; Figurines: Rosa García Andújar; Diseño de iluminación y creación de vídeo: Pedro Chamizo.  OW