Se nos ha ido la más grande soprano española de la historia de la ópera y una de las mas grandes del universo lírico. Pero no se ha ido del todo. Se fue físicamente pero su legado artístico en la ópera es una herencia que permanecerá para siempre en el corazón y memoria de todos los que la quisimos, admiramos y emocionó con su canto.
Quiero señalar algunos momentos para mi muy significativos por la emoción que me produjeron: una Adriana Lecouvreur con José Carreras y Pons; “Di tanti palpiti” de l Tancredi rossiniano y el dúo final de Andrea Chenier. Insuperable y emocionante hasta las lágrimas. Finalmente su Norma de Orange. La perfección absoluta del bel canto belliniano. Nadie como ella encarno a la sacerdotisa druida transmitiendo un arte sublime.
Nunca te olvidaremos y gracias por tu legado.
Te quiero Monserrat
Francisco García-Rosado
Dir. de Operaworld
