
Helen y Klaus Donath. CORTESÍA / Helen y Klaus Donath
SEBASTIAN SPRENG
ESPECIAL/EL NUEVO HERALD
Aunque esta vez no cantarán juntos comparten más de una coincidencia. No solo son cantantes de ópera americanos el barítono está en promisorio ascenso y la soprano de vuelta de una trayectoria ejemplar sino que ambos se fueron a Alemania donde sus carreras se afirmaron y triunfaron con Mozart como núcleo de sus repertorios. Por si esto fuera poco, el fin de semana del 26 y 27 de enero, él debutará como Papageno en La flauta mágica (FGO) y ella brindará un especialísimo recital resumiendo su vida. Desde perspectivas opuestas pero comunes, la efervescente veterana y el enfático joven hablaron sobre la pasión que los consume: el canto.
HELEN “KAMMERSÄNGERIN” DONATH
Distinguida por el gobierno alemán con el título Kammersängerin (“Cantante de Cámara de la Corte”) y a más de medio siglo de su debut, la carrera de Helen Donath no conoce pausa. A los 72 años disfruta una lozanía vocal inaudita, una voz que hoy como ayer sorprende por su sedosidad incomparable unida a una gracia innata y a una sabia musicalidad.
A principios de 1962, marchó a Alemania donde su arte floreció en el rígido pero nutritivo “sistema de repertorio” de los teatros de ópera germánicos que representan una ópera cada noche en vez de la “temporada” de otros países. Allí trabajó con directores como Karajan, Richter, Solti, Sawallisch y además se enamoró y casó con uno, Klaus Donath, que la ha guiado sabiamente a través de cinco décadas (“El artífice que me guió y enseñó a saber cuando decir NO a una oferta irresistible que pudo dañar mi voz para siempre”, dice de Donath).
Hoy reparte su tiempo entre conciertos, óperas y la docencia, impartiendo clases magistrales en el Reina Sofía madrileño, la Eastman de Rochester y el resto del mundo porque “aunque es altísimo el nivel de cantantes”, aclara Donath, “debemos regresar a un canto más rico, con mas dinámicas. No todo puede ser forte. Como desde la cima de una montaña, el canto debe tener sus valles y colinas, el espectro es amplio e infinito en matices”.
Mozart y Bach han sido los baluartes de su canto, también Strauss, Beethoven, Puccini y Wagner (sin desdeñar a Lehar, Schumann o Piazzolla) y se jacta risueña “en las óperas que canté siempre fui la víctima y ¡nunca maté a nadie!”, y agrega: “me preguntan el secreto de cantar Mozart y en su nombre está el secreto: en alemán Zart, la segunda sílaba, significa suave y tierno; debemos acercarnos a él como a un niño y dejarnos llevar”.
Los Donath mantienen celosamente secreto el programa del recital, quieren que sea una sorpresa. “Queremos compartir con el público una vida dedicada a la música, llevarlos de la mano con mi alegría y entusiasmo. El canto es un don, un regalo, no nos pertenece por eso debemos honrarlo, disfrutarlo y compartirlo”, explica.
JONATHAN “PAPAGENO” MICHIE
A mediados del 2011, Jonathan Michie aterrizó junto a su flamante esposa (la soprano cubanoamericana Marian Lobaina) en Leipzig, cuna de Richard Wagner en plena Sajonia. El contrato en la ópera que logró después de audicionar lo enfrentó con el feroz sistema de repertorio debiendo salir a escena casi “al toro” a cantar en alemán varios personajes, entre ellos el chispeante Papageno de La flauta mágica. “Estaba aterrado. Cantar en Alemania en alemán era como ir a cantar un tango a la Argentina. Pero, con el favor y respeto del público, sobreviví”, dice el ex joven artista de la FGO que cantará Papageno en la producción de la ópera de Mozart el 26 de enero. “Tratada desde una óptica insólita, ambientada en los años 1950 en América, es muy divertida, respetuosa y balanceada”, explica Michie.
Bien fogueado en América, y como explica: “Sin la sólida preparación y entrenamiento que recibí en los programas Merola, Santa Fe y FGO, no hubiese podido enfrentar semejante desafío”. Asevera que “Está aprendiendo a ser mi propio jefe y a madurar como cantante, incorporando los roles apropiados para mi voz como este Papageno, cantarlo es una fiesta”.
Sobre su estadía alemana dice: “Me fascina ver cómo la ópera y la música clásica están integradas a la cultura cotidiana, no están en un pedestal y el público acude sin preconceptos”. Y sobre el gusto por la ópera nos cuenta: “Alguien tiene que presentárnosla, es un viaje sin retorno que aconsejo. De adolescente me regalaron un CD de Thomas Hampson cantando a Mahler, no sabía quienes eran ni Hampson ni Mahler pero quedé fascinado y allí empezó todo. Soy muy afortunado, el verano pasado el mismísimo Hampson me dio una clase magistral y comprobé la generosidad de un artista ejemplar. Conocer el canto y la ópera es una aventura reconfortante que todos debieran intentar, se necesita dar un primer paso, una introducción. En mi caso, fue aquel profético e inolvidable CD de Mahler!”.•
‘La flauta mágica’, Florida Grand Opera, 26 de enero al 23 de febrero. online tockets.fgo.org o (800) 741-1010.
Helen Donath, St. Martha in the Shores, 9301 Biscayne Blvd., Miami Shores, www.saintmartha.tix.com, 1-800-4849 y (305) 751-0005.