Cecilia Valdés en Andorra Por Carla Sampedro Menéndez – 9/05/2021
Yhovani Duarte y Federico Figueroa nos hablan sobre la zarzuela cubana que pone punto final a la VI Temporada de la Ópera de Andorra. La última función es hoy domingo 9 de mayo a las 18 horas en el CCiC Lauredià de Sant Julià de Lòria.
En el contexto de la XXVII Cumbre Iberoamericana que se celebra este año en el país pirenaico, se estrena en tierras andorranas la zarzuela cubana Cecilia Valdés, con dos funciones el 8 y el 9 de mayo. Basada en la novela homónima, también conocida como la Loma del Ángel, de Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés fue estrenada en el Teatro Martí de La Habana el 26 de marzo de 1932.
Para esta ocasión especial se ha realizado un intercambio cultural con el Teatro Lírico Nacional de Cuba y se contará con la presencia especial de su director artístico y musical, Yhovani Duarte, y el tenor cubano Andrés Sánchez Joglar, que interpretará el papel de Leonardo. La soprano andorrana Jonaina Salvador cantará el papel de Cecilia. El barítono Néstor Pindado (José Dolores Pimienta) y la soprano Laia Mata (Isabel Llincheta) completan el cuarteto protagonista.
HABLAMOS PRIMERO CON EL DIRECTOR MUSICAL, YHOVANI DUARTE.
¿Cómo describiría la música de Gonzalo Roig?
La música de Gonzalo Roig es digna representante de la mezcla de la herencia clásica europea con la esencia del folclore cubano. Su música posee una belleza de raíz cubana y a la vez inteligencia en la escritura musical y vocal.
Al igual que la soprano Jonaina Salvador, compaginas la dirección de orquesta con la gestión cultural. Desde 2018 eres director artístico del Teatro Lírico Nacional de Cuba, además de su director musical ¿encuentras alguna dificultad para compatibilizar ambos puestos?
¡Es realmente difícil! Además de ejercer como director musical y el tiempo de estudio que eso conlleva, gestiono a la par la dirección titular y artística de la Orquesta del Gran Teatro de la Habana Alicia Alonso y la dirección artística general del Teatro Lirico Nacional de Cuba. Requiere de mucho tiempo, paciencia, organización, disciplina, voluntad y, sobre todo, de contar con un buen equipo de trabajo en ambas instituciones para poder coordinar todo lo necesario para que los sueños se conviertan en proyectos realizables y exitosos. Por suerte, en mi caso, la orquesta, el teatro lírico y el ballet forman una sola cosa, pues todo se organiza en función de la programación del Gran Teatro. ¡Así es más fácil organizar el trabajo!
Un momento inolvidable de Cecilia Valdés.
Es una obra que amo y que tuve la suerte de aprender de la mano del maestro Manuel Duchesne Cuzan cuando comencé como percusionista de la orquesta. Él había bebido directamente de la fuente, el compositor, y cuando comencé a dirigirla cada momento ha sido único. Un momento especial fue haber tocado fragmentos de la obra en la gala por los 500 años de la Habana.
FEDERICO FIGUEROA NOS HABLA DE LA PUESTA EN ESCENA.
Para ti, ¿qué es lo más importante de una puesta en escena?
Para mí, partiendo de que cualquiera de las partes son importantes para tener un “todo” coherente, en una puesta en escena lo más importante es el concepto de partida y el consiguiente andar de la mano y en la misma dirección del equipo creativo. Siempre con los pies en la tierra, que principalmente son el presupuesto con el que se contará para la producción y las condiciones específicas del teatro.
¿Qué mensaje quiere transmitir tu visión de Cecilia Valdés?
Se trata del estreno de Cecilia Valdés en Andorra. La obra, aunque popular de nombre por algunos pasajes, es una gran desconocida. Quiero transmitir el argumento lo más claro posible mostrando el racismo, clasismo y otros varios factores discriminatorios, algunos de ellos fuertemente enquistados y que perviven en nuestros días. Y todo ello con la alegría y el “sabor” de su tiempo: la Cuba del primer tercio del siglo XIX.
La propuesta escénica se inspira en los grabados del artista francés Frédéric Mialhe, ¿cómo llegaste a ellos?
Colaboro con Antonio Bartolo, escenógrafo y figurinista, y ambos buscamos referentes pictóricos de la época y el lugar en que se sitúa el argumento, en La Habana de 1830. Las pinturas del bilbaíno Patricio de Landeluze son relativamente bien conocidas. En estas obras nos inspiramos para el color, las formas y los tejidos del vestuario. Fue Antonio quien me señaló la obra del bordelés Fréderic Mialhe. Tomando como partida sus grabados, los recreamos como imágenes y vídeos para nuestra propuesta escénica. ¡Yo no conocía ni el nombre de este artista francés que viajó por Cuba y dejó constancia de aquella forma de vivir y de lugares de Cuba en grabados y dibujos bellísimos!
Un momento inolvidable de Cecilia Valdés.
La obra es todo ella inolvidable, porque es muy completa: preludio, romanzas de solistas de estupenda factura músico-teatral, dúos, cuartetos, coros… Si tengo que quedarme con uno solo, mi ánimo de este momento es el dúo de Isabel y Leonardo (“La dicha y la calma”).
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
En el mes de julio colaboró en el Estudio de Zarzuela en Torralba de Calatrava, que es una colaboración con la Orquesta Filarmónica de la Mancha y su director, Francisco Antonio Moya. En agosto hago El Barbero de Sevilla en el Festival Lírico de Medinaceli. Tengo una producción de Cecilia Valdés, producción completamente diferente a la que estoy haciendo acá en Andorra, en el mes de noviembre. Ya en 2022 tengo una invitación para hacer La Corte del Faraón y La Tabernera del Puerto en dos países hispanoamericanos y en 2023 una zarzuela barroca en Dallas con la Orchestra of New Spain.
Lo que nunca pondrías en una puesta en escena.
Me aprendí muy bien aquello que dice, “nunca diré de esta agua no beberé”.
Ficha artística
- Dirección de escena: Federico Figueroa
- Dirección musical: Yhovani Duarte
- Cecilia Valdés: Jonaina Salvador
- Leonardo Gamboa: Andrés Sánchez Joglar
- Isabel Llincheta / Dolorita: Laia Mata
- José Dolores Pimienta: Néstor Pindado
- Dolores Santa Cruz: María Batlle
- Esclavo: Francisco Amat
- Tirso: Adrià Mas
- Meneses: Jordi Ferrer
- Solfa / Melitón: Albert Contel