Teatro Coliseo, Buenos Aires, Argentina
Función del 2 de Junio de 2012
En coincidencia con el festejo del Día de la República Italiana y como lanzamiento del «Verano italiano en Buenos Aires» organizado por el Consulado Italiano con el auspicio del Gobierno de la Ciudad, se presentó en esta capital esta co-producción italo-argentina, resultado del acuerdo entre el Consulado General de Italia y la Secretaría de Cultura de la Nación a través de su Plan Federal de Ópera y Danza.
El título seleccionado para la ocasión – una de las obras cumbre del Verismo y para la que Leoncavallo se inspira en un hecho de la vida real sobre el que su padre, funcionario judicial por ese entonces, había tenido que intervenir- cuenta con la predilección de un público que colmó las localidades del Teatro Coliseo, las que fueron superadas ampliamente por la afluencia de espectadores, muchos de los cuales no pudieron acceder a la sala. La ocasión ratificó una vez más cómo, cuando la oferta es de calidad y se la difunde convenientemente, existe un público ansioso por consumir cultura.
La versión que pudimos ver resultó un espectáculo digno y de buena calidad.
La puesta de Carlos Palacios fue rica en aciertos. Con un enfoque tradicional logró captar el interés, centrar la atención y ponerse al servicio del texto y la música sin elucubradas interpretaciones. Optó por ceñirse a la historia y con una puesta sencilla y casi minimalista en cuanto a recursos escenográficos (también diseñados por él), ganó en claridad y concisión. La inclusión de personajes circenses vistió el escenario y sólo resultó distractora durante la escena de Nedda del I° cuadro donde dejando solo al personaje se hubiera ganado en disfrute.
Resultaron muy apropiados también el vestuario de Stella Maris Müller y la iluminación de Eduardo Sívori.
El coro, bajo la dirección del Mtro. Manuel Pesce, sonó muy bien, sobre todo en el «Din don…» interpretado con una atinada marcación escénica formando un cuadro interesante.
En el papel de Prólogo/ Tonio fue muy lucida la prestación del barítono Fabián Veloz, dueño de una voz bella, de grato timbre y seguro registro, cantó e interpretó con una entrega encomiable dándonos momentos de grato recuerdo. Se encamina este artista a transformarse en uno de nuestros créditos en la lírica nacional e internacional.
El tenor italiano Francesco Anille compuso un Canio más logrado desde lo vocal que desde lo escénico, donde se lo notó un tanto esquemático; en cualquier caso, su voz estuvo a la altura de las exigencias de la partitura y corrió segura y plena por la sala.
La Nedda de Mónica Ferracani fue una nueva muestra de su ductilidad de intérprete. Cantó su «Stridono lassù…» gratamente y se mostró compenetrada con el drama sin caer en amaneramientos. Con agudos seguros y un timbre grato en el centro, mostró las diversas facetas de un rol nada sencillo.
Ernesto Bauer fue un buen Silvio. De grata estampa y una voz bien timbrada aunque de un caudal un tanto limitado, compuso un amante romántico y creíble.
El Arlequín de Santiago Burgi estuvo tan bien cantado como actuado. Aplaudimos la presencia de este artista que, si sabe administrar sus medios, tiene una interesante carrera por delante.
La Orquesta Académica de Buenos Aires bajo la batuta del Mtro. Carlos Calleja no sonó tan inspirada como hubiéramos deseado, pero nunca dejó de cumplir, llegando aquí y allá a lograr momentos muy interesantes.
El público premió con su fervoroso aplauso a estos Payasos que salen de gira para presentarse en las próximas semanas en las provincias de Corrientes y Misiones.
I PAGLIACCI
Música y Libreto de Ruggero Leoncavallo
Tonio….Fabián Veloz
Canio….Francesco Anille
Nedda...Mónica Ferracani
Silvio…..Ernesto Bauer
Arlequín…Santiago Burgi
Coro dirigido por el Mtro. Manuel Pesce
Orquesta Académica de Buenos Aires
Dirección del Mtro. Carlos Calleja
Puesta en Escena y Escenografía…. Mtro Carlos Palacios
Vestuario…. Stella Maris Müller
Iluminación….Eduardo Sívori
Teatro Coliseo, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Función del 2 de Junio de 2012
por el Prof. Christian Lauria
