IL TROVATORE del VIII Festival Lírico de Medinaceli Por Miriam Mendoza
La octava edición de Festival Lírico de Medinaceli (FLM) ha completado la llamada “trilogía popular” verdiana con esta producción de Il trovatore. Siempre en ascenso, el festival ocelitano ha alcanzando una cota más alta que con funciones de La traviata (2015) y Rigoletto (2018). Causa admiración y alegría de que un festival fruto de iniciativa privada (la Fundación DeArte Contemporáneo) crezca año tras año en calidad. Durante las primeras siete ediciones la dirección artística del festival estuvo en manos de Francisco Mejorada, fallecido este año y a quien se le recordó en cada una de las citas de esta edición, y ahora en las de Federico Figueroa quien ha traído la inclusión de la zarzuela con una exitosa función de El barbero de Sevilla.
El prestigio logrado a lo largo de este tiempo se debe, entre otros motivos, a que el FLM ha apostado por respetar el arte como primer valor confiando en figuras consolidadas y también en emergentes para ofrecer a su público. Ha sido el caso de este Il trovatore para el que contado con el saber de Ignacio García en la dirección de escena y el conocimiento del maestro Bauti Carmena, que ha dado una lectura trepidante de la ópera al frente de la Orquesta Arte Lírica de Castilla-La Mancha y la inestimable ayuda del coro Quo Pereo.
El equilibrado elenco estuvo encabezado por el tenor murciano Eduardo Sandoval, un Manrico de muchos quilates vocal y escénicamente, y la soprano segoviana María Ruiz, quien creó una Leonora plena de espírituo verdiano en la que compaginó lirismo, brillantez y agilidad, como bien lo demostró en el aria Tacea la notte placida y la fulgurante cabaletta Di tale amor. Como contraparte tuvieron al barítono Javier Galán como un Conde de Luna introspectivo, de cálidos acentos en la zona central de su instrumento. La mezzosoprano Laura Vila supo llevar el peso de la gravedad de su registro con solvencia técnica y muy buen sentido artístico, espléndida en la fuerza que debe mostrar el personaje de Azucena. El papel de Ferrando fue noblemente interpretado por Antonio Alonso y el de Inés, eficaz y bien medida, por la soprano Rosa Gomariz. El episódico personaje de Ruiz fue defendido con eficacia por José Ángel Treviño.
El planteamiento escénico de García es respetuoso con la esencia verdiana, mostrando el truculento melodrama en un ambiente tenebroso. Hizo de la necesidad virtud y el destartalado patio del Palacio Ducal se transforma en sus manos en un potenciador de la obra. La escenografía, unas plataformas en la que sobresalía una enorme cruz, fue utilizada con inteligencia y magnificadas con proyecciones que “pintaban” diversos ambientes. La iluminación, demasiado oscura, no fue del todo favorecedora pero tuvo momentos de gran belleza plástica. En resumen, la belleza musical que encierra este gran título verdiano estuvo, en general, bien amalgamado con la puesta en escena.
Medinaceli. Palacio Ducal. 6-VIII-2021. Il trovatore, Verdi. Eduardo Sandoval, María Ruiz, Laura Vila, Javier Galán, Antonio Alonso, Rosa Gomariz, José Ángel Treviño. Coro Quo Pereo. Orquesta Arte Lírica de Castilla-La Mancha. Director Musical: Bauti Carmena. Dirección de escena: Ignacio García
