Se trata de la inauguración de la temporada de conciertos de la Orquesta y Coro de RTVE, que se inicia además bajo la dirección de su nuevo titular, Miguel Ángel Gómez Martínez. En la programación de este nuevo curso se han incluidos las dos primeras óperas de Giacomo Puccini; Edgar, la que ahora nos ocupa, y Le Villi, que se ofrecerá en el mes de Mayo. El resultado del concierto ha sido bueno en términos generales, aunque haya habido deficiencias en el reparto vocal.
Edgar no será una obra maestra, como las que luego compusiera Puccini, pero no cabe duda de que tiene denominación de origen y la inspiración del compositor de Lucca está presente en muchos momentos. El gran problema de esta ópera es su libreto, que hace agua particularmente en el último acto, que casi resulta incomprensible por no decir que absurdo. Nada tiene de extraño que, tras esta experiencia, Puccini hubiera dedicado tanta atención a la elección de libretos y libretistas a partir de Manon Lescaut. Sin embargo, musicalmente no es una ópera que merece haber caído en el olvido, ya que tiene páginas muy buenas, entre las que destacaré los dos concertantes que cierran el primer acto, el dúo de Tigrana y Edgar en el segundo, el preludio del tercer acto, las dos arias de Fidelia en el acto final y la intervención final del protagonista. Pocas han sido las oportunidades que el aficionado ha tenido de conocer esta ópera en los últimos años. De hecho, en España hay que remontarse a 1998 en Valencia, en aquel desaparecido Festival Puccini, y, posteriormente, a 2004 en el Liceu, siempre en versiones de concierto.
La dirección de Miguel Ángel Gómez Martínez ha sido francamente buena, donde la energía y la pasión han estado siempre presentes, sacando un buen partido de la Orquesta Sinfónica de Radiotelevisión Española, que ha mostrado un más que notable nivel. Buena también ha sido la prestación del Coro de Radiotelevisión Española, habiendo cumplido perfectamente los Pequeños Cantores de la Comunidad de Madrid en su breve intervención del acto III.
En el reparto vocal llamaba la atención la presencia de Marcello Giordani en el personaje de Edgar. La voz de este tenor no tiene la calidad de hace unos años en el centro, pero conserva intactas las notas altas, que son sin duda lo mejor de todo su registro. Tengo la impresión de que el hecho de haber tenido que cantar dos días seguidos le ha podido afectar a su voz, ya que hubo claros signos de fatiga en el último acto.
Carmen Solís fue Fidelia, personaje de relieve vocalmente, aunque dramáticamente queda bastante descafeinado. La voz de esta soprano extremeña no es de una calidad arrebatadora, pero tiene amplitud y canta y expresa bien.
Dramáticamente, el personaje más interesante de la ópera es el de la malvada Tigrana, que tenía que haber sido interpretada por María José Montiel, pero causó baja por enfermedad en el último momento, siendo sustituida por Inés Moraleda, voz más bien modesta y con escaso interés, que salvó el concierto y no mucho más.
El barítono valenciano Josep Miquel Ramón fue Frank y lo hizo razonablemente bien, sin mayor relieve.
Bastante modesto el bajo Carmelo Cordón en el episódico papel de Gualtiero.
El Teatro Monumental ofrecía una entrada que no llegaría al 60 % de su aforo. El público se mostró complacido con el concierto, aplaudiendo con fuerza a los artistas, especialmente a Marcello Giordani y a Miguel Angel Gómez Martínez.
El concierto comenzó puntualmente y tuvo una duración de 1 hora y 59 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 1 hora y 30 minutos. Siete minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era de 24 euros, costando 15 euros la más barata
José M. Irurzun