Ismael Jordi en el Teatro de la Zarzuela. Por Majo Pérez
Este recital, programado en la anterior temporada del Teatro de la Zarzuela con motivo de la celebración de los 20 años de carrera profesional de Ismael Jordi, hubo de cancelarse por culpa de la pandemia. Pero la extraordinaria carrera del jerezano, uno de los tenores españoles con mayor proyección internacional en la actualidad, merecía con creces este recital-homenaje y afortunadamente se le pudo encontrar acomodo en la presente temporada para deleite del público madrileño y del propio intérprete. El programa que ofreció el tenor, acompañado por el pianista Rubén Fernández Aguirre, estuvo compuesto por piezas de compositores hispanos, exceptuando las 3 piezas de la opereta Le Chanteur de Mexico del francés Francis Lopez. Arrancó con tres maravillosas canciones de Manuel García, aparentemente sencillas pero exigentes y que Jordi interpretó con alegre ligereza. Continuó con tres canciones de Joaquín Turina, más elaboradas y cantadas con hondura genuina. A continuación interpretó tres romanzas de la opereta ya mencionada. El tenor recordó a Luis Mariano, intérprete en el estreno (1951) y de centenares de funciones de esta opereta, que pudo verse en el parisino Théâtre du Châtelet en 2006 con Jordi como protagonista.

A estas alturas del recital estaba claro que la carrera de Ismael Jordi está asentada en el dominico técnico (excelente uso de los reguladores, fraseo elegante, legato, agudos seguros y brillantes) y la inteligencia musical para administrar todo sus recursos de la mejor forma para obtener los mayores dividendos posibles. La segunda parte del programa se centró en cinco romanzas de zarzuela, haciéndose notar que su maestro fue Alfredo Kraus. Una a una, desde el soplo de “Flor roja” hasta la expresiva “Adiós, Granada”, Jordi demostró que tiene su propio sello, más evidentes en las popularísimas romanzas de Luisa Fernanda y Doña Francisquita.
En completa comunión con el cantante estuvo Rubén Fernández Aguirre. El pianista también brilló en las dos intervenciones solistas que tuvo a mitad de cada parte del programa. Como propina ofrecieron una interpretación de “Se nos murió el amor” del jerezano Manuel Alejandro, luego “Pourquoi me réveiller” de Werther y una electrizante “No puede ser” de La tabernera del puerto. El público premió con generosos aplausos a ambos artistas.
Madrid, 28-XI-2020, Teatro de la Zarzuela. Ismael Jordi, tenor. Rubén Fernández Aguirre, piano. Obras de Manuel García, Joaquín Turina, Francis Poulenc, Francis López, Jacinto Guerrero, Federico Moreno Torroba, Carlos Imaz, Amadeo Vives, Reveriano Soutullo-Juan Vert, Rafael Calleja-Tomás Barrera.