El sello Decca presenta un CD en el que se une a una pareja de altísimo nivel, y es que Jansen y Pappano son actualmente figuras de referencia, una en el mundo del violín y el otro en el de la dirección. Y referencia en la literatura para violín y orquesta son también las obras que Jansen y Pappano interpretan, concretamente el Concierto para violín y orquesta en re mayor, op. 77 de Johannes Brahms y el Concierto para violín y orquesta nº 1 BB 48 A de Béla Bartók.
La primera de las obras que esta pareja nos presenta es el concierto de Brahms. Junto a ellos, en esta versión en directo, tenemos a la Orchestra dell´Accademia Nazionale di Santa Cecilia, una orquesta con gran oficio y nivel, idónea para completar junto a los solistas una grabación de altísimo nivel. El primer movimiento es un allegro lleno de fuerza y vitalidad pero con pasajes de enorme lirismo en el que, con una estructura de sonata, Brahms demuestra su genial inspiración y su magistral dominio de la gran orquesta. Y precisamente, el trabajo realizado por la orquesta italiana es muy meritorio, con una cuerda muy eficaz, un viento magnífico y unos timbales de gran solvencia. Todos ellos muy bien liderados por Antonio Pappano que lleva a la formación perfectamente, con un control absoluto de la dinámica y transmitiendo la tremenda energía y el musical lirismo que este movimiento posee. Pero en un concierto de estas características, el gran protagonista es sin duda el solista y, en este caso, la violinista Janine Jansen demuestra por qué es una de las grandes intérpretes del momento. Jansen luce una técnica exquisita, un virtuosismo elevado que le permite ejecutar a la perfección las veloces escalas, siempre con un sonido brillante y limpísimo; también demuestra ser una auténtica música ya que es capaz de sacar agresividad de su violín, transmitiendo toda la fuerza que este majestuoso movimiento tiene y, de igual manera, su sutilidad y delicadeza en las partes más líricas. Especial mención merece la cadencia en la que la violinista demuestra una enorme categoría.
En el siguiente movimiento continúan con su buen hacer junto a la orquesta. El viento acompaña al oboe que presenta el tema que sirve de base a un adagio muy lírico, muy cantábile, y esa hermosa melodía es ejecutada a continuación por Jansen, llena de expresividad, de delicadeza, de musicalidad. El sonido de la violinista es nuevamente limpísimo, brillante y expresivo, también en los momentos en los que hay pasajes algo más tensos y en los que la intensidad crece para volver de nuevo al primer tema. Junto a la gran actuación de Jansen debemos destacar el excelente papel del viento, especialmente el oboe, en una orquesta que Pappano lleva con la sutilidad y musicalidad necesaria. El magnífico trabajo realizado por la pareja Jansen y Pappano junto con la orquesta tiene su confirmación en el tercer movimiento, un rondó allegro con mucha fuerza, en el que todas las familias instrumentales están a una gran altura y en el que Jansen vuelve a hacer una demostración de virtuosismo, ejecutando todos los complejos pasajes con una solvencia enorme, demostrando un nivel técnico excelente y, por supuesto, con la capacidad de expresión con el violín que hacen que la música no sea una mera exhibición de habilidad sino un arte sublime. Este concierto, ejemplo prototipo del concierto para solista y orquesta del Romanticismo, encuentra en esta versión, una interpretación que merece ser tenida muy en cuenta por todos los aficionados a la obra de Brahms.
La otra obra que nos ofrece el CD es el Concierto para violín y orquesta nº 1 BB 48 A de Béla Bartók, una obra estructurada en dos movimientos, el primero de los cuales es algo así como una gran fuga en la que el violín solista presenta el tema, con un motivo destacado muy reconocible, que es imitado por toda la orquesta, primero un violín, luego más miembros de la cuerda frotada para ir incorporándose poco a poco el resto de familias instrumentales. A nivel dinámico también podemos hablar de una especie de gran crescendo que alcanza un clímax y, posteriormente, Bartók va jugando con el motivo principal con una gran habilidad y muy buen manejo de la orquesta. Muy bien el papel de Pappano, esta vez al frente de la London Symphony Orchestra, muy solvente en este movimiento en el que la orquesta necesita de gran eficacia en la ejecución de la dinámica. Por su parte, Jansen vuelve a realizar un espléndido trabajo, luciendo su brillante sonido, delicioso en las notas más agudas y, de nuevo, con esa capacidad para ser musical tan importante, especialmente en obras que no son fáciles para el gran público por utilizar un lenguaje no tonal. El segundo y último movimiento de este concierto, mucho más movido que el movimiento anterior, comienza con un motivo basado en pocas notas que es presentado por el solista y repetido posteriormente por la orquesta, y da paso a otros temas, algunos de mucho lirismo a pesar de no utilizar el lenguaje tonal. De nuevo Bartók demuestra sus buenas dotes de orquestador y Pappano las de director, conduciendo muy bien a la orquesta en este movimiento en el que el viento juega un papel destacado, especialmente la madera. Respecto a la participación de Jansen, esta vuelve a ser sobresaliente, consiguiendo un sonido estridente pero a la vez muy limpio en algunos pasajes, muy delicado en otros, ejecutando con maestría las complejas escalas presentes y, naturalmente, siempre con una expresividad y musicalidad enormes.
Este disco protagonizado por la pareja Jansen y Pappano es, desde mi humilde punto de vista, de un nivel excelente ya que nos presenta obras de dos compositores de estéticas tan distintas como Brahms y Bartók con la magistral participación de unos intérpretes que son con justicia dos de las figuras más relevantes en sus respectivos ámbitos, así como con dos orquesta de muy buen nivel.
Emilio Lacárcel Vílchez