El conjunto Ímpetus Madrid Baroque Ensemble, formado por Pablo Guitiérrez al violín, Jordi Comellas a la viola da gamba y Yago Mahúgo al clave y en la dirección artística, nos presenta en este disco editado por CMY Baroque las Pièces de clavecin en concerts de Jean Philippe Rameau, que constituyen un excelente ejemplo de elegancia en la música para clave.
Rameau, cuya fama se debe fundamentalmente a sus importantes aportaciones en el campo de la teoría musical y a la composición de algunas óperas, merece también una consideración destacada por su música para clave, en la que deja su particular sello, realizando una música llena de elegancia. Dentro del contexto del Barroco tardío y con algunas características del incipiente Rococó, el autor francés aporta, sin duda, elegancia al clave en un momento en el que otros autores como Couperin, Domenico Scarlatti, los grandes autores del Barroco tardío y, algo después, el español Antonio Soler, realizarán aportaciones muy significativas para este instrumento poco antes de perder protagonismo por la hegemonía que pronto iba a obtener el piano-forte en la música para teclado.
Las Pièces de clavecin en concerts que nos ofrece este disco son un conjunto de cinco conciertos poco convencionales; se trata de cinco piezas de cámara de varios movimientos en los que el clave tiene una importancia absoluta, muy lejos de realizar el relleno del bajo continuo, con un protagonismo muy fuerte, tal es así que algunos de los movimientos son repetidos únicamente por el clave, teniendo igualmente entidad propia. Lógicamente, el violín tiene también un peso muy grande en estas piezas, con protagonismo melódico, en diálogo constante con el clave. Igualmente, la viola de gamba desarrolla eficazmente su papel como sustento armónico, pero no se limita únicamente a esa faceta en el bajo sino que, frecuentemente, dobla al violín e incluso participa con protagonismo melódico en algunos momentos. La conjunción de los tres instrumentos da como resultado una música de una gran elegancia. Esta elegancia no se pierde en ningún momento a pesar de los frecuentes contrastes existentes entre los distintos movimientos, como era habitual en el Barroco. La hermosa melodía y la delicadeza de La Livri (tanto en su versión para clave solo como en la escrita para los tres instrumentos) nos produce sensaciones muy distintas a las de la agilidad y alegría de Le Venizet en el primer concierto. El carácter pausado de La Boucon, el galante sosiego de los Minuets, contrastan con los alegres momentos de La Laborde en el segundo concierto. El aire optimista de La Lapoplinière, el festivo de Premier tambourin, Deuxième tambourin representan un contraste con la solemnidad de La Timide en el tercer concierto. Elegancia es el denominador común de estos conciertos de Rameau pero, quizás el más galante de ellos sea el cuarto, muy bellas las melodías, muy eficaz el diálogo entre los dos instrumentos de cuerda frotada con el clave y el aire alegre y optimista de los tres movimientos hacen de este concierto uno de los momentos que más le gustan al firmante. La fuerza y la vitalidad de La Forqueray contrastan con el aire reflexivo de La Cupis y la alegría de La Marais en el quinto concierto, en el que Rameau luce su habilidad en la escritura contrapuntística.
Estos cinco conciertos, ejemplo de elegancia en la música para clave, son muy bien interpretados por el Ímpetus Madrid Baroque Ensemble, un conjunto en el que la coordinación es total, con un papel muy seguro de Jordi Comellas en la viola da gamba, muy bien también el papel de Pablo Gutiérrez en el violín, solvente y con musicalidad al igual que Yago Mahúgo en el clave; muy buena la labor de este músico, no sólo por su eficacia en el clave sino también por su buen criterio y musicalidad a la hora de interpretar estas Pieces de clavecin en concerts, ejemplo de la elegancia de la música de Jean Philippe Rameau, demostrando una vez más su seriedad y rigor a la hora de interpretar música de esta época.
Emilio Lacárcel Vílchez