El tenor Jonas Kaufmann es esperado con ansiedad en Buenos Aires. Se lo conoce mucho por sus versiones grabadas de óperas. En estos tiempos vertiginosos, lo hemos podido ver en muchas óperas, encarnando diversos personajes. En ellas, asoma de inmediato la rica personalidad del artista y su voz inconfundible. Lo hemos escuchado y visto como a un cantante que sabe meterse de lleno en cada personaje que encarna. Su venida a Argentina será la gran ocasión para escucharlo en vivo , “sin trampa ni cartón”.
El sábado 6 de agosto se presentará en Buenos Aires. Daniel Braremboin al frente de la West-Eastern Divan Orchestra, dará un concierto en el Colón, con obras de Wágner y Mozart. En tanto Jonas Kaufmann, cantará unas obras de Mahler. Es conocido que esta orquesta está integrada por jóvenes músicos palestinos, árabes e israelíes.
El domingo 14 de agosto, será posible escuchar nuevamente en el Colón a Jonas Kaufmann en un recital con obras de Schubert, Schumann, Duparc, Liszt y Strauss. Lo acompañará Helmut Deutsch en piano. Será entonces ese domingo cuando la temible acústica del teatro, nos permitirá mantener un contacto en vivo con uno de los grandes cantantes de nuestro tiempo.
Es sorprendente pero Jonas Kaufmann hará una gira maratónica por estas tierras americanas. Las ciudades de Lima, San Pablo y Santiago de Chile, tendrán también oportunidad de escucharlo. Las fechas causan asombro porque el 6 de agosto cantará en nuestro Colón. El día 10, en San Pablo, Brasil. El 12 en Lima, Perú. El 14 nuevamente en Argentina y el 18 en Santiago de Chile.
Las distancias que deberá recorrer Jonas Kaufmann son grandes y el avión las acortará. De todas maneras, los lectores europeos se sorprenderán al conocer que son 2574 kilómetros los que separan Brasil de Chile y que Buenos Aires y Santiago de Chile están a 1550 kilómetros.
Han quedado muy atrás los viajes trasatlánticos en buque. Así llegaron, en otros tiempos y hasta Buenos Aires y la ciudad de Rosario, innumerables cantantes y hasta la misma orquesta y coro del teatro Alla Scala de Milán. El Colón no poseía entonces todo lo que ahora tiene. Los artistas aprovechaban la travesía para estudiar las obras y descansar. Lo del descanso no es algo superfluo y los cantantes saben bien que son necesarios.
Roberto Sebastián Cava