La dirección del festival resolvió dejar a Meese al margen de la inauguración de «Parsifal», la producción que abrirá el Festival Wagner de 2016. Meese se suma a las protestas de otros directores polémicos, como Castorf, en denunciar el tradicionalismo y la «lucha de poderes» en el Festival.
El Festival Wagner de Bayreuth queda enturbiado por una nueva polémica: el controvertido director Jonathan Meese, según la decisión tomada por la organización del evento, permanecerá al margen de de la puesta en escena de Parsifal, la obra con la que se inaugurará la temporada de 2016. Este contratiempo no se produce de manera aislada, y se añade al progresivo decaimiento que en los últimos años se viene observando en Bayreuth. La edición de 2014, por ejemplo, fue la primera en la que no se agotaban las entradas, haciéndose notar al mismo tiempo la ausencia de personalidades habituales, como Angela Merkel; además, el director del teatro Volksbünhe de Berlín, Frank Castorf, acusaba entonces a las co-directoras del Festival, Katharina Wagner y Eva Wagner-Pasquier, de sabotear su abucheada producción de El Anillo del Nibelungo.
Las acusaciones de Meese, quien había firmado un contrato en 2012 con las dos bisnietas de Wagner tratan de evidenciar, tal y como expresaba Castorf el pasado verano, el tradicionalismo que impera en el festival, su pérdida de atractivo para el público y la lucha de poderes que se halla detrás del telón. Por su parte, Meese es bien conocido por su uso premeditado de instalaciones y simbología nazi, toda una provocación en el marco de un festival que quedó sometido a la dictadura de Adolf Hitler antes de ser recuperado en los años 50 por Wolfgang Wagner.
