Teatro Real de Madrid. 9 Diciembre 2013.
Estas notas corresponden al segundo de los repartos, que presenta novedades en todos los personajes. El resultado artístico ha sido más modesto que en el caso del reparto titular. La diferencia de calidad en las voces ha sido notable, aunque no haya tenido reflejo en los precios de las localidades.
Sobre la producción de Damiano Michieletto añadiré dos cosas. En primer lugar se ha vuelto a ofrecer la Furtiva Lagrima con Nemorino en el tejado del chiringuito de Adina. Únicamente, Celso Albelo ha tenido el buen gusto de cantar desde las tablas. En segundo lugar, la escena final nos ha deparado una sorpresa bastante chabacana, consistente en aparecer Dulcamara travestido de mujer. Sobran los comentarios.
Volvió al foso del Teatro Real Marc Piollet y se notó el regreso. No solo mejoró la actuación de Vicente Alberola el día anterior, sino que su dirección me pareció con más chispa y alegría que en el primer reparto.
El nuevo Nemorino era el tenor jerezano Ismael Jordi, cuya actuación no me ha convencido plenamente. La partitura no le presenta problemas y es el cantante elegante de siempre, pero hace falta un timbre de mayor belleza que el suyo para triunfar en esta ópera. Aunque cantó de manera notable su aria, los aplausos que mereció no pasaron de los 13 segundos frente a los 33 de Celso Albelo. Las matemáticas, como el algodón, no engañan.
Camilla Tilling e Ismael Jordi
La soprano sueca CamillaTilling es una constante en las programaciones de Gerard Mortier. En otros personajes la cosa puede funcionar, pero no en Adina. A su voz le faltan varias tallas para llegar a ser suficiente en el personaje. Indudablemente, fue la Adina más floja de las tres ofrecidas, tanto vocal como escénicamente. En el aria Prendi, per me sei libero los aplausos no pasaron de 9 segundos, mientras que Nino Machaidze se fue a los 20 y Eleonora Buratto, a los 35.
Paolo Bordogna fue un Dulcamara más payaso que bufo. Evidentemente, su voz no tiene la calidad ni la amplitud de la de Erwin Schrott, pero tampoco su actuación me resultó convincente. Estuvo toda la representación buscando efectismos de gusto dudoso, coronando su actuación con el número de travestismo al que me he referido más arriba y que no puede ser sino iniciativa suya. Supongo que lo habría puesto en práctica en Palermo, cuando participó en esta producción el año pasado, pero no viene a cuento.
El barítono australiano José Carbó fue un más bien modesto Belcore, de voz agradable y un tanto reducida.
Paolo Bordogna
Buena impresión la dejada por la Giannetta de Mariangela Sicilia.
El Teatro Real ofrecía una entrada de alrededor del 90% de su aforo. El público se mostró un tanto frió durante la representación. Hubo bravos al final para Paolo Bordogna e Ismael Jordi.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración total de 2 horas y 1 minuto. Cuatro minutos de aplausos.
Los precios eran los mismos que en los otros repartos, es decir 213 euros para la localidad más cara y 34 para la más barata con visibilidad plena.
José M. Irurzun
){kind=link}