La BBC, una sinfónica de élite

La BBC, una sinfónica de élite
La BBC, una sinfónica de élite

La orquesta londinense ofreció un programa tan inusual como de excepción

He escuchado en tres ocasiones, con la que comento cuatro, a la Orquesta Sinfónica de la BBC, tan vinculada a los famosos Proms londinenses y siempre la impresión ha sido gratísima, hecho que también fue consecuencia de las eficacísimas batutas que estuvieron en el podio.

El finlandés Sakari Oramo programó para la actuación en el Palau de la Música de Valencia de la pasada semana, un programa no demasiado convencional pero sí muy interesante por la vinculación cronológica de las tres obras interpretadas y la territorialidad, intríngulis y propósito anti staliniano de las sinfonías que abrieron y cerraron el programa, como muy bien refirió en sus precisas notas al programa Cesar Rus

El concierto para clarinete de Aarón Copland ofrecido como segunda composición en la primera parte, es una de las obras de más enjundia, inspiración y exigencia para el solista que se han escrito en el siglo XX. En esta ocasión se contó con el virtuoso e imaginativo Fardin Fröst que ofreció una versión dinámica y sensitiva a un tiempo, acompañado por una batuta precisa que no solo dejó al solista sueco frasear a su placer sino, desarrollar toda su creatividad, con un cuerpo receptor orquestal tan adecuado como intencional, en un acople lleno de ambientalidad y sensaciones. El clarinete, en el lento movimiento inicial, fraseó con sensitiva dulzura, acogida por una atmósfera de brillos sedosos por los arcos. Ya en la cadencia que enlaza los dos movimientos de la obra, el solista sueco dio muestras de su portentoso dominio instrumental. En el segundo tiempo las sincopas del jazz se metamorfosearon en un aire de scherzo en el que cobró vida un ambiente de music hall, con el que Fröst patentizó su excepcional técnica haciendo uso de slaps y suks para dar una coloración jaranera a los diversos motivos.

En la sinfonía novena de Shostakovich que abrió el programa, se patentizó la claridad de concepto y el criterio de Sakari Oramo: muy viva la machicha del tiempo inicial con incisiones parrandeadas del clarinete flauta y fagot, y meditativo el segundo tiempo, con cierto relato de precavido temor, manifiesto en los rotundos y opulentos pizzicatos de la muy numerosa cuerda grave, que manifestaban el sombrío y omnímodo poder de la dictadura del premier soviético gobernante al final de la segunda guerra mundial. El scherzo, con un solo de trompeta guasón que sin duda se regocijaba de una victoria conseguida a demasiado alto precio, mantuvo con solvente resolución el paso a un largo que sí era un canto fúnebre para los que pagaron cara la victoria. La obra expuesta con un criterio de consecuente relato, concluyó con un Allegro de persistentes rupturas de ritmos y cambiada dinámica en constantes sorpresas de timbres, colores… en un talante que, no sé por qué, me recordó el relato de Orwell «Animal farm».

Cerró la audición la sexta sinfonía de Prokofiev, pareja en propósito a la que abrió el repertorio de la BBC. No es una obra habitual para la esccha del gran público, pero sí muy interesante para el que quiera descubrir en la música sensaciones, ideas bien metaforizadas, estados emocionales y existenciales.

La doliente melodía del primer tiempo apoyada en los pálpitos del bombo, manifestaba la contradicción con los fanfares de la victoria rusa en la Segunda Guerra Mundial. Oramo mantuvo un cuidado matiz de palmarios contrastes, patentizando las audacias armónicas en una partitura de tensión constante. Un deambular obsesivo con los parches muy integrados en la sonoridad colectiva resolvió un adagio casi a ritmo de andante en el que emergió un estado de neurosis muy consecuente en el relato atonal del cuarteto de trompas. El final de danzable algarabía rusa, sonó a fanfarria circense, sobre un pedal aciago como reveló el luctuoso solo de corno antes del apabullante final.

Mucho criterio y concepto hubo en el planteamiento del concierto. El público así lo percibió y resultado de sus aplausos

Antonio Gascó