La del Soto del Parral. Málaga

Teatro Cervantes

El barítono Antonio TorresLa del Soto del Parral
VIII Ciclo Malagueño de Zarzuela
Teatro Lírico Andaluz

Texto: Alfonso Urdiain Hermoso de Mendoza | Fotos: Teatro Lírico Andaluz

Sensacional inauguración del ciclo con una de las obras más bellas del repertorio, extraordinariamente interpretada por la compañía lírica malagueña.

Nuevamente el Teatro Lírico Andaluz nos demuestra en una producción tradicional lo mucho y bueno que se puede hacer con una inteligente asignación de recursos, dando prioridad a lo verdaderamente importante: voces y música; acompañándolas de  una correcta puesta en escena, sin opulencia.

La del Soto del ParralSe hubiera podido hacer con más medios y personas, pero difícilmente se hubiera podido hacer mejor.

La del Soto de Parral se desarrolla en la Segovia rural del siglo XIX. El amor y cabalidad son protagonistas de los enredos costumbristas que provoca un juramento de silencio hecho en el lecho de muerte.

Esta zarzuela destaca por su ambiciosa y bella música -considerada la mejor partitura de sus autores- y en la que resulta difícil resaltar un número sobre otro, más teniendo en cuenta las extraordinarias interpretaciones que se dieron durante la velada.

Sobresalientes estuvieron el barítono Antonio Torres y la soprano Carmen Serrano, como German y Aurora, con sus voces de precioso timbre y excelente técnica, deleitándonos, por ejemplo, con una sensacional Romanza de Germán “Ya mis horas felices” en el primer acto -que levantó los primeros bravos de la noche- o con su sentido dúo “Ten pena de mis amores” del segundo.

Siempre acertado el tenor Luis Pacetti en el rol de Miguel; entrañables y divertidos los papeles de Damián y Catalina encarnados por el Tenor y triple cómicos Pablo Prados y Nuria Pérez, respectivamente; e inspirados Miguel Guardiola como el Tio Prudencio y Carlos Alberto como Sabino

Bailes en la del soto del Parral… en definitiva, una soberbia interpretación de todos los personajes, ya fueran principales o secundarios, líricos o cómicos, a la que se añadió unas preciosas voces de coro, conjuntadas y compactas -magnífica Ronda de enamorados “¿Donde estarán nuestros mozos?”– y unos bailes expresivos de acertada coreografía y ejecución, en especial en la boda.

Para esta nueva temporada parece que el Teatro Lírico Andaluz también ha apostado por reforzar su vestuario -muy correcto- y decorado -con nuevos elementos escénicos- que junto a la iluminación del teatro Cervantes crearon el marco adecuado para resaltar a los protagonistas.

Sensacional la batuta de Arturo Diez Boscovich que demostró, una vez más, su excelente preparación de las obras -dirigiendo prácticamente de memoria- y su buen hacer en el atril frente a una reducida orquesta que sonó como nunca.

Un Cervantes prácticamente lleno aplaudió sin excepción número tras número y terminó ovacionando en pié. Buen comienzo de este ya octavo ciclo de zarzuela.