‘La (excesiva) Revoltosa’ de Los Veranos de la Villa 2022

                                                  «La Revoltosa» Veranos Villa 2022 Por Federico Figueroa

Y llegó, en este verano extremo, una nueva versión de una historia de amor en el Madrid de finales del siglo XIX: La Revoltosa. «La Revoltosa» Veranos Villa 2022

"La Revoltosa" en los Veranos Villa 2022
‘La Revoltosa’ en los Veranos Villa 2022

La nueva versión consiste en una ampliación con números de otras obras (firmadas por  Barbieri, Chueca, Sorozábal o Vives), aunque la esencia de este sainete lírico permanece intacta: En la corrala, a todos se les cae la baba por Mari Pepa. El único que disimula que está enamorado de ella hasta las trancas es Felipe, hombre algo tosco y muy suyo. Y Mari Pepa, apodada como “La Revoltosa” por las celosas esposas de Atenedoro, Tiberio y Candelas, también trata de ocultar su amor por el joven, aunque su corazón puro e inocente la termina delatando. En líneas generales este es el ambiente popular y castizo del libreto que López Silva y Fernández-Shaw pusieron en manos del maestro Chapí hace 125 años para que compusiera una música cercana y gozosa, que terminaría inmortalizando una ciudad y una época. 

Nos alegramos, y mucho, de que los Veranos de la Villa apuesten por la lírica hispana con fuerza y sin complejos, pero quizá habría que buscar para ello espacios escénicos más adaptados a este tipo de espectáculos. La amplificación del sonido deforma los principales activos de este género, las voces de los cantantes y la orquesta, y, por otro lado, sonidos “ambientales” tales como el de una sirena o un avión que pasan cerca son distractores que se aúnan a la escasa intimidad teatral que puede lograrse en un escenario y patio de butacas tan aparatoso como el que se monta en el Patio del Centro Cultural Conde Duque. 

Otra imagen de "La Revoltosa" en los Veranos De la Villa 2022
Otra imagen de «La Revoltosa» en los Veranos De la Villa 2022

Esta vez la puesta en escena, firmada por Luis Roquero, recurrió a las escenografías tradicionales, las de toda la vida hechas en cartón piedra, recreando una corrala con sus escaleras y pasillos y donde puertas y ventanas dan a los patios vecinales. Todo ello bien aderezado con un vestuario y attrezzo acordes, en el que no faltaron los farolillos verbeneros.

Dicho esto, y a pesar del convincente movimiento de actores, a esta producción se le puede achacar que los textos estaban dichos con poca articulación entre ellos, lo que restaba frescura al espectáculo. Por otro lado, la inclusión de esas otras piezas de obras de grandes maestros del género, a pesar de parecer una buena idea sobre el papel, también restaron fuerza dramática a la acción. La Revoltosa, un sainete ligero, se alargó demasiado y terminó por aburrir a muchos de los presentes. La inclusión de una pieza externa no solo debe estar justificada por razones dramatúrgicas, sino también por el lucimiento de los artistas y por razones prácticas. Sin embargo, durante el cambio de escenografía escuchamos una música grabada, ¡teniendo una orquesta en el foso! y si bien el “coro de costureras” de El barerillo de Lavapiés (F. Asenjo Barbieri), con Elvira Padrino a la cabeza, y “El piropo madrileño” de María Manuela (F. Moreno Torroba) que cantó Marco Moncloa, estupendo Felipe, sumaron puntos al espectáculo, no puedo decir lo mismo de “la canción del ruiseñor” de Doña Francisquita (A. Vives).

La Mari Pepa que nos presentó Lola Casariego estuvo muy bien cantada pero un pelín pasada de aburguesamiento, como si la corrala donde viven Atenedoro (Matías Álvarez), Encarna (Margarita Marbán) y el Chupitos (Bruno España) estuviera en mitad del madrileño barrio de Salamanca. Marta Moreno fue una aguerrida Gorgonia a la que solo le hicieron frente, artísticamente hablando, Darío Gallego como Tiberio y Enrique R. Del Portal como Candelas, sin menoscabo de la interpretación de Antonio Queimadelos como Cándido Ruiz. La dirección musical del maestro Enrique García Requena mostró el oficio y la flexibilidad adecuada para cambiar de aires al abordar una pieza de otro autor o época, y además acompañó con mimo a los cantantes. No obstante, se le podría pedir una reacción más rápida en la continuidad entre partes habladas y números con música. En cuanto al empaste de la orquesta, la amplificación de sonido, como ya he apuntado anteriormente, desvirtuó el trabajo de los instrumentistas y del director.


6 de agosto de 2022. Patio del Centro Cultural del Conde Duque, Madrid. Ruperto Chapí: “La Revoltosa”. Lola Casariego, Marco Moncloa, Enrique R. del Portal, Marta Moreno, Antonio Queimadelos, Elvira Padrino, Matías Álvarez, Margarita Marbán, Darío Gallego, Bruno España. Iago Salas. Ballet, coro y orquesta titulares de la compañía. Dirección musical: Enrique García Requena. Dirección de escena: Luis Roquero. OW