Por Carlos Javier López Sánchez
La Filarmónica de Nueva York vivió el pasado jueves una noche histórica con el concierto ¨The March to Liberation¨, un espléndido programa de música clásica de creadores negros estadounidenses.
El concierto, planteado como una celebración musical y un homenaje a la cultura e historia afroamericanas, dio testimonio de la gran calidad de las obras de los compositores negros, y supuso por ello la constatación de que las obras de estos autores son injustamente poco frecuentes en los programas de las orquestas norteamericanas.
Dirigido por Leslie B. Dunner a los mandos de la Filarmónica, el menú de la velada incluyó el estreno absoluto de ¨Gathering Song¨, una obra para barítono y orquesta de Courtney Bryan con texto de Tazewell Thompson. Le seguió la Sinfonía Núm. 2 de William Grant Still y el oratorio de Adolphus Hailstork ¨Done Made my Vow, A Ceremony¨.
El concierto contaba pues con el interés propio de las grandes ocasiones, pues a la singularidad del repertorio se le unía la calidad de los intérpretes. Además de Dunner, ¨Gathering Song¨ fue interpretada de manera inapelable por el solvente Ryan Speedo Green, que está viviendo una temporada dorada en Nueva York, y que pronto verá su nombre en la cartelera del Met, en la ópera ¨Champion¨ de Terence Blanchard.
Para realzar más, si cabe, la importancia de la noche, la Filarmónica acompañó las obras con proyecciones de Rasean Davonté Johnson, que resultaron tan elegantes y sensibles como innecesarias para una música que no requiere de apoyo semántico. También se recurrió al uso de la microfonía y la amplificación, lo que permitió una escucha plena de los solistas en el monumental finale de ¨Done Made My Vow¨, pero que le restó importancia a las intervenciones de los solistas. Salvo el narrador, que no canta durante el oratorio, el resto de los solistas deberían ser capaces de cantar sobre el coro y la orquesta. Más aún en el nuevo auditorio del Lincoln Center, donde las últimas tecnologías han contribuido a cincelar una de las mejores acústicas del país.
La Sinfonía Núm. 2 de Still, subtitulada ¨Son of a New Race¨, fue compuesta en 1937 y estrenada ese mismo año por la Philadelphia Orquesta de Leopold Stokowsky. Inexplicablemente, desde entonces nunca antes la Filarmónica de Nueva York la había interpretado. ¨Son of a New Race¨ supone la última entrega en la trilogía de William Still dedicada a narrar el periplo del pueblo negro en los Estados Unidos, y en sus páginas se encuentran tanto las vertientes musicales de la cultura del Harlem Renaisance como las maneras de la música culta norteamericana del período de entreguerras.
En manos de Leslie Dunner, la Filarmónica no sonó tan fresca y resuelta como en otras ocasiones pero supo conectar con el espíritu de cada obra, permitiendo su desarrollo completo y una escucha sin sobresaltos. De nuevo, la amplificación le restó profundidad a una interpretación que podría haber estado más matizada.
Con la ovación final, resultó claro que Nueva York está preparado para paladear estas obras injustamente infrecuentes, y que la Filarmónica haría bien en confiar más en la sabiduria de un público que ha demostrado tener tan buen gusto como oído.
David Geffen Hall, a 2 de marzo de 2023. Orquesta Filarmónica de Nueva York, dirigida por Leslie B. Dunner. Coro de la Filarmonica de Nueva York. Obras de Courtney Bryan, William Still y Adolphus Hailstork.
Solistas: Ryan Speedo Green, Somn Estes, Ebony Spicer, Janinah Burnett, Rodrick Dixon.
