Después de que Plácido Domingo y Riccardo Muti fueran galardonados en 2009 y 2011, respectivamente, la Fundación Birgit Nilsson otorga por primera vez tan destacado honor a una institución musical: la Filarmónica de Viena. La ceremonia de entrega de este prestigioso premio, equiparable al Nobel en la música, se celebró la semana pasada en Estocolmo y fue presidida por los reyes Gustavo y Silvia de Suecia, quienes también hicieron acto de presencia en la cena.
La hija de Ingrid Bergman, Pia Lindstrom, actuó como maestra de ceremonias. Intervinieron el presidente de la Filarmónica de Viena y violinista, Andreas Grossbauer, quien se pronunció a favor de que parte de los 790.000 euros del premio se destinasen a mejorar el archivo histórico de la orquesta, así como Clemen Hellberg, también violinista, primer archivero y expresidente de la Filarmónica, quien dedicó sus palabras a la figura de Nilsson; por último, el maestro Ricardo Muti reflexionó sobre la importancia de la orquesta sinfónica en la búsqueda de la belleza, antes de poner en práctica su discurso con una espectacular interpretación de la Filarmónica de Viena de los Preludios, de Liszt, y una versión orquestal de La muerte de Isolda, de Wagner.
Además, el pianista Yefim Bronfman, junto al cuarteto Steude, de la Filarmónica, amenizaron la cena con los movimientos extremos del quinteto de cámara de Schumann.
Durante la gala, se homenajeó la carrera de la famosa soprano sueca, que alcanzó su cenit durante los años 50, debutando en Bayreuth, Múnich, Viena, Milán y el Metropolitan de Nueva York. Su abandono del espectáculo se produjo en escena, en 1982, durante la representación en Fráncfort de Elekctra, de Richard Strauss. Falleció el año 2005, después de comunicar su deseo de que Plácido Domingo recibiese el galardón con su nombre.