El sello Naxos, dentro de su colección Classics for Spain, nos presenta en primera grabación mundial la integral compositiva del madrileño Constancio Hernáez (1957) en el ámbito de la canción. Seis ciclos escritos entre los años 2001 y 2017 que ponen música a diversos poemas de autores clásicos y contemporáneos como Gustavo Adolfo Bécquer, Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Pedro Provencio, Ángel García López y Federico García Lorca, interpretados por la soprano Marta Toba y el barítono José Manuel Conde, que combinan sus voces acompañados al piano por Sebastián Mariné, en un registro efectuado en 2017 en el Auditorio del Conservatorio de Música de Getafe, en Madrid.
Music and Poetry nos muestra el refinado tratamiento armónico y melódico con el que Constancio Hernáez dota a estas poesías de autores tan distintos, siguiendo de cerca la gran tradición de la canción con acompañamiento pianístico en España, uniéndose así a la magnífica pléyade de cultivadores contemporáneos tan representativos como Antón García Abril o Miquel Ortega, por citar sólo a dos músicos de diferentes generaciones. El estilo de Hernáez es agradable y cercano, se mueve por parámetros tonales y modales y emplea una línea silábica con naturalidad e imaginación expresiva. En todo instante el canto y la expresión musical se amoldan fielmente al carácter de los diferentes versos de índole amorosa, temporal o atmosférica, a los que complementa un discurrir pianístico plagado de ricos y coloreados detalles. Si la expresión en los de Bécquer (Tres canciones de amor) y Juan Ramón (Poemas de abril) es más directa, en los Tres poemas amorosos (entre ellos el conocido “Donde habita el olvido”) de Cernuda la complejidad de sus textos hace mucho más extensa la duración del tríptico, en el que el compositor es capaz de traducir toda la hondura metafísica y reflexiva de los poemas, no exentos de un poderoso aliento vital, como el último atestigua por sí solo (“Si un hombre pudiera decir lo que ama”).
Los dos intérpretes vocales defienden en solitario cada uno de los ciclos con expresividad y elocuencia, cantando a la vez en Apócrifos, sobre textos de Ángel García López, donde el componente folclórico es particularmente acusado, y en los bellos y melancólicos Nocturnos de la ventana de García Lorca se reparten las cuatro piezas de la colección. El oyente entra de lleno en la esencia y en la sustancia de cada poema a través de la ondulante voz de Marta Toba, no exenta de cierto vibrato, y del recio color y la soberbia matización textual de José Manuel Conde, a los que ambos secunda el oficio irrefutable de Sebastián Mariné, uno de los más destacados pianistas acompañantes del momento.
Germán García Tomás