La magia mística de ‘Akhnaten’ llena el Met

                                                                    Akhnaten Met Por Carlos J. López Sánchez

Cada representación de la ópera de Philip Glass Akhnaten en el Met de Nueva York se convierte en un acontecimiento cultural único. La sala del Lincoln Center se llena pese a su gran tamaño y la taquilla cuelga el cartel de SOLD OUT. En los pasillos se ve un público distinto al habitual: más joven y moderno; y cuando se elevan las célebres lámparas y la sala queda en penumbra, se aprecian la energía y el silencio particulares que aparecen solo en las grandes ocasiones. Esa expectación se vio satisfecha por lo que aconteció en el escenario que no, por esperado, dejó de fascinar a los asistentes.

La inspirada producción de Phelim McDermott, encargado del estreno absoluto de Akhnaten en el Met en 2019, se apoya en la simbología egipcia sin caer en caricaturas ni buscar la recreación historicista. El escenario en tres niveles recuerda a los cartuchos jeroglíficos, unidos por escaleras de metal que transportan la acción a un tiempo imposible. Las proyecciones de Tom Pye cosen la propuesta visual, aportando contexto y profundidad. En la ópera de Glass, violencia, sexo, religión, poder y amor aparecen destilados en tres planos: psicológico, político y místico. Los tres aparecen juxtapuestos y en continuo movimiento, y encuentran su recreación física en escena en los juegos de doce malabaristas. El recurso de los malabares, además de una feliz analogía, es el contrapunto dinámico al estatismo de los solistas; es el gozne sobre el que gira la acción dramática, en su ir y venir incesante de revolución y contrarrevolución.

Una escena de ‘Ahknaten’ de Philip Glass’s con Anthony Roth Costanzo en el rol titular (c) Ken Howard / Met Opera 2022

Por su parte, el vestuario de Kevin Pollard, si bien un tanto desconcertante por su eclecticismo, acierta en su valentía, con una propuesta lujosa y original que se engarza a la perfección en la escenografía. El panorama visual se completa con la iluminación de Bruno Poet, que despliega en su totalidad el cálido cromatismo del sol, aportando significado al espectáculo con atmósferas limpias y elocuentes.  La combinación de la música y el libreto de Glass con la producción de McDermott y Pye produce un resultado hipnótico e irresistible, que ha arrastrado al público de Nueva York a las butacas desde la primera a la última representación. Akhnaten Met

Moviendo las palancas de la Orquesta titular del Met encontramos a la directora Karem Kamensek, que alterna funciones de Akhnaten y Rigoletto. Su Glass resulta más definido y trabajado que su Verdi, con pasajes especialmente inspirados, aunque en ambos demuestra un gran dominio rítmico, gusto en los acentos y entendimiento con los solistas.

La otra pata sobre la que descansa el éxito de Akhnaten es la espléndida actuación de Anthony Roth Costanzo en el papel titular. El contratenor de Carolina del Norte se entrega por completo al personaje, en una interpretación elegante, musical, y trabajada al detalle. De principio a fin, cada movimiento del artista tiene un propósito expresivo concreto, lo que hace imposible separar la vista de él, como si esa teleología del movimiento, más allá del canto, fuera la clave para descifrar los secretos de la partitura.

Zachary James (Amenhotep III) y Anthony Roth Costanzo (Akhnaten)  (c) Ken Howard / Met Opera 2022

Glass se inspiró en el faraón Akenatón como el artífice de la revolución religiosa que dio lugar al nacimiento del monoteísmo en Egipto. En su empeño por identificarse con el dios del sol, el misticismo del Akhnaten de Roth parece más una postura estética que una revelación teológica, aunque su revolución monoteísta e integradora resulta creíble, así como también lo es la feroz réplica de la sociedad de su tiempo desplegada en el escenario. Esta dialéctica entre la innovación y la creación de Akhnaten como disruptor religioso por un lado, frente a la irremediable destrucción contrarrevolucionaria de la sociedad por otro habla a los espectadores de hoy con una fuerza innegable.

El bajo-barítono Zachary James fue Amenhotep III, padre de Akhnaten. James demostró sus aptitudes como actor y regaló una presencia en escena sólida y atractiva, si bien la megafonía impidió un mayor disfrute de su varonil voz. Por su parte, estuvo a la altura del espectáculo, aunque un tanto a la sombra de Roth Costanzo, la mezzo canadiense Rihab Chaieb en el papel de Nefertiti, con un canto vibrante y musical, más extasiado que sensual. Tampoco deslució el conjunto la actuación de Aaron Blake. El tenor californiano resultó muy creíble como sumo sacerdote de Amón, expresivo a pesar de contar con un timbre poco lustroso.  Akhnaten Met

Dísella Lárusdóttir (Reina Tye), Anthony Roth Costanzo (Akhnaten) y Rihab Chaieb (Nefertiti) (c)  Ken Howard / Met Opera 2022

El Met cierra así una temporada histórica que supone el ansiado retorno de la compañía tras el doloroso lapso en blanco por la pandemia. La calidad de la mayoría de los títulos ha superado las expectativas de los aficionados más exigentes. La factoría de ópera del Lincoln Center, comandada por Peter Gelb, sigue arrastrando algunos de sus problemas habituales, como la falta de tenores o la discutible selección de solistas para el repertorio romántico, pero ha dado el do de pecho esta temporada y ha demostrado ser una institución incombustible que, con un tesón admirable, ha hecho palpitar de nuevo con fuerza el corazón cultural de la Gran Manzana. Akhnaten Met

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Metropolitan Opera de Nueva York, a 10 de junio de 2022. Akhnaten, ópera en tres actos con música de Philip Glass y libreto del compositor en colaboración con Shalom Goldman, Robert Israel, Richard Riddell, and Jerome Robbins. Dirección Musical: Karen Kamensek. Orquesta y coro de la Metropolitan Opera (director del coro: Donald Palumbo). Producción: Phelim McDermott, Diseño escénico y proyecciones: Tom Pye, Vestuario: Kevin Pollard, Iluminación: Bruno Poet, Coreografía: Sean Gandini. Reparto: Zachary James (Amenhotep III, un profesor), Richard Bernstein (Aye, el padre de Nefertiti), Aaron Blake (Sumo Sacerdote de Amón), Will Liverman (General Horemhab), Anthony Roth Costanzo (Akhnaten), Disella Larusdottir (Reina Tye, madre de Akhnaten), Rihab Chaieb (Nefertiti), Lindsay Oshe, Katrina Thurman, Chrystal E. Williams, Annie Rosen, Olivia Vote, Suzanne Hendrix (Hijas de Akhnaten). Malabares: Benjamin Beaujard, Sean Blue, Sean Gandini, Kim Huynh, Michael Karas, Christian Kloc, Brian Koenig, Sakari Männistö-Lister, Shane Miclon, Kelsey Strauch, Jose Triguero, Kati Ylä-Hokkala.