La nueva producción de «Salome» de La Scala entusiasma al público

«Salome» La Scala Por Bernardo Gaitán

Salome, un estreno atípico

Tras caer el telón de la obra de teatro Salome de Oscar Wilde, el poeta Anton Lindner quien estaba entre el público, sugirió de manera inocente a su acompañante, Richard Strauss: “Esta trama es perfecta para hacer una ópera ¿no crees?”, a lo que ingeniosa y soberbiamente el compositor respondió: “Si, ya la estoy escribiendo”. El hecho no era cierto, lo que si es verdad, es que la versión de Wilde sobre el tema bíblico impactó tan fuertemente al músico alemán que en muy poco tiempo, efectivamente, puso manos a la obra, estrenando el título homónimo el 9 de diciembre de 1905 en la Königliches Opernhaus de Dresde. «Salome» La Scala

Vida en una escena de "Salome" / Foto: © Marco Brescia & Rudy Amisano
Vida Miknevičiūtė en una escena de «Salome» / Foto: © Marco Brescia & Rudy Amisano

La versión Strauss-Wilde fue una sacudida para quien esperaba ver la versión bíblica musicalizada, pues la Biblia no da importancia al personaje de Salome, al grado que ni si quiera la nombra, se refiere a ella como “la hija de Herodías”. Por su parte el escritor irlandés la convierte en la protagonista del drama e introduce fuertes elementos como el incesto y la necrofilia que encantaron no solo a Strauss, si no al público europeo de la época. Esta producción, la primera del 2023 del Teatro alla Scala, se trata del revival -o estreno, depende de cada quien- de la producción original de 2020 que en realidad nunca vio la luz debido a la pandemia. Un año después Riccardo Chailly, director artístico del teatro concertó la versión con el teatro vacío y la orquesta en un podio acondicionado en la platea para tener a los integrantes distanciados entre si. Dicha versión fue grabada y transmitida en la televisión italiana pero siempre sin público, hasta que el entonces nuevo superintendente Dominique Meyer decidió programar Salome para su estreno con público  en enero de éste 2023. «Salome» La Scala

La puesta en escena fue firmada por el controversial Damiano Michieletto, quien potenció los elementos tabú de manera semiótica, que increíblemente el purista público milanés recibió muy bien. Una escena atemporal y minimalista fue el cuadro donde se desarrolló la acción; la inesperada y propositiva escenografía de Paolo Fantin sorprendió por la cantidad de recursos tecnológicos a disposición, como un círculo de fuego, escenario con elevador que permitía la aparición de los personajes de manera imponente o un escenario con diferentes profundidades y dimensiones que apoyado con el acertado diseño de iluminación de Alessandro Carletti crearon la atmósfera necesaria para ejecutar la idea de Michieletto.

Una escena de "Salome" en el Teatro alla Scala de Milán / / Foto: © Marco Brescia & Rudy Amisano
Una escena de «Salome» en el Teatro alla Scala de Milán  / Foto: © Marco Brescia & Rudy Amisano

El debut en la Scala del director musical Axel Kober se reveló gran acierto, pues siendo especialista en el repertorio alemán -en particular Wagner ya que es invitado regular en el Bayreuth Festival – cumplió con creces las expectativas. El concertador alemán, actual director de la Deutsche Oper am Rhein (Dusseldorf y Duisburg), demostró un dominio total de la Orquesta del Teatro alla Scala con una interpretación sobria y elegante, con matices bien controlados y tempi acertados, cuidando siempre a sus cantantes.

En el rol protagónico y debutando también en el teatro lombardo: Vida Miknevičiūtė. Una Salome de referencia en la actualidad pues ha sido requerida para interpretar el rol en la Victorian Opera de Melbourne y la Opera Estatal de Viena en 2020, en el Teatro Bolshoi de Moscú en 2021 y en la Ópera de Helsinki en 2022. La voz de la soprano lituana es fresca, ágil y dinámica; su actuación histriónica fue espectacular pues es capaz de interpretar a la Salome caprichosa e infantil de la primera escena igualmente bien a la dañada y enloquecida mujer madura de la cuarta escena, ambas con profunda credibilidad. La coreografía de la danza fue muy bien interpretada, a pesar de que el baile o los movimientos dancísticos no son de la competencia de un cantante, Mikneviciute hizo un gran trabajo; de aplaudirle igualmente la escena final donde arrancó suspiros genuinos.

Una escena de "Salome" en el Teatro alla Scala de Milán / / Foto: © Marco Brescia & Rudy Amisano
Una escena de «Salome» en el Teatro alla Scala de Milán / Foto: © Marco Brescia & Rudy Amisano

Por su parte, el ya consagrado barítono Michael Volle como el profeta Jokanaan fue extraordinario, transmitió escénicamente lo que el personaje requiere. Vocalmente poco se puede decir de un artista como Volle, quien con su voz mórbida y educada pudo realizar todos los requerimientos de Michieletto para esculpir un Jokanaan casi marmóreo y muy discreto en movimientos, pero al mismo tiempo cargado de pequeñas intensiones y reacciones que daban todo el color que se necesitaba para transmitir al personaje. Por su parte Sebastian Kohlhepp, tenor alemán de voz metálica y potente, interpretó a Narraboth, el capitán de la guardia de Herodes de manera decorosa, igual que la soprano estadounidense Linda Watson como Herodías, la madre de Salome; decidida y sonora vocalmente. Correcto y simpático, cuando se necesitaba, fue el Herodes del tenor austriaco Wolfgang Ablinger-Sperrhacke, serio y misterioso para el final de la ópera. Igualmente bien interpretados los Fünf Juden (Cinco judíos), los tenores alemanes Patrick Vogel y Patrik Reiter, el austriaco Matthäus Schmidlechner, Matthias Stier de Suiza y el bajo-barítono austriaco Horst Lamnek. «Salome» La Scala

La escena de la "Danza de los siete velos" / ©   / Foto: © Marco Brescia & Rudy Amisano
La escena de la «Danza de los siete velos» / © / Foto: © Marco Brescia & Rudy Amisano

En la versión del regista veneciano la famosa Tanz der sieben Schleier (Danza de los siete velos) no fue el tradicional baile erótico de ‘la hija de Herodías’ para complacer a Herodes y obtener a cambio la cabeza del profeta, si no una coreografía creada por Thomas Wilhelm y retomada para esta edición por Erika Rombaldoni, donde el personaje de Salome era poseído por seis formas etéreas de su padrastro quien abusó de ella siendo niña. Mientras el final: Ah! Ich habe deinen Mund geküßt (Ah, he besado tu boca) luego de obtener la anhelada cabeza, Salome desentierra de la misma cueva donde estaba Juan el Bautista el cráneo de su padre, a quien besa y dedica la parte final. Por alguna razón, la mayoría de los personajes, bien vestidos con el vestuario diseñado por Carla Teti, en momentos específicos comenzaban a quitarse la ropa hasta quedar en paños menores, aunado a las ya tradicionales figuras de ángeles semidesnudos que deambulan por el escenario durante toda la ópera. En síntesis, una producción moderna, efectiva y funcional.


Milán (Teatro alla Scala), 24 enero de 2023. Salome de Richard Strauss. Nueva producción.

Axel Kober, dirección musical. Orquesta del Teatro alla Scala.

Damiano Michieletto, dirección escénica. Paolo Fantin, escenografìa. Alessandro Carletti, iluminación. Carla Teti, vestuarios. Thomas Wilhelm, coreografía. Erika Rombaldoni, revisión de coreografía.

Solistas: Vida Miknevičiūtė, Michael Volle, Sebastian Kohlhepp, Linda Watson, Wolfgang Ablinger-Sperrhacke, Patrick Vogel, Patrik Reiter, Matthäus Schmidlechner, Matthias Stier, Horst Lamnek. Lioba Braun, Jiří Rajniš, Sung-Hwan Damien Park, Alexander Milev, Bastian Thomas Kohl, Matías Moncada, Hyun-Seo Davide Park.

OW