La ópera tiene que ahorrar

En toda Europa, por no decir en todo el mundo la ópera está pasando por dificultades económicas. Y no es de extrañar. Es mucho el dinero dedicado a este espectáculo cultural único e inevitablemente caro por cuanto concilia prácticamente todas las artes. Sin embargo ha llegado el momento de poner las cuentas en claro y cortar los derroches que en demasiadas ocasiones se producen.
En España el Liceo y el Teatro Real afrontan despidos y recortes, con amenaza de huelga incluida. Parece que el Real está abocado a una huelga en septiembre que daría al traste con los dos conciertos de la ópera Moises y Aaron de Arnold Schoenberg que tiene un coste de más de 1.200.000 €. Un disparate que supone un descalabro en las cuentas del teatro como así lo ha afirmado el presidente del Comité de Empresa Iván Ortega y del que responsabiliza al Gerard Mortier. Se pregunta como es posible iniciar la temporada con dos conciertos que cuestas mas de un millón de euros mientras se habla de despidos y se pretende retraer del sueldo de los trabajadores la conocida deuda de un millón de euros que procede de la no aplicación del 5% de descuento del salario de los mismos y que no se produjo en su momento. Ortega no se corta al criticar la programación de Mortier en varios sentidos: no reponer ópera cuya producción es del teatro, como ocurre en otros lugares; programar un numero mayor de concierto en las llamadas “Noches del Real” cuando la pasada temporada, y con un número menor de los mismos, fueron totalmente deficitarios.; por otra parte y de forma global, responsabilizan al director artístico que no sepa adaptarse al público del Real y programe espectáculos y óperas que el público rechaza claramente. Un director artístico tiene que ser tal, y no un demagogo y dictatorial “educador”. No es este su papel y menos como lo desarrolla. Pero el verdadero quid de la cuestión no está en el Sr. Mortier, sino en quien lo nombró y los sostiene a pesar del rechazo y derroche que provoca. No sabemos el tiempo que durará esta pesadilla, pero cuando acabe y se marche, sí podremos conocer el agujero que ha dejado con sus programaciones y gastos sin sentido. Habrá entonces que pedir responsabilidades a la Fundación Teatro Real.
Es de esperar que al inicio de la nueva temporada el gobierno exija recortes en estos gastos suntuarios sin justificación que incluyan la nómina del Mortier. Por mucho que pueda costar su indemnización, más caro nos cuesta a los españoles sus gastos diarios y el rechazo que provoca.
Para colmo la subida del IVA para la cultura retraerá aún más a los potenciales espectadores. Esto está en el debe del ministro de cultura Sr. Wert. Suma y sigue.
El el Liceo de Barcelona también cuecen habas. Está anunciada una huelga para el mes de octubre. Se habla de despidos; y antes de despedir habrá que recortar por otros lados. El Palau de les Arts también pasa por dificultades económicas. No tiene sentido que una comunidad que está pidiendo ayuda al Estado central derroche millones en la ópera. Se rumorea que la temporada abrirá con dos meses de retraso. A estas alturas no se conoce oficialmente su programación. ABAO de Bilbao ha anunciado que repercutirá la subida del IVA en las entradas para poder mantener el alto nivel de programación. Y así el resto de teatro líricos, algunos abocados al cierre.
En Europa la Opera de Viena se encuentra en el ojo del huracán al exigirle el gobierno el recorte de 10 millones de euros. Allí la situación es diferente, pero no parece que su director Franz Welser-Moest sea la persona más adecuada para restringir gastos. Parece que una auditoría ha demostrado que con una gestión más eficaz se podrían ahorrar 6,7 millones de euros, que ya es dinero. Por otra parte este teatro lírico no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y no dispone de medios adecuados para retransmitir en directo ópera como ocurre en el MET de Nieva York, en el Covent Garden de Londres o en el propio Real de Madrid.
La cultura no es una frivolidad. Es la base de un pueblo, y si no se regula y apoya de verdad, saldremos de la crisis económica pero habremos entrado en una crisis más profunda y mas difícil de solucionar, la de los valores que sustenta y dan prestigio a una sociedad y un país.

 

Francisco García-Rosado