Cada vez es más habitual: nuestros productos (en este caso, la Orquesta Filarmónica de Munich) viajan a China. A veces allí se encuentran con un director también de Europa.
Lo que los lugares de nacimiento de los compositores ya no quieren, lo importan allí. Más concretamente este año, en el 150 aniversario del nacimiento de Richard Strauss. Nadie ha hecho un gran evento dedicado como el del Festival de Música de Pekín, que ha contado con actuaciones de artistas invitados y de orquestas internacionales, contando también con una noche dedicada al lied, así como una versión de Elektra de la Orquesta Sinfónica de Shanghai o un Ariadne auf Naxos con el Ensemble de la Ópera de Leipzig.
La Filarmónica de Munich abrió la 17ª edición de este festival con dos conciertos. Uno de ellos el que a finales de julio debía haber dirigido el desaparecido Lorin Maazel. Los chinos ejercieron de huéspedes y confiaron la dirección de la orquesta a una agencia japonesa que recomendó al joven letón Andris Poga como director.
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