La Scotto venga a Puccini en La Bohème de Como

La Bohème de Como Por Bernardo Gaitán

En 1851 el escritor francés Henri Murger publicó las Scènes de la vie de bohème donde narra de manera casi informal algunas escenas de la vida cotidiana de un grupo bohemio en el Barrio Latino de París en la década de 1840. La mayoría de estos cuentos se publicaron en la revista literaria Le Corsaire. Tales historias cautivaron a un par de compositores italianos que musicalizaron, cada uno en su estilo, la vida artística parisina de bajo nivel. Ruggero Leoncavallo estrenó en 1897 su ópera La Bohème, según cuenta la leyenda resultado de un reto con su contemporáneo Giacomo Puccini, quien un año antes había estrenado La Bohème. Lo demás es historia: esta última, gestada durante tres años de trabajo, es la que hoy en día ocupa uno de los primeros lugares en las óperas más representadas en el mundo.

Plaza del Café Momus de La Bohème de Como                                                              (c) Teatro Sociale di Como 2021

El hecho de que La Bohème sea un título conocido en todos los rincones de la tierra, del cual se estrena una producción diferente cada día, y que anualmente todos los grandes teatros la presenten como parte de su cartelera anual no siempre es una ventaja para el equipo creativo. Debido a esta necesidad de los directores de escena de hacer algo diferente que no se haya visto en los últimos 125 años, los melómanos hemos padecido más de una propuesta sin pies ni cabeza y que seguramente decepcionarían hasta al propio Puccini. Por fortuna la producción de OperaLombardia en coproducción con el Teatro dellOpera Giocosa di Savona no corrió esta suerte durante el par de funciones en el Teatro Sociale de Como, en el norte de Italia.

A la cabeza de este montaje, una intérprete de referencia tanto de Mimì como Musetta, la mismísima Renata Scotto, quien regresó a los escenarios para ofrecernos una versión tan clásica como emotiva de la ópera pucciniana. Su concepto como regista tiene dejos de la famosa producción de Franco Zeffirelli para la Metropolitan Opera House de Nueva York, sobre todo en el segundo y tercer acto, y está muy apegado al libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, la fórmula del éxito de las producciones tradicionales. Mientras sea fiel al original y esté bien dirigido, como sucedió en Como, las lágrimas siguen escurriendo por las mejillas del público al caer el telón.

La Bohème de Como                                                                                                    (c) Teatro Sociale di Como 2021

Todo un reto para Michele Olcese fue la creación de la escenografía, que como ya he dicho, bebe de la de Zeffirelli. Más de un par de cejas se alzaron impresionadas al ver la típica plaza del Café Momus del segundo acto y nos hizo sentir frío con la ingeniosa nieve de algodón que caía en el tercer acto. Junto con la correcta iluminación de Andrea Tocchio y los elegantes y bien cuidados vestuarios de Concetta Nappi consiguió recrear una atmósfera parisina idónea para la historia.

A la batuta estuvo el maduro director Giovanni Di Stefano, quien concertó con elegancia y certeza la partitura pucciniana. Su versión fue muy apegada a la segunda versión del manuscrito original. No permitió grandes cadencias o variaciones en los tiempos, lo que dio forma a una versión concisa y acertada. Por ejemplo, para el final off-stage de ‘O soave fanciulla’ impidió que el tenor cantara el do de pecho que se hace por tradición, y este tuvo que cantar el mi natural que está escrito en la partitura. Por su parte, la Orchestra Sinfonica di Savona no estuvo a la altura. Tuvo severos detalles de afinación durante las dos horas de música, en particular los violonchelos y una trompeta, que con un error garrafal de notas erróneas marcó el cierre del segundo acto. En revancha, el Coro AsLiCo, dirigido por Massimo Fiocchi Malaspina, tuvo un excelente desempeño en el segundo acto.

La Bohème de Como                                                                                                   (c) Teatro Sociale di Como 2021

El joven cast -muy ad hoc para la trama, pues todos los personajes tendrían la misma edad- se esmeró en dar lo mejor de sí. La Mimì de la soprano siciliana Adriana Iozzia fue muy convincente. Iozzia es una verdadera soprano pucciniana, cuenta con las capacidades necesarias para llenar el teatro con su potencia vocal o estremecer con sus pianissimi. Muy merecidos aplausos detuvieron la función tras el ‘Si, mi chiamano Mimì’ y el ‘Donde lieta uscì’. Su coprotagónico masculino estuvo a la par. El tenor sardo Matteo Desole es poseedor de una de las voces tenoriles más bellas del panorama italiano actual. Sus agudos y sobreagudos son sonoros, entonados y brillantes, mientras que su registro medio está lleno de color y armónicos. Desole encarnó un Rodolfo poético que se ganó un largo aplauso tras el show-stopper ‘Che gelida manina’.

La otra pareja igualmente estuvo muy equilibrada. La Musetta de la soprano toscana Greta Doveri fue óptima. Evidenció una facilidad en los sobreagudos de ‘Quando m’en vo’ y en la discreta coloratura que tiene la parte previa. Divertida en la faceta caprichosa del II Acto y conmovedora en el IV Acto, demostró ser una gran interprete. Por otra parte, el barítono también toscano Luca Galli ofreció un pintor Marcello correcto, sobrio y entonado; buen elemento actoral y vocal que complementó el cuarteto amoroso y musical.

 (c) Teatro Sociale di Como 2021
La Bohème de Como                                                                                                   (c) Teatro Sociale di Como 2021

El otro par de artistas fueron Rocco Cavalluzzi y Paolo Ingrasciotta como el filósofo Colline y Schaunard el músico, respectivamente. Cavalluzzi interpretó la joya de los bajos ‘Vecchia zimarra senti’ con dificultad en los agudos, pero con una melancolía histriónica que hicieron que los problemas técnicos pasaran a segundo término. Por último, el veterano Matteo Peirone hizo, como la tradición marca, el double-role de Benoît / Alcindoro. Demostrando entrega y vis cómica, cumplió su cometido con profesionalidad.

En definitiva, esta es una versión clásica que hace justicia a muchas de las atrocidades que ha sufrido el título a manos de quienes han querido innovar con él o tropicalizarlo innecesariamente. Un acierto de concepto al que se une el de contar con un reparto de jóvenes cantantes con gran talento vocal y escénico.

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Teatro Sociale di Como, 7 de noviembre de 2021. La Bohème, música de Giacomo Puccini y libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica. Mimì, Adriana Iozzia. Rodolfo, Matteo Desole. Musetta, Greta Doveri. Marcello, Luca Galli. Colline, Rocco Cavalluzzi. Schaunard, Paolo Ingrasciotta. Benoît/Alcindoro, Matteo Peirone. Dirección musical, Giovanni Di Stefano. Dirección escénica, Renata Scotto. Escenografía, Michele Olcese. Vestuario, Concetta Nappi. Iluminación, Andrea Tocchio. Maestro del coro, Massimo Fiocchi Malaspina. Maestro del coro de voces blancas, Liana Saviozzi. Orchestra Sinfonica di Savona y Coro AsLiCo. La Bohème de Como